El camino se escribe por si solo. Predecirlo es falsificarlo. Es una pintura sobre un lienzo caotico que se recrea constantemente a si mismo.
Nadie nos puede decir cual es el destino de algo por que el camino no esta escrito.
Ningun oraculo nos revela que significa la vida, solo que hacer con el "tiempo de vida" que nos queda sobre esta fotocopia de mundo.
Sin embargo nada tiene que ver la dictadura del relog con la eternidad de cada instante.
Jeremias acababa de salir de prision por primera vez despues de 20 años, estaba condenado a muerte injustamente y llevaba un collar irrompible de metal en su cuello, el cual servia de cronometro.
Un oficial de la prision le habia preguntado cual era su mayor deseo antes de morir, a lo cual este respondio estar fuera de prision por algun tiempo. Solo se le permitio estar fuera tres dias, ¡ni un minuto mas! ya que el collar permitiria su rastreo y ubicacion inmediatamente.
El cronometro con un siniestro tic tac comenzo el conteo desde aquel momento, ya que lo matarian inmediatamente que cumpliera este ironico "lapso de libertad".
El tiempo seguia marcando su absurdo record y Jeremias miraba constantemente el relog que llevaba en su muñeca. Caminando por la ciudad, contemplando el artificial paisaje de cemento.
-No es lo mejor del mundo pero en este momento es mi unico mundo- . Se decia a si mismo.
observaba las calles, las casas y el cielo en el cual ya se vislumbraba los ultimos rayos de sol al caer tarde.
Todo le parecia extraño , con la extrañeza de quien toda si vida fue ciego y de momento recupera la vista, o quien por primera y ultima vez, ve un gran cuadro pintado desde lejos.
Jeremias era ateo y no creia que hubiese algo mas alla de la muerte, al fin y al cabo nunca se lo cuestiono, esas cosas no le preocupaban...
Aunque desde pequeño se le intento imponer la apariencia y la superficialidad de de la iglesia catolica. Especialmente su madre era muy debota y tambien ejercia la profesion de mirar la paja del ojo ajeno sin ver la suya.
De momento comenzo a llover fuertemente, por lo cual se refugio en el primer lugar que encontro. encendio un cigarrillo y comenzo a fumar.
Miro nerviosamente su relog, ya habian pasado tres horas horas desde que salio de prision y el tic tac de ese maldito cronometro molestaba bastante, se sentia como un relog viviente -¡Que fastidio!- penso.
Al mirar a su alrededor se dio cuenta de la presencia de un mendigo.
-No he comido nada, me podria dar unas cuantas monedas, hagalo por piedad-.
Jeremias pudo percatarse de las piernas podridas del mendigo, por lo que parecia ser una gangrena en estado avanzado.
Jeremias solo contaba con 5 dolares en su bolsillo. El mendigo permanecia con su mano extendida.
-Toma 5 dolares, es todo lo que tengo.
-el mendigo lo tomo el dinero con desespero, pero al mismo tiempo con una expresion de extrañeza en su rostro.
-Solo le pedi unas cuantas monedas, ¿por que me ha dado todo lo que tiene?-
-por que ya no me queda nada mas. y que puede hacer con ese dinero un hombre al cual le queda poco tiempo de vida.- dejo Jeremias
El mendigo lo miro y le dio en sus manos un escapulario de Justo Juez.
-Usted me ha dado todo lo que tenia sin embargo no es bueno que quede desprovisto-
-¿Desprovisto de que?
-De una proteccion, una compañia espiritual, usted sabe a lo que me refiero- le dijo el mendigo
-pues sepa usted que no tengo ni la mas remota idea, se puede ir al carajo con todas las protecciones y con sus intenciones... ¡¡haa!! y se puede quedar con el escapulario de mierda.
el anciano insistio con una mirada de compacion y bondad en su rostro.
-Tomelo para que los buenos espiritus de Dios le ayuden-
-ayudarme.. ja, ja, ja! que estupides se esta pasando usted de ridiculo miserable anciano. En primer lugar yo no creo en Dios, que Dios puede permitir que se acuse injustamente a in hombre.
-El mendigo insistio y tomo la mano de Jeremias y le dijo firmemente:
-¡Tomelo!, mo permita que Justo Juez lo desampare en este momento de su vida...
-Como guste, geremias tomo de mala gana el escapulario y frente al mendigo aparento ponerlo su bolsillo, Jeremias siguio su camino, sacando el escapulario de su bolsillo y tirandolo en el vertedero de basura mas cercano. Miro su relog, ya habian pasado 5 horas desde aquel momento. Ademas habia dejado de llover.
-¡que calamidad!- penso.
Esta historia continuara...
me dejaste intrigado y espero a la siguiente parte la vdd me urge esta excelente felicidades