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Categoría: Misterios

El día en que el mundo amaneció alrevés

...porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra... perjurar, mentir. matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden... por lo cual se enlutará la tierra y se exterminará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán..

Oseas 4:1-3

Cuando Ruberto Buenaventura abrió sus ojos aquella mañana quedó en un estado de éxtasis, petrificado, su voz se apagó, trató de llamar a su esposa pero no podía... ¡No podía ser cierto lo que sus ojos estaban viendo. Miró su reloj, no podía ser... eran las 8:00 de la mañana o las 8:00 de la noche. Frotó sus ojos con un pañuelo
y volvió a mirar hacia la llanura... Aquello era imposible... estaría todavía borracho... caminó de nuevo hacia el dormitorio, alí esta Elena, todavía durmiendo con el monte de venus al descubierto. Se acercó y la cubrió pero antes le pasó su mano suavemente sobre aquella deliciosa fruta, que pena que iba a trabajar...

Miró el reloj de la pared e indicaban las 8:03.
Pero las 8:03 de qué, de la noche o de la mañana.
Se movió al otro cuarto dormitorio y ahí estaban sus dos corazones dormiditos como dos angelitos.
Estaba muy confundido...

Dio unos pasos hacia la sala y sintonizó su televisor. Sorprendido escuchaba un programa de radio...¿Qué estaba pasando? Salió de nuevo al balcón y sobre el horizonte la luna llena reinaba en todo su apogeo. o entendía... la luna sale de noche, no de día... algo raro estaba pasando.

Mientras meditaba confundido. sentado en su sillón de descanzó recibió una llamada de su jefe. Estaba muy enojado porque todavía él no había llegado al trabajo y tenían que hacer una gestión muy importante. Trató de explicarle a su jefe y este furioso colgó el teléfono:

__¡Borracho del diablo, hasta hoy llegó tu empleo!

Se sumió en su sillón. Despertó asustado cuando su esposa lo llamó...

___Ruperto, Ruperto, levántate ya es tarde...
De pronto sintió una sensación extraña... Miró hacia la llanura y estaba de noche, la luna estaba en medio de la extensión de tierra. Se limpió sus ojos, pero allí estaba la imagen.

Sorprendidos por lo que estaba pasando llamaron a sus niños, cuál fue su sorpresa... dos hermosas niñas rubias se acercaban con una dulce sonrisa en sus labios.

___¡No!, no, no estoy loco- gritó con desesperación- El diablo me quiere volver loco.

Sin comprender lo que pasaba, tomó a su esposa que había caido en un estado de parálisis y a sus don niñas y se montó en su automóvil. Prendió el radio de su auto y para su sorpresa estaban transmitiendo un prgrama de televisión. Como alma aterrada por el miedo lo apagó.

Era tan extraño, no se escuchaba ni un sólo insecto cantar... sólo la vocesita de sus dos pequeñas... a veces las veía como niñas y otras veces como niños... ahora las obervaba por el espejo... eran como dos angelitos... tenían alas y una corona en sus cabezas...¡No podía comprender nada!

A medida que se alejaba de su casa la oscuridad era más densa, la luna estaba cubierta de nubes y sólo se escuchaba el ruido del carro. Su mujer estaba petrificada, no había murmurado ni una sola palabra... Trató de reconstruir su pasado pero su mente había quedado en blanco.

Apenas podía visualizar el camino. Apenas veía...
Soplaba una brisa muy fría, casi congelaba su cuerpo, sus piernas temblorsas trataban de permanecer sobre el acelerador... Atrás los dos angelitos sonreían... el murmuraba, masticaba las palabras, no podía entender cómo Dios le había hecho aquello...

Se desvíó por un sendero lleno de obstáculos. Miró sorprendido un letrero de neón que prendía y se apagaba... Esta es la tierra donde nadie cree en Dios, donde nuestro rey es el Dragón, donde no existe la muerte...

Se detuvo repentinamente ante la señal de un ser muy raro...

___¡Buenos días ilustre caballero!, bienvenido al Paraíso de los ateos, los pervertidos, ruines, asesinos, alcohólicos...

El ser extendió su mano y le entregó un mapa que indicaban dos rutas hasta la ciudad...

___ ¡Valla, que tipo tan curioso!, para qué rayo quiero yo mapa si llevo treinta años transitando por el mismo camino... y lanzó el mapa a la carretera y siguió su trayectoria.

Ahora la niebla era mayor, más espesa, más fría, más intensa. La brisa era cortante como el filo de una navaja de barbaero. No veía nada, era imposible. Se detuvo un momento, meditó... reía, esto es una pesadilla, esto no puede ser real....

Cerró sus ojos por unos minutos, trató de recordar pero todo era inútil. Cuando los abrió ya sus dos niños no estaban. Habían desaparecido, su mujer permanecida como un zombi dormida y con los ojos abiertos mirando fijamente hacia donde se encontraba la luna.

