Paseaba semidesnudo por mi habitación, ya no para que yo le mirara sino para mirarme, pero haciendo como si no me hubiera visto.No le quitaba el ojo de encima, no podía evitar tener en mi mente aquellos pensamientos que me arrastraban con su sonrisa, absorbiendo mi espacio, desobedeciendo mi moral.
Pensaba que lo nuestro era un amor en estado puro pero, como el mal de la piedra, el deseo va intimamente unido al amor, tan sólo era un complemento más que no tenía por qué corromper los sentimientos.
Con un acto, un juego de seducción, me hizo comprender que yo le pertenecía. Se sentó sobre mi cama, a mi lado y, con la mácima delicadeza, me descubrió medio cuerpo. Con ojos ávidos devoraba mi cuerpo, parecía no atreverse a tocarme, sabiendo que de aquella forma me incitaba, que así me quemaba más que si me rozara. Noté que la serenidad de mi rostro se turbaba y que, sin hablar, le estaba pidiendo...
Pasó sus manos por mis mejillas cálidas, ruborizadas por la situación. Acarició mi estómago, que tanto le gustaba, desde el ombligo hasta el coienzo del cuello, se inclinó hacia mi cara y rozó con los suyos mis labios, después deslizó sus labios por mi barbilla, humedeciendo mi cuello... Sentí que me deshacía cuando introdujo su lengua en mi ombligo, ese calor mojado que iba dejando por mi cuerpo...
Pero no era demasiado bueno que la pasión terminara en un momento... volvió a besarme, mordiendo mis labios, dejando por sentado que todo no acababa ahí; entonces, me cubrió de nuevo con la sábana y apoyó la cabeza sobre mi pecho...
Le amaba, le amo, tanto que nada me hubiera importado detener el tiempo en ese instante en que creí que dormía, su respiración sobre mí, sus latidos sobre mis latidos... Le acariciaba, revolviéndole el cabello, cuando con la voz más dusce y entrecortada dijo:"es bonito el amor, lástima que te quite tanto de tí mismo, pero no me pesa el haberte hecho parte de mí a aun a costa de robarme espacio..."
Desaparecí... ésa fue la última vez que escuché su voz -aunque cada vez que hable la siga escuchando-...
A veces un momento con la persona amada es mucho más que toda una vida, porque una vida sin esa persona se convierte en se convierte en un vacío hueco, vivir sin vivir y, simultáneamente, morir sin haber muerto
Esta bonito tu cuento, tienes mucha razón en la última parte de tu escrito estoy de acuerdo contigo.