Hoy don Panchito desde que despertó esta melancólico no ha dicho una palabra casi en todo el día, se levanto en silencio, ni siquiera prendió la luz de la recamara lentamente arrastrando los guaraches fue a la cocina y prendió el fogón, preparo el café, encendió el cigarro y se sentó en la silla de junto a la ventana.
Hay permaneció en silencio dejando que sus recuerdos se mezclaran con el humo de sus cigarros esta mañana a sido para el cómo un examen de conciencia porque casi con la misma pasmosidad de sus movimientos fueron pasando sus recuerdos de infancia si es que se puede llamar infancia a lo que vive un humilde niño campesino, la escuela que fue poco lo que estudio porque hacían falta sus manos en la labor las vueltas a la ciudad en carreta con sus hermanos mayores para vender leña y o carbón después los días de joven cuando vio a su futura esposa las cartas que le mando (el no las escribió porque no se le ocurría nada bonito y además tenia muy fea letra casi ni se podía leer pero uno de los conocidos las escribió, el se las mando con el hermanito de ella dándole unos centavos pero que no se la enseñara a nadie solo a ella, la pedida, la boda y así poco a poco recorrió toda su vida hasta el día de hoy.
Permaneció casi inmóvil fumando y dando un sorbo al café de ves en cuando no se levanto ni para comer completamente absorto inmerso en sus pensamientos hasta que entrada la tarde le gruñeron las tripas y calentó algo de la cena que havia quedado, comió en silencio se sirvió mas café y regreso a la silla de junto a la ventana suspiro varias veces, fumo su cigarro, se cruzo de brazos y se quedo dormido