-Lunes, Como odio los lunes- pensé al mismo tiempo en que veía el reloj y darme cuenta que eran las 8 de la mañana. Me levante de la cama, me metí a la ducha y posteriormente me vestí.
Al bajar al comedor me percate de que se sentía algo extraño el ambiente, me sentí en un lugar al que no pertenecía aun siendo mi propio hogar. –Buenos días, ¿como amaneciste?- me pregunta mi madre –Bien- le contesto. Salio mi abuela de su cuarto como es costumbre y le hable a mi padre para que baje a desayunar con nosotros. Todo iba bien hasta que escuche el grito de mi padre seguido de una serie de golpes, salí corriendo en su ayuda y lo encontré en la escalera con una pierna fracturada y con una terrible hemorragia que salía de su cabeza. Corrí por un trapo para detener el sangrado, lo cargue y nos subimos en el carro, mi madre, mi padre y yo, rápidamente nos dirigimos al hospital. A medio camino hable al hospital para darles a conocer el estado de mi padre y estén listos para recibirlo, luego hable con mi prima, Jessica, para vaya a cuidar a la abuela mientras estábamos en el hospital.
Mi madre manejaba el auto ya que yo trataba de evitar que mi padre muriera desangrado, el nerviosismo y el trafico que hay en la ciudad obligaron a mi madre a manejar mas allá del limite de velocidad, al voltear a ver a mi padre para ver como seguía, no vio el semáforo y cruzo la cruz roja en ese momento nos impacta un camión, es un impacto tan brutal que no tuve tiempo ni de pensar que hacer, solo recuerdo el sonido del impacto, los espejos estallando y los pedazos incrustándose en mi rostro, el carro dio 2 vueltas antes de detenerse. Al abrir los ojos el carro estaba boca abajo, mi padre salio por el vidrio trasero y termino bajo las llantas del camión causándole una muerte instantánea, mi madre tenia el cuello lacerado, semidecapitada, no pudo decirme nada pero con su mirada pude ver como me pedía perdón por lo sucedido y después se pusieron en blanco. Salí del carro a través de mi puerta la cual estaba abierta, salí del vehículo y apoyándome en el pude ponerme en pie, pude ver el cielo, el cual tenia un color azul hermoso, no se si me quede sordo por el estruendo del impacto pero todo estaba en calma, nada se movía, el mundo se detuvo por un instante hasta que escuche el rechinar de una llantas que me hicieron voltear mi mirada, Un auto que evito al camión patino en el aceite derramado y se deslizaba contra mi, cerré los ojos y al sentir como se comprimían mis huesos y órganos solté un grito desgarrador.
Al abrir los ojos me encontraba en mi habitación eran las 7:59. –Solo fue una pesadilla- me dije a mi mismo. Me levante, me bañe, me vestí y baje al comedor como si nada hubiese pasado. Al llegar al comedor volví a sentir esa sensación de no estar en mi casa, todo se repetía igual que en mi sueño, por la distracción no me di cuenta y le llame a mi padre para que baje a desayunar, en ese instante recordé lo que le pasaba, salí corriendo y al llegar a las escaleras vi mi patineta y a mi padre el cual estuvo a punto de pisarla, de un brinco llegue a ella y la lance fuera de su paso, mi padre me pisa la mano lo cual no me molesto ni me dolió al pensar que le había salvado la vida a mi padre y a mi madre y la mía igual.
Volteo a ver a mi padre y tiene una expresión que me dejo atónito, el grito de mi madre me hizo voltear y pude ver que mi abuela ya hacia en el suelo con un charco de sangre saliendo de su nuca, al quitar la patineta para salvar a mi padre provoque que mi abuela se resbalara con ella. Al final no puede ganarle a la muerte.