De pronto pudo observar que una pequeña luz penetraba por la densa capa de nubes y poco a poco el camino se iluminaba y la niebla cedía. Suspiró, lo atrapó una brillante luz y todo quedó bajo el dominio del sol que aparecíó del mismo lugar en el cual estaba la luna. Había despertado del sueño, de la pesadilla infernal.

Pero estaba equivocado, allí estaba el cuerpo de su mujer. Lo tocó, estaba frío. Un fuerte temor se apoderó de su alma. La mujer estaba muerta.
Buscó un camino nuevo, abandonó la carretera y llegó al lago en el cual había conocido a su mujer un día de excursión. Era el lugar exacto para desaparecer el cuerpo de una víctima.
No podía entrar a la ciudad con ella. Pensarían que él la había asesinado...

Buscó en el baúl, tenía una batería vieja, muy pesada. Buscó un pedazo de soga y amarró la pila y luego envolvió el cuerpo de la mujer en una bolsa plástica sucia y le amarró el cuerpo.
Con dificultad lo dejó caer suavemente hasta que desapareció en las profundidades del lago...

No se inmutó, ni una lágrima, ni un pensamiento de culpabilidad. Al fin y al cabo él no la había asesinado...

Volvió a la carretera, estaba más tranquilo, luego buscaría una explicación a todo aquello, quizás todavía le duraba el efecto de la borrachera, de la orgía de la noche anterior, de la droga que ingirió, ahora podía recordar un poco la noche anterior...

Pero la niebla volvió, el camino se oscureció y sintió como miles de cuervos negros como la noche se posaban sobre su auto. Trató de detenerse pero no pudo... El ruido era ensordesedor, su auto quedó cubierto por la alfombra de aquellos pájaros del infierno.

Su cabeza fue a dar contra el guía. No sabe cuánto tiempo estuvo inconsciente, cuando logró abrir sus dos asustados ojos estaba ante un panorama maravilloso. Dos caminos se abrían a su paso: uno era pedregoso, angosto, sin pavimentar, lleno de hoyos, comenzaba en la oscuridad y al final se veía una estrella brillante... el otro era maravilloso, su entrada con hermosas flores y su arco estilo romano, su letrero en oro, el olor a rico perfume, era irresistible... y aquella inscripción en diamante: Bienvenidio Ruperto, este es tu nuevo hogar...

Ruperto quedó sorprendido, no tenía explicación lógica, no podía razonar, pero cualquiera muy fácil podría escoger entre aquellas dos veredas.

Entró al camino ancho, espacioso, que poco a poco iba perdiendo su explendor, ya no habían flores, ni luces, ni pavimento... Una explosón lo sorprendió. Había reventado una de sus llanta, luego la otra, la otra y por fin la cuarta... Enojado se bajó, dio varias patadas al auto y continuó su ruta.

Luego de caminar por varias horas, con su lengua ararastrada y seca, hambriento, sudoroso, apestoso a regiones del infierno pudo descubrir una`pequeña cabaña. Se acercó y tocó a la puerta.
Allí estaba el mismo sujeto que le había entregado el mapa. Extendió la mano y sin mediar palabra alguna volvió a entregarle otro mapa igual que el primero y luego le tiró la puerta en la cara.

Rupertó apretó el mapa con fuerza y con odio. Y dando un grito lanzó el mapa de nuevo sobre la vieja estructura.

Por fin pudo llegar a la ciudad. Era muy extraño, todo estaba alrevés. La gente se saludaba a patadas, se escupían en las caras, se golpeaban, se reían, la lluvia subía del suelo, era como un vaho caliente, sofocante, se acercó a una iglesia y la gente maldecía a Dios, aquello era como un manicomio... quería un vaso de agua pero no había, ni comida... nada... no entendía... estaba muy agitado...

Miró a su izquierda y vio una pantalla enorme de cine. Y allí, sorprendido pudo ver su figura.
Era su casa. Su esposa dormía, y sus dos pequeños también. ÉL entraba, casi si poder, estaba complemente drogado, borracho, vomitó en el balcón, se abrió el cierre de cremayera, sacó su pistolita y se orinó... Gritó cientos de palabras vulgares al aire y maldijo a todos sus vecinos. Logró penetrar a la casa. Buscó algo de
comer. Abrió la nevera... allí estab su comida fría como un muerto. Se acercó a la estufa de gas. La colocó en "on". No encontraba los fósforo, buscó y buscó pero nada... Caminó hacia el dormitorio, tomó una cajita de fósforo. Le dio un beso a su amada, saludó a sus pequeñines y luego regresó a la cocina. El olor era sofocante, pero estaba tan enagenado que no se percató del peligro... prendió el fósforo...

Allí, frente aquella pantalla comprendió que aquello no era una pesadilla más...¡Había muerto junto a su familia en aquella espantosa explosión
que consumió su casa!

Fin
Datos del Cuento
  • Categoría: Misterios
  • Media: 4.78
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