Novia
Estoy sentado bebiendo vino. Seis y media de la tarde. Es diciembre, y todas las personas que conoces, quieren, formar parte de esta patética navidad. Es lastimoso este sentimiento. ¿Por qué llego esta época maldita en la cual quieren ser TUS AMIGOS? ¿Es cierto? No creo. Quieren solo Tus regalos efímeros. Desean formar parte de este ímpetu consumista de la época. No son nada.
Me decido ir por una cerveza, tengo sed, es mejor que una partida de pseudo-amigos buscando quien les invite a un buen trago. Decidí irme al callejón putrefacto de siempre. La ventaja es que me fían.
Lamentablemente halle a mi “novia”. La cual, quiere “algo mas de Mi”. Patética. No quiero nada con Ella. Pero sueña con algo llamado “Amor”. No quiero nada que se le parezca.
Me dice:
- Hola mi Amor, Te estaba esperando, quiero hablar contigo de algo muy importante.
- Pensé. Otra vez la misma joda.
- Te quiero mucho, deberíamos vivir juntos, o mejor aun, casarnos.
- No creo que vivir juntos me haga sentirte “mas MIA”, o mejor aun, desearte mas. No me interesa.
- ¿O sea que no me AMAS?
- No es eso, solo que “creo que Te QUIERO”
- ¿Crees?
- Si, creo que siento algo por Ti.
- ¿Es cierto?
- No se.
- ¿No sabes si me QUIERES?
- No. Solo es algo que acompaña. Mi deseo hacia Ti. No es más.
- Eres un Hijo de Puta, no sabes si me quieres. ¿Después de tanto que Te He dado?
- No. Simplemente, siento que la loción de verga que Te doy, es suficiente. De allí, a que Te quiera: “Que Te quiera, es distinto”.
- No vales la pena. Eres, algo repugnante, no justificas mi pasión por Ti.
- OK. Me parece bien que pienses así. No soy nada.
- ¡¡¡ Hijo de puta!!!
- Tienes razón
- ¿De verdad, no SIENTES nada?
- No.
Ya son las 9:00 PM, y llevamos dos horas hablando de lo mismo. Realmente me siento con ganas de beber solo. Mas tranquilo.
- ¡¡¡Perro, perro, De mierda!!! Te he invitado a muy buenas fiestas. Sales conmigo y la pasas bien. ¿Qué más quieres de Mí?
- Que me toleres. Nada más.
- ¿Estas imbecil o que?
- No. Solo quiero una mujer que de verdad me entienda.
- Bruto.
- OK. Soy un animal incomprendido. Tienes razón. No Tengo nada que aportar. No existo.
- Lastima. Me gustaría que fueras “alguien”.
- No. No lo soy.
- Eres un fracasado.
- ¡¡¡ Que lucidez la Tuya!!!
- Lo sabes.
- Realmente no se que “haces” conmigo. Me agrada como me haces el amor. Dice Ella.
- ¿Tú crees que eso es el amor?
- ¡¡¡Hijo de Puta.!!!
- Si. Lo soy. Gracias.
- ¡¡¡Te odio!!!
- Gracias, nadie había sentido “tanto” por Mi.
- De veras Te quiero, es mas, Te AMO. Repite Ella.
- No lo creo.
- Me das asco.
- Gracias. Es un piropo.
- Vives solo. Das asco. Eres un borracho. No vales ni un céntimo. Das lastima.
- Lo se. Gracias.
- Prefiero que Te mueras.
- Te invito un trago, a mi casa. Digo.
- OK.
Salimos, tarde. Estaba tranquilo, ya nada me hacia querer estar con nadie. Solo quería terminar la última botella de vino. Solo eso.
Llegamos, todo igual, el papel higiénico cagado. La misma mierda de siempre.
Ella, mi “novia” se sirvió un trago. Orine, que rico es orinar sin que nadie Te regañe por los meados que dejas en la taza. Me vale un pito.
De repente iniciamos algo similar a una conversación.
Me dan lastima este tipo de mujeres que quieren llegar a “algo” con un desconocido.
Dice ella:
- ¿Y que vamos a beber?
- Hay vino barato, cerveza y tequila. Tu sabrás que elegir.
- Me gusta el tequila.
- Allá Tu. Solo tomo cerveza ahora.
- ¿y eso?
- Me gusta estar lucido hasta dormirme. Eso creo.
- Me gustas, Eres irreverente.
- Me pregunto: ¿buscando reconciliación Ella?
- ¿Qué es ser irreverente para Ti?
- No se, solo me gustan los tipos así.
- Ok. Eres estupida.
- ¡¡¡GROSERO!!! Hijo de puta.
- Gracias, no sabes cuanto agradezco sentirme así.
Ya llevaba varias horas soportando esta perra, (aclaro, no me gustan aquellas mujeres que buscan casarse en una borrachera). Fastidio. Eso siento.
Cuando ya despuntaba el alba, decidí practicar con Mi navaja, Cheyenne, de esas que Te venden “originales”. Me gustaba su peso. Decidí practicar con Mi “Novia”.
Le deje ir un golpe certero a la garganta. Solo eso quería. Callarla. Fue preciso. La sangre brotaba de una forma diferente a las películas. Era real. Me gustaba como salía, como manchaba aquel piso de apartamento de medio peso.
Realmente me gusto.
Cuando hubo goteado la ultima gota, decidí, salir, tomar el autobús de siempre y celebrar. La navidad.
Dubanok