Más antigua que el hombre, marioneta soy de ti, eres dueña de los sentimientos, inspiras el llanto en mi ser. Excusa de mis pecados, te escucho y el odio me inunda, ¡no es tu culpa! Engalanas a la noche con tu aliento, y como no, si eres producto de un Dios. Conocida en todo el mundo, lenguaje universal, acompañas al asesino soldado en la guerra, a la madre en el parto y a mí en la conquista del corazón de mi gente.
Ser inmortal, mataste a mi hermano y enamoraste a mi padre. ¿A quien deseas que mate ahora? ¿A quien? Pero si ya murió. Hazme tu instrumento, deseo servirte fielmente amor de mis amores, ¡no es locura! Es que me rendí a los pies de ella, de la música.