Nunca pensé que mi madre se atrevería a abandonarme, pero aquí me encuentro... sola... y pensar que prometió ser mi sol, en mis días nublados, mi flor de primavera, mi luz en los días oscuros, que hipócrita que se portó conmigo.
Recuerdo las noches en que me cantaba al oído, los besos por la mañana, cuando me compraba esos hermosos vestidos con infinitos vuelos.
Los sábados a la tarde, unas amigas de mamá concurrían a casa, les fascinaba peinarme, y en ocasiones me visitaban sus hijas llamadas Bárbara, Juliana y Gloria.
Con mi mamá solíamos tomar el té todas las tardes, y después me llevaba en cochecito por muchas plazas y, algunos domingos, concurríamos a misa.
¡Cuántos recuerdos! A decir verdad la extraño un poco, pero estoy muy decepcionada... a mi papá nunca lo conocí... mi mamá siempre soñaba con un tal "príncipe azul", en ese caso yo sería una princesita... me hubiese gustado conocerlo.
Yo solía dormir junto a ella todas las noches, muchas veces me caía al piso, porque la cama no era muy grande, pero eso no importaba, siempre sentía el calor de sus abrazos en las frías noches de invierno y la frescura de sus besos en las calurosas noches de verano... Pero un día sucedió lo que temía... comenzó a dejarme de lado, salía por las noches, casi ni me hablaba, dejó de tomar el té conmigo y sus amigas no venían más a visitarme... comencé a deprimirme.
Una noche, escuché una terrible conversación de mamá con la abuela, me dolió muchísimo, ya que mamá comentó que ya no quería estar conmigo, que me quería reemplazar, que estaba cansada de dormir conmigo...
y hoy aquí me encuentro... a oscuras, hace tiempo que no veo reflejada la luz del sol en sus ojos, hubiese soñado con ser la princesta más feliz del mundo, pero solo soy una vieja y abandonada muñequita de trapo...