La Antártida, 18 kilómetros al sureste del glaciar Recovery.
Era de noche, y las estrellas iluminaban la nada en medio de un silencio enloquecedor. Un hidroavión de color verde aceituna descansaba sobre el hielo. En la cabina, un hombre de tez morena y barba abundante, probablemente el piloto, miraba con tedio el panel de controles. Afuera, junto a la portezuela izquierda del aparato, otro hombre, vestido de negro de pies a cabeza observaba la lejanía con unos prismáticos de visión nocturna.
De pronto, bajó los binoculares y miró su reloj digital. Éste marcaba 00:02:57.
- Vamos, chicos, daos prisa-dijo para sus adentros, y miró al cielo.
Un copo de nieve se estrelló contra el cristal de la cabina, dejando un suave cerco de humedad. Al poco rato, estaba nevando con fuerza.
El hombre de los prismáticos volvió a consultar su reloj. Faltaban tan sólo unos segundos para que el contador llegase a cero.
Impaciente, miró de nuevo a lo lejos. Entonces vio unas formas borrosas que se movían lentamente en la ventisca. Eran cinco en total, y tres de ellas portaban lo que parecía una caja. Una caja metálica.
- Alá os ha traído sanos y salvos-dijo sonriendo, cuando llegaron junto a él.
- Alá es grande-le respondió el que iba a la cabeza del grupo. Luego añadió:
- En marcha, no tardarán en darse cuenta de que les hemos quitado su juguetito.
Los hombres que llevaban la caja entraron en el avión por la puerta de carga, mientras que el resto lo hizo por la pequeña portezuela entreabierta.
Instantes después el pájaro echó a volar.
Excelente prólogo. Cuándo sigue el cuento? Bin Laden en el Polo? Salam Aleikum