Era un dïa lluvioso en Arevalo.No habia nadie en la calle, Lena caminaba como zombi sin taparse y sin abrigarse de la lluvia, el camison que llevaba puesto se pegaba a su cuerpo, esculpiendo su silueta, sus lagrimas se confundian con la lluvia, el dolor era indescriptible.No podïa ver, ni escuchar, solo sentir el profundo dolor que emergïa de su pecho. Habïa perdido nuevamente, la vida otra vez le hizo una mala jugada,en su mente una leve explosion de sentimientos de frialdad y venganza,en su corazon solo dolor, dobla sus rodillas y alza la vista arriba, esperando tal vez ver el sol, pero la lluvia era incesante y golpeaba su rostro. Paso largo tiempo sentada en un banco sin moverse. La lluvia cedia el paso a la claridad de un rayito de sol, a su alrededor, las violetas se tornaron tornasoles y el verdor de los arboles tenia otro color, otro matiz, su ropa ya estaba seca y decidia continuar su rumbo. Sus pasos cada vez mas lentos,contemplando el paisaje,las mariposas y los colores del arcoiris,entonces comenzo a saltar y bailar,su corazon,salto de jubilo, sonrio con la inocencia de un niño que no entiende el por que, pero a los pocos instantes ya esta sonriendo otra vez. Moraleja: seamos como niños cada dïa,no guardemos basura en nuestro corazon,saquemosla cada dïa para que no se acumule y nos llegue a nublar nuestra mente y confundir nuestro corazon. Alegrate con la mansedumbre de un paisaje y el trinar de las aves.