Después de "La última Noche"

Ya María vive sola con sus hijos. El Tribunal le ordenó a Pedro no regresar al hogar y a pagar una pensión alimentaria para la manutención de los menores.

Una mañana llegó la vecina y:

Vecina: Hola María, como estás. La semana entrante es el Dia de Reyes. Como están los niños. Por cierto, han visto a su papá.

María le dice: No. El no los busca, ni los llama. Ellos, aunque no quieren tenerlo en casa, si quieren verlo.

(Entre tanto en casa de Pedro)

Abuela: Oye Pedro, tú no vas a traer los nenes a casa. Alunque no vivas con su mamá siguen siendo tus hijos. Déjate de tonterías y demuéstrales que los amas. Yo soy su abuela y los amo mucho. Tengo ganas de tenerlos un día en casa.

Pedro: Déjame tranquilo Ellos son los que no quieren que yo viva allá con ellos.

Abuela: Tú sabes que no puede ser. Con esas borracheras, maltratando a María. Ellos sufren.

Pedro: No sé mami, tal vez tengas razón Yo los amo. Quisiera estar un rato con ellos. ¿Porqué tú no los buscas y los traes a casa el Día de Reyes?

Llegó el Día de Reyes. La abuela había ido a buscar los niños y:

Abuela: Pedroooooo. Dónde estás. Te tengo una sorpresa.

Pedro salió del cuarto vestido muy limpio, peinado y hasta perfumado:

Pedro: Hijos como están, cómo va la escuela. Perdónenme, sé que no puedo volver a compartir el hogar con ustedes. Saben los amo mucho. (Los niños corrieron hacie él y lo abrazaron y pedro continúa diciéndoles) He comprendido que no siempre los padres tenemos que estar juntos para que nuestros hijos reciban nuestro amor, nuestras preocupaciones, y podamos mostrarles el mejor camino para triunfar en la vida. Que tal si de vez en cuando vienen a casa conmigo.

Niño: Sí, papi. Mami siempre nos habla bien de tí. Dice que tú nos quieres. Estamos tranquilos. Nos acostamos temprano. Mami está trabajando y le paga a la vecna para que no cuide al salir de clases.

Pedro: Hoy es Día de Reyes. Porqué no miran bajo la cama de mi cuarto a ver si dejaron algo.

(Los niños vuelven a abrazarlo y salen corriendo al cuarto de Pedro. Cuando llegan al cuarto se les olle gritar:) Abuelaaaaaa . . . abuelaaaaaa.

El niño mayor con un brillo de alegría en los ojos dice: Mira lo que nos dejaron los Reyes. Un juego de video. (la abuela había entrado al cuarto y detrás iba Pedro que los miraba muy serio pero con cara de satisfacción) Mira abuela . . . una casa de muñecas para mi hermanita. (La niña estaba en cuclillas mirando la casita y tomó una de las muñecas en su mano y la acariciaba. El más pequeñín había tomado en sus brazos un camión de juguete y se acerca al hermanito mayor, al verlo su cara se iluminó impregnada de esa inocencia de niño y le pregunta: Qué es eso . . .

El pequeñín se acerca a Pedro: Papá, papá, que lindo camión me dejaron Los Reyes.

Los tres niños se abrazan a Pedro y le dicen: Papá . . ., te queremos mucho.

El niño mayorcito le dice: Papi . . . ahora los Reyes llegan a casa de mami y aquí a tu casa, igual que ahora compartimos tranquilos contigo y tranquilos con mami.

Entre todos sacan los regalos, el mayor conecta el juego de video con ayuda de su papá, mientