Verennia solia danzar, cerca de la mar, su danza lo dedicaba a la naturaleza, sentia placer al sentir el viento rozar su cara, su cuerpo semidesnudo, era un placer que siempre gozaba.
Solia frecuentemente ir a la playa a danzar, para asi su frustracion mitigar,pues el mozuelo que era su compañero, a otros menesteres su tiempo dedicaba y frecuentemente a Verennia ignoraba y no le brindaba los placeres propios de una pareja enamorada.
Dicho mozuelo la habia conocido un dia, cuando Verennia por la playa caminaba, el de inmediato que la vio, su corazon le entrego, pero al tiempo el hastio llego y nada de atencion le prestaba.
La chica un poco frustraba, pensaba que si pacientemente esperaba, el mozuelo un dia la tocara y el fuego de antaño vendria de nuevo.
Los momentos de hastio seguian y el mozuelo tendido en el lecho, sus dias pasaba, viendo television.
Amigas le recomendaban, otro mozuelo buscar, pero el amor que ella le tenia no era facil de olvidar,otras pasiones fugaces, si las pudiese encontrar,solo un vacio le habrian dejado, pues no era lo que queria encontrar.
Al mozuelo todo su amor le quiso entregar, pero el mozuelo hastiado,no lo queria aceptar.
Asi seguia Verennia, pacientemente esperando que el hastio se alejara y el mozuelo su amor le brindara.
Seguia su danza dedicando a la naturaleza dormida, en una playa vacia, el placer disfrutando.
Ocaso tras ocaso, danzando la pasaba,entre momentos esperaba que el amor se avivara.
Una tarde fria de invierno, Verennia a la playa se dirijio, sus pasos a la mar adentro y jamas nunca su cuerpo danzo.