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NADA NUEVO BAJO EL SOL

Nada Nuevo Bajo el Sol

Llevaba ya cuatro días bebiendo, desde el sábado en la noche, hasta el martes. Hoy miércoles decidí, con una resaca tremenda salir a la cantina para echarme unas cervezas y así nivelarme. No se imaginan el esfuerzo que requiere beber de esa forma, además de no comer casi nada, me refiere, solo uno que otro hot dog. Los músculos Te duelen por “dentro”, me refiero, intensamente. Bueno, la cantina, como siempre, estaba atestada de borrachos amargados y deprimidos. Una que otra puta amanecida. Los dos viejos que todos los días llegan a seguir con su borrachera. El vendedor de droga que ya forma parte del mobiliario. Los vendedores de mierdas que no sirven para nada. Músicos con sus desgastadas voces, tristes canciones, y deprimentes rostros.

De la cantina no se puede esperar nada nuevo. No entra nunca nadie que no sea conocido. Somos siempre los mismos. Jodidos, abandonados a nuestra suerte, desarraigados, sin esperanzas, no futuro, en una especie de fraternidad solitaria.

Pero hoy estaba un personaje que no había visto nunca en este lugar. Un Payaso. Si así como lo escuchan, (leen), un Payaso, con mayúscula, un verdadero Clown. Pensé inicialmente que era parte de Mi deliriums tremens, aunque hace mucho que no he vuelto a tener alucinaciones, pero cuando se bebe de esa forma, uno nunca sabe. Así que decidí consultar con el barman, Don David, otro personaje extraño y condenado a este lugar, cuarenta años como barman, cuarenta. Y aquí sigue. Bueno, le consulte por aquel señor extraño.

- ¿Quien es ese señor de la mesa en la esquina?
- No ves. Respondió.
- Si, si veo, pero es que nunca lo había visto por estos rumbos.
- Pues es un Payaso, o es que ya estas quedándote ciego. ¿Estas tomando licor adulterado?
- No, nada de eso, sabes que no haría nada semejante.

Realmente había allí un Payaso. Que extraño.

Seguí bebiendo de Mi cerveza y leyendo el periódico, ya saben, noticias nefastas, las cuales reafirman el nihilismo que me posee, además estaba demasiado cansado para pensar en un Payaso, y menos en uno alcohólico. Le estaba dando con singular alegría a una botella de tequila barato. Conmigo me bastaba.

Estaba concentrado leyendo, cuando escuche una voz ronca, masculina, llena de humo, de tono desagradable, era el Payaso. Me hablaba a Mí. No entendía lo que decía, ya que estaba tan ebria la voz que no podía comprenderle. Ya repuesto de la primera impresión, pude entenderle. Me decía que deseaba hablar conmigo. Como decir que no a semejante aparición.

- Me dicen que usted escribe poesía. Dijo.
- Hombre, no, nunca. Lo dije mirando al hijo de puta del barman. Viejo pendejo. Se estaba desquitando conmigo por lo mucho que lo he puteado cuando no me ha querido servir cuando estoy borracho.
- No, dígame la verdad. Insistió.
- Bueno, poesía no exactamente, solo cuentos y algunos pensamientos sin importancia.
- Que alivio, al menos escribe. ¿Puedo sentarme?
- OK. Que más podía hacer.

La peluca de un cafe, tirando a color diarrea, ya que las fibras sintéticas de la misma, estaban decoloradas por los años. Los zapatos rojos, grandes y gastados. Su atuendo, una especie de manta de retazos, llena de agujeros, imagino que por las polillas, era de color blanco, con puntos negros, lo curioso era en las partes del cuello y los puños, ya estaban amarillentos, sucios, desagradables. Se ve que en una época ya pasada debió ser imponente, o al menos gracioso, ahora se antojaba patético. Lo más impactante era el rostro. Una frente amplia, la pintura blanca se acumulaba como costras de manteca en los surcos de las arrugas. Los ojos, pintados de azul, parecían nubes a punto de parir. La nariz, estaba roja, pero no por una pelota, sino por el efecto del tequila. La boca, OH!, la boca, que dolor verle el maquillaje chorreando sus comisuras, dando origen a aludes de pintura, tequila y babas. Cada vez que arrojaba una bocanada de humo, parecía una aparición del infierno. Ni hablar de los dientes.

Todo el era lamentable.

Trajo su botella de tequila y continúo bebiendo sin decir palabra alguna. Me gusto que no hablara. Ya que me temía una cháchara de mierda con un Payaso de mierda. Afortunadamente podía seguir tomándome mi cerveza sin problema.

- ¿Oiga, y usted a publicado algo? Pregunto
- Lo que me esperaba, tener que soportar a este pobre diablo mientras el barman se reía de mi desgracia.
- ¿A que se refiere? Dije
- No, simplemente si es usted un escritor famoso.
- ¿Es usted un Payaso famoso?

Silencio.

Ya iba siendo hora de que este pseudo-payaso se largara y me dejara tranquilo. Además no tenia ganas de partirle la cara a una mierda de estas, me untaría todo de maquillaje y porquería y media.

¿Qué diría mi esposa si me viera llegar con la ropa untada de pintura facial? Buena pregunta.

Cuando ya me disponía a largarme, sonó de nuevo esa voz. De ultratumba. No se vaya por favor, deseo hablar con alguien, y me dijeron que es usted una persona muy compresiva.

Barman triple hijo de puta. Se reía a carcajadas. Todavía el payaso lograba algún efecto en la gente. ¿Acaso Yo?

Comenzó el payaso a hablar, pausadamente, con calma, como midiendo el tiempo entre palabra y palabra.

- Es que realmente se esta yendo a la mierda el mundo. Míreme a Mí. Mi esposa se largo con el enano del circo. (Asomo de una lagrima).
- Le dije: “No será por aquello que dicen de los enanos”. Ni se inmuto por el comentario.
- El dueño del circo, dijo que ya no “era gracioso”, que ya no. Me echo a patadas hace una semana. Dijo.
- Que incomprensible, con que ánimos serias gracioso con la partida de Tu mujer. Comente.
- Mis hijos, no se donde están, hace ya tanto que se decepcionaron de su Padre. Siguió.
- Lógico. ¿Quién quiere a un Payaso por Padre?, en Mi caso me hubiera largado igual. Nada, ni siquiera me miro.

Echo un largo trago de tequila, hizo unas repugnantes gárgaras y se lo trago.

Yo me limite a terminar mi cerveza y mirarlo.

Reinicio su diatriba.

- Es que sabe una cosa, Yo lo que realmente soy, es Poeta, nací para eso. Dijo.
- Hum hum, que interesante. Nada.
- Además es lo único que me queda.

Dicho esto saco una mugrosa libreta y con gran solemnidad comenzó a leer en voz alta:

El Amor

El Amor es el amor,

Lo único que nos queda,

Sino el desamor,
Nos veda…

Naturaleza

Las rosas son rojas,

El pasto verde,

Los árboles hojas,

Y el agua se pierde…

Por fin termino. Toda la cantina miraba, en especial el hijo de puta del barman. Desgraciado, ya me las pagara algún día.

- Bueno, ¿Qué le parecen Mis poemas? Consulto el pobre payaso, que además era idiota.
- Hombre, realmente con esos sentimientos, también me hubiera inclinado por la carrera de payaso.

Quede esperando alguna reacción violenta, estos hombres tan calmados me dan escalofríos, ya sabes, el perro que ladra mucho no hace nada, pero el callado, cuídate.

De repente su rostro comenzó a cambiar con un ligero movimiento de los labios hacia arriba, siguió con la abertura ínfima de sus labios, y allí estaba: ¡ La estupida sonrisa del payaso poeta!

- Hombre, es usted un insensible, le cuento Mi vida y solo ha hecho burlarse. Dijo sin dejar esa sonrisa de mierda.
- Bueno, es que son muy sincero y su puta vida me importa un bledo. Cero reacciones. Era un duro este payaso.

Me largue, no había nada mas que hablar, era mejor así. Además este tipo esta realmente desesperado. Pedí una docena de cervezas y me fui.

Al día siguiente, con la resaca aun “viva”, volví a la cantina, se me había acabado la cerveza y decidí seguir bebiendo, es lo mejor cuando uno esta ya prendido. Llegue, el mismo panorama, los mismo borrachos, las mismas putas amanecidas, ya no estaba el payaso, lo que hacia retornar a la rutina. Me gustaba. Pedí la primera cerveza y me dispuse a leer el periódico. Cuando llegue a la sección de noticias judiciales vi una nota acompañada de una foto que me llamo la atención:

Payaso se suicida Marzo 5 del año 2.004

México DF. “El agente policial Euterbo Jiménez hallo en el famoso Bosque de Chapultepec a un desconocido disfrazado de payaso colgado de un árbol”, se ha consultado con el S.N.P. ( Sindicato Nacional de Payasos), para tratar de averiguar por la identidad del occiso bla, bla, bla .

Reconocí la estupida sonrisa en la foto …

Definitivamente nada nuevo bajo el sol este día. Seguí leyendo el periódico. ¡Salud!

Dubanok
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
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1 comentarios. Página 1 de 1
Martin
invitado-Martin 24-08-2013 05:07:24

Con todo respeto a los lectores, espero que se dedique a otra cosa ya que la prosa y el contenido son muy pobres, no genera nada la lectura de este como se podría decir "cuento".

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