Están por todos lados y nosotros también, ellos nos observan y nosotros, con suerte, los miramos, nos cuidan sin condiciones y nosotros condicionamos su cuidado, nos acompañan sin importar quienes seamos pero a nosotros nos importa demasiado a quien acompañamos.
El vocabulario de ellos es escaso, es solo la mirada, el ladrido y el don de estar siempre en el momento preciso con la actitud justa, el vocabulario nuestro es más completo pero nunca pudimos acercamos a la complejidad de sus actitudes.
Ellos practican esa difícil materia que se llama “fidelidad” y nosotros nos morimos sin nunca haberla eximido. Es difícil entender porque ellos pueden ofrecerla incondicionalmente y nosotros elegimos tanto a quien ofrecérsela.
Ellos no esconden lo que hacen, nosotros no hacemos mas que hacer a escondidas
Los hicimos tan dependientes de nosotros que nos necesitan para vivir y nosotros nos consideramos independientes, pero a veces, terminamos necesitándolos mas que ellos a nosotros.
Ellos siempre miran hacia arriba para encontrar nuestras miradas, pero nosotros sólo miramos hacia arriba para suplicar, ellos sólo miran abajo a la hora de comer y nosotros lo hacemos ante el fracaso y la tristeza.
...La próxima vez que veas uno, donde quiera que estés, no lo ignores, mirálo a los ojos, observarás que siempre están dispuestos a acompañarnos, por algo se ganaron la fama del “mejor amigo del hombre”...
de verdad hay angeles mudos. a veces son tan fieles amigos que aún cuando ese amigo que han ayudado no aparece cuando él lo necesita, no deja de ser fiel. es un orgullo ser un perro.