Había una vez una niña que se llamaba Daniela, era muy simpática y muy cariñosa...
Todas las mañanas cuando iba para el Circulo Infantil a ella le gustaba ir recogiendo florecitas y cuando llegaba le daba un besito y un ramito a cada una de sus seños y eso era algo muy bonito, pero había un problema, que también las arrancaba para jugar y después las dejaba tiradas por donde quiera, lo mismo en el portal que en el mismo jardín.
Eso molestaba mucho a las plantas que son las mamás de las flores y decidieron quejarse al Hada del Jardín que era una bella muchacha que las cuidaba.
Cuando la llamaron enseguida llegó y se puso a oír las quejas que le dieron de la niña,se molestó mucho y decidió visitarla, entonces esperó a que todos durmieran y se acercó a la camita de Daniela para hablar con ella, porque es así como hablan las Hadas con las niñas... por la noche cuando están durmiendo.
La llamó: Daniela, Daniela despierta que quiero hablar contigo...
La niña no se despertaba, estaba muy cansada, se había acostado muy tarde porque estaba bailando y no hacia caso cuando su mamá la llamaba...
Por fin se despertó y vio a la bella muchacha frente a ella, entonces le preguntó quien era y al saber su nombre se puso muy contenta porque realmente a ella le gustaban mucho las flores.
El Hada le dijo:
Vine a conversar contigo porque me dieron las quejas que estás rompiendo las flores y eso no es bueno, no tengo otra alternativa que ponerte una penitencia porque siempre se debe hacer cuando los niños hacen cosas incorrectas, por eso mañana tendrás dolores de barriguita y hasta que no vayas y arregles el jardín y pidas disculpas a las maticas no se te va a quitar, para que siempre recuerdes que las plantas se cuidan y no se maltratan...
Y así mismo fue, amaneció con dolor de barriguita, cuando su mamá lo supo la quería llevar al medico y no la dejaba levantarse pero ella lloraba mucho porque así no podía ir a su círculo que tanto le gustaba y le explicaba a su mamá lo que le había pasado y lo que tenía que hacer , para que se le quitara rápido el dolor, pero no le hacía caso, por fin llamaron al médico que la revisó de los pies a la cabeza, por delante y por detrás y no le encontró nada...
Tuvo que llamar a su abuelita por teléfono, como vivía lejos y estaba muy viejita no podía venir hasta su casa, pero le contó lo que le pasaba y como todas las abuelas del mundo, comprendió a su nietecita, le dijo entonces que pusiera a su mamá al teléfono, quería hablar con ella para que la dejara ir al jardín, dicho y hecho, su mamá comprendió lo que le sucedía a su hijita y la dejó salir.
En cuanto la dejaron levantarse Daniela buscó una regadera y mientras le echaba agua a todas las maticas les fue pidiendo disculpas por sus maltratos y prometió que solamente las cortaría cuando fuera a regalárselas a alguien especial, mientras tanto las dejaría para que todos las pudieran disfrutar...
¡como por encanto se le quitó el dolor que tenía y se sintió muy bien...!
Desde entonces Daniela no arranca las flores y cuida mucho su jardín para que siempre hayan flores y todos los vecinos las puedan disfrutar también.
A veces pide permiso y corta algunas para regalarlas...
Además ahora sabe que siempre que nazca una flor el Hada del Jardín la cuidará y a ella la visitará de vez en vez cuando todos estén durmiendo...