La mirada quedo fija en un punto... como si pudiese ver las atrocidades cometidas horas antes.
Prendió un cigarrillo y miro por la ventana. Los aros de humo chocaban contra el viento deshaciendose en segundos. Levantó la vista y vió sombras moviendose en la penumbra. El corazón le dió un vuelco. Sabía que era la hora.
Apagó las luces y se acercó a la ventana, a la espera de que los ojos se acostumbrasen a la noche y pudiera ver aquello que cansinamente se acercaba.
Nada... solo el silencio y el golpeteo frenético de su corazón.
Lo veía aproximarse con seguridad y con la vista fija hacia él.
Estaba aterrado, las manos crispadas apenas si podían contener la transpiración que brotaba de su rostro.
Se movió enloquecido. Trato de huír de la habitación, pero las puertas estaban cerradas, sin manijas ni picaportes para abrir.
El calor y la desesperación lo sofocaban; su corazón se encabritaba dentro de su pecho.
Se aproximó a la ventana solo para confirmar que se acercaba cada vez más, lentamente, como para torturarlo, para vengarse de las maldades que en su vida había cometido.
Tomo una silla e intentó romper el vidrio de la ventana, pero fue en vano, ya que sólo consiguió astillar la madera y nada más.
Se apegó a la ventana y la vió de cerca...
Era ella, la parca... que bajaba su capucha para mostrar su calvo cráneo y su desdentada sonrrisa, al momento que empuñaba terriblemente la hoz.
El grito fue histérico y gutural, que reventó como una bomba desde su garganta presa del terror.
Abrío los ojos en medio de la densa oscuridad y respiró... era solo una funesta pesadilla. Quizo incorporarse pero no pudo. Ni aún sus manos, ni sus pies.
Cuando comprendió la realidad enloqueció, arañó, gritó y clamó a todos en vano. Ya estaba a cuatro metros bajo tierra.....vivo.
perfecto! lexico amplio... muy buen final... felicitaciones