Pense que ese dia me iba morir de aburrimiento pero fue otra cosa la que me matò.
Estaba en casa de mi abuela esperando a mi prima, mi mejor amiga, y a mi tio. Era ya muy de noche cuando llegaron, mi tio sugiriò que fueramos al puerto ya que entrada la noche ponen musica y hay muchos tarantines, en fin pura fiesta; Pero cuando llegamos nos desepcionamos, todo estaba abandonado no habia ni un alma alli pero de lejos se veian las duces de otra feria.
Fuimos hasta alla pero era tanto el escàndalo que me fui de nuevo al puerto, preferia ver las olas romperse en las rocas que quedarme en ese lugar. Resolvì ir al rompe olas a esperar a que nos fueramos. Mala decisiòn.
Cuando llegue vi a un hombre de ropas negras y cabello claro hasta los hombros; hacia algo de frio pero me paracio raro que llevara una gabardina larga, me sente a una (lo que creì yo) prudente distancia del desconocido pero no pude contener mi lengua.
-¿No le da mucho calro con eso?- preguntè sin dejar de ver las olas.
-No- respondio el hombre, me pareciò que se sorprendio de que alguien le hablara-vienes de la feria ¿verdad?
-Si- le respondi
El hombre solto una leve risa y se me ecercò yo ni inmute pensè que pasaria de largo o algo asi pero se paro detràs de mi, luego se agacho y me susurro al oido:
-¿Quieres ver mi mundo?
Fue la primera vez que le vi a los ojos, eran de un hipnotizante rojo, pero transmitian cierta dulzura.
-Si- respondì sin estar consciente de mi. Lo que luego paso cambio mi vida para siempre aunque seria mejor decir mi muerte. El hombre era un vampiro, Adrian Le Varan y me engendrò a mi en uno de su especie.
No me disgusto que lo hiciera mi vida era muy simple, eso fue hace 112 años, somos parte del folklore de algunos pueblos pequeños donde me conocen como Ania. Me olvide mi vida, mifamilia y amigos solo quiero vivir tranquila al lado de mi Adrian tomando la sangre de aquellos que tienen una extraña atracciòn...y se arrepientan de ella.