Siente celos, más no esperes que te lo demuestre nunca. Estará a tu lado dándote sus besos, sus caricias, y quizás su cuerpo, y comenzará a sentir que siente mucho más por ti, que lo que te dice, pero tu no lo sabrás.
Nadie nunca sabrá que te ha propiciado los mejores besos, las mejores caricias, sólo lo sabras tu, pero nunca sabrás que son las mejores.
Ha apoyado su cabeza, más de una vez en tu hombro y no te has dado cuenta de que necesita que pases tu mano, por su pelo y le digas palabras tiernas al oído. Tu mano recorre su cuerpo y siente lo que nunca sintió, tus besos le hacen temblar, y no reconoces que más hay en ellos.
Te besa y te mira a los ojos, no porque piense en otro, sino para saber que es a ti aquien besa. Te mira y no reconoces, que te mira distinto. No te das cuenta que siempre estuvo ahí a tu lado, te vío durante tanto tiempo, te conoció siendo un chiquillo y te ha visto hacerte hombre a su lado, pero no ha visto que la niña se ha hecho mujer. Teme que esto se convierta en amor, y que tu nunca lo sepas, pero antes de que esto ocurra saldrá de tu vida, como alguna vez te prometiera. Y no volverás a sentirla, ni sabrás que se muere de celos, y que quiere más de ti. Entonces te preguntarás sin respuesta ¿que sucedió?, le preguntarás a todos y sólo alguien podrá decirte; te amó demasiado, y nunca te distes cuenta.
Me encanta la honestidad, la ingenuidad y la pureza de estos relatos. Además, están muy bien escritos. Saludos.