Estaba feliz, con la ayuda de mis padres y amigos conseguí reunir muchos de los muebles y accesorios que necesitaba para instalarme sola en MI departamento.
Lo había rentado, era, lindo, no muy grande en una bella zona de la ciudad, cercana a todos los lugares que me agradaba frecuentas y con todas mis cosas decidí instalarme.
Había cosas que quedaron de los inquilinos anteriores y antes de tirarlas, iba a reunirlas todas en el lavadero, para luego llamar al encargado y ver como se disponía de ellas; empecé por separar los canastos, ubicarlos cada uno de ellos en el lugar donde luego iría su contenido: cocina, estar y dormitorio; baño y lavadero; también dejé cerca del lugar donde me hallaba: escoba, pala y bolsa para los residuos.
Todo iba bien hasta que abrí el placard para colgar mi ropa, tenía un extraño olor y salió como una bocanada fría de su interior, en un rincón encontré una muñeca, antigua articulada y con ojos móviles. La tomé y ubicándola sobre la cama, la observé, era realmente antigua pues la parte del cuerpo era de tela rellena con algodón, me llamó la atención que la hayan olvidado, pero, en una mudanza, todo es posible.
Me detuve a mirarla, era realmente bella, tenía los ojos de un color celeste con el borde azul marino que me hubiesen encantado fuesen míos y con unas pestañas oscuras, largas y arqueadas que daban un entorno misterioso a esa bella y extraña mirada.
Si!! en conjunto resultaba extraña, quizás fuese la peluca de cabello natural que oficiaba como cabello, algo en ella me producía una rara sensación; tal vez fue al tocarla, ese extraño escalofrio que me recorrió.
Continué con mi tarea y seguí ordenando: el botiquín del baño, los cacharros de la cocina y a medida que iba alojando mis cosas la bolsa con las cosas a devolver iba aumentando su volumen.
Tocaron el timbre, era Matías que había prometido que antes de anochecer pasaba para conectarme las lámparas, estábamos en eso, cuando comencé a sentir esa sensación de que uno es observado, traté de no prestar atención pero la presencia se hacía cada vez más notoria para mi, tanto que yo comencé a mirar en todas las direcciones dentro del departamento y al hacerlo él me dijo que hacía rato que notaba como que alguien nos espiaba, pero que no veía a ningún vecino asomado desde la ventana del estar.
Decidimos hacer un recorrido para cerciorarnos; todo lo veíamos normal y en el dormitorio, la muñeca tenía girada su cabeza y me sentí observada, pensé que era mi imaginación y el cansancio, la tomé y la senté sobre una silla en el estar. En ese momento noté que la sensación esa que me perseguía se había calmado; me conformé pensando que eran cosas mías hasta que me habituara al nuevo lugar.
Terminadas de colocar las lámparas y habiendo conectado todos mis aparatos domésticos Matías se fue pues le expliqué que no iba a salir.
Lo acompañé al ascensor y al regresar, me pareció ver una sombra proyectada sobre la pared, empezaba a oscurecer, me puse a ver como las luces recién conectadas iluminaban mejor los lugares y me distraje de lo que creí ver.
Estaba cansada preparé un café, lo bebí de pié en la cocina, sólo deseaba dormir. En eso estaba cuando me desperté porque me sentía observada, como cuando hay alguien que esta velando nuestro sueño, parado a los pies de tu cama, entreabrí los ojos y no vi nada, me acomodé nuevamente y me arropé bien, sentía nuevamente frío y poco a poco volví a dormir.
Volví a despertarme, esta vez la sensación era aún mas fuerte, no solo sentía que me miraban, sino que presentía peligro y escuchaba un ruido extraño, estaba nerviosa , quería calmarme con pensamientos lógicos, giré en la cama y me quedé con los ojos cerrados y quieta.
Por un momento el ruido dejó de escucharse, empecé a relajarme y cuando casi me duermo, comencé a escucharlo nuevamente , no podía mas, fuese lo que fuese quería descubrirlo, me levanté y , encendiendo las luces, empecé a caminar guiada por mis oídos , llegué al lugar donde había dejado a la muñeca, pestañeaba y cada vez que lo hacía yo escuchaba el ruido. Mi descubrimiento me asustó, quería que fuese un sueño, cerré mis ojos y los volví a abrir, para ver justo el momento del pestañeo; mi corazón dio un respingo y casi suelto un grito, logré dominarme y tomándola con fuerza la puse al revés en la silla, mirando hacia la pared y para mi horror giró la cabeza buscando mi ubicación.
Me quedé dura parada sin saber si salir corriendo, gritar, pedir auxilio o simplemente tomarme una pastilla para los nervios, me corría un frio infinito por todo el cuerpo, y el silencio a mi alrededor aumentaba aún mas ese ruido.
La primera sensación coherente fue tratar de ordenar mis pensamientos y lo único que pude articular fue un burdo: ¿quién eres? Mientras levantaba mi brazo como para atacar en caso de ser necesario, para mi alivio no contestó y ante mi brazo en alto tampoco se movió.
Deduje que podía tener pilas y que entonces lo que hacía era solo un movimiento mecánico. Mi miedo se calmó, me acerque, junté coraje la tomé y la inspeccioné, busqué el lugar empecinadamente, no lo hallé y el parpadeo se volvió mucho más rápido, me sentía burlada y nuevamente el frio y esa sensación de sentirme observada me invadieron..
Estaba paralizada con la muñeca en mis manos y sentía una fría transpiración sobre la porcelana.En ese preciso momento la tomé de los pelos y pude apreciar como abría la boca y con un movimiento propio giró e intentó morderme.
Con un movimiento reflejola solté con fuerza y se estrelló contra el piso, no se rompió, me alejé de ella, entonces noté que reptaba sobre el piso hacia mi.
Salté del susto y me encerré en la cocina. Di doble vuelta de llave y tomé el teléfono, empecé a marcar un número cuando oí sobre la puerta pequeños golpes, casi enloquecí, quería gritar y no tenía voz, correr y no me podía mover, terminé rompiendo el aparato de telefono.
Me veía a mi misma como si fuera otra persona, de la cirujana serena y lógica, de accionar rápido y racional no había nada en ese momento; haciendo un esfuerzo muy grande intenté calmarme era muy difícil, porque el ruido ya no lo escuchaba, me invadía y los golpes sobre la madera de la puerta eran una continua tortura.
Sentía que mi cuerpo temblaba, los ruidos continuaban, con diversas intensidades, en un momento creí ya no escucharlos, me arriesgué a abrir la puerta y al dar el primer paso, golpeó mi pié instintivamente la pateé y quedó expuesta a la luz del dormitorio. Fue automático dejé de escuchar el ruido.
Aún así volví a mi refugio y terminé de pasar la primera noche en mi departamento, acurrucada en el piso de la cocina.
A la mañana, digamos, cuando todo el departamento estaba iluminado con luz natural, y ya saturada de tanto café, tomé valor y salí de la cocina.
Me quería convencer que había tenido una pesadilla pero la muñeca estaba realmente tirada en la entrada del dormitorio, parecía como que la luz la aletargaba; por lo tanto, ahora yo tenía las de ganar.
Me vestí, tomé mi cartera y venciendo la repulsión que ahora me producía la agarré con fuerza, fui hacia el garage y la puse junto a mi en el asiento del auto , sus ojos me miraban y comenzaron nuevamente a moverse, volví a escuchar el ruido y todo dentro de mi, empezó a renacer mientras me alejaba de casa rumbo a las afueras de la ciudad.
Tenía mentalmente un plan armado e iba a ejecutarlo, a como de lugar, nada me iba a alejar de mi proyecto de vivir en ese departamento.:” Iba a ir con el auto hasta un lugar en los suburbios donde, junto al río, estaban rellenando de cascotes y la iba a dejar allí.”
Llegué donde quería, estacioné como pude, la agarré y caminé entre medio del basural y la dejé en los restos de una canasta.
Di unos pasos, un ruido detrás de mi hizo que girara mi cabeza, fue el momento exacto donde la ví abrir la boca y gritar, fue un graznido horrible y empeoró cuando el agua de la orilla comenzó a mojarla.
Literalmente huí despavorida.
Conduje hasta casa, envuelta en todas esas imágenes que me perturbaban tanto y que ya no sabía si habían sido reales o solo producto de mi imaginación.
Cuando estacioné el auto en el garage, sentí como una oleada de aire caliente, al dirigirme al ascensor encontré al encargado del edificio y le pregunté que hacía con las cosas que había hallado en el apartamento.
Me dijo que hiciera lo que yo quisiera, que la última persona que vivió allí comenzó una noche a gritar enloquecida y la llevaron los de emergencias diciendo tonterías sobre una muñeca que la perseguía y la mordía, que todavía está internada en un psiquiátrico totalmente loca.
Sólo atiné a decir: pobre...una muñeca no puede morder, verdad?.
Yo por las dudas, aún hoy dejo tenues luces encendidas en MI departamento
Bella historia, ¡si señor!, que muestra gran imaginación para urdir con creativo primor muñeca con poder sin parangón. (La muñeca antigua)