AUTOR DEL RELATO: GLADYS D'ARCANGELO

MATERIAL DE LECTURA PARA LECTORES DE LA PLATA , BERISSO Y ENSENADA
INTRODUCCION:
Recuerdo la primera vez que conoci a Claudia Cirelli, en aquella academia de ingles de La Plata, sonriendome, acercandose con decisión hacia algún lugar oculto de mi corazon con una mirada. Una mirada que yo supe valorar en su momento.

Me presente ante ella como Miguel Angel Pousada y mis ojos no paraban de mirarte a esa carita de bella niña simpatica de solo 15 años. Fue tu esencia la que me hizo levantarlos, demasiado tarde sin embargo para verte la cara, sólo tu espalda alejándose de mí.

Desde ese día todos nuestros encuentros fueron una repetición exacta de aquél, tú siempre alejándote y yo allí perdido en la pequeñes del aula con una imagen en blanco y negro y un papel escrito con fibra que decia, "Claudia Cirelli y Miguel Pousada son novios y tu sonrisa a flor de piel.

Y así, sin quererlo, te convertiste en una obsesión, porque a pesar de tu andar resuelto, un halo de tristeza lo envolvía todo, el lugar, tu imagen, incluso el reloj que detenido marcaba, una y otra vez, la hora en que nos cruzamos. Un viejo grabador que compartimos durante las clases que dictaba la profesora Wallis.

Volví día tras día con la esperanza de verte de frente, con la esperanza de llegar antes que vos, pero siempre lo hacía cuando vos ya te marchabas dejando tras de ti huellas grises de tristeza y soledad, que más de una vez me empujaron a gritar tú nombre, con el deseo de detener tu marcha y hacerte girar, para ver esos ojos que no conocía. Entonces el reloj dejaba de dar las horas y todo, excepto yo, quedaba congelado en una instantánea.

De ese modo te convertiste en algo inalcanzable para mí, porque nunca supiste de mi persona, nunca te percataste de mi presencia. Nunca fuiste consciente del impacto que esa primera y única imagen tuya tuvo en mí.

Y dejé de visitar la academia de ingles cuando te fuiste vos, pero, quiso el azar que nuestras letras se cruzaran accidentalmente. Y de nuevo esa experiencia de amor lo envolvió todo, ahora mezclada con palabras que daban sentido a mucho tiempo de imaginar. Aunque…tu imagen seguía en blanco y negro, congelada y alejándose de mí.

Tus ojos, sólo por una vez quería ver tus ojos. Conocer en qué punto se perdía tu mirada. Cruzarme con ella. Colorear la imagen y borrar su tristeza.

Esta mañana decidí regresar a la academia Pitman, pero ya no estabas. Con el corazón encogido por ese recuerdo que me perseguía desde la primera vez que nos cruzamos, entré dispuesta a encontrarme una vez más con tu marchar. Pero hoy no te tengo a mi lado. Sólo yo, la academia que ya no existe y el recuerdo de los boliches bailables que sonaban al ritmo de Macondo, Musicomania o Chatarra son mudos testigos de tu paso por ese lugar. Siempre supiste lo mucho que te queria y que hermoso hubiese sido compartir juntos una familia, tener hermosos hijos y hacer de la felicidad un sentimiento enterno.

Me perdí en el tiempo, no recuerdo cuánto, hasta que una brisa cálida rozó mi cara…Y al levantar los ojos te vi, pero ya no estabas de espaldas. Frente a mí con la cabeza gacha y el pelo caído sobre los laterales de tu cara, me mirabas. Duró sólo un instante. En cuanto mis ojos acariciaron los tuyos, el tiempo se detuvo y no alcancé a ver más de ti. De nuevo quedaste convertida en una imagen en blanco y negro. Una imagen que eternamente guardaré en mi recuerdo.

FIN

(c) 2004 - AUTOR: GLADYS D'ARCANGELO
LA PLATA - BS. AIRES - ARGENTINA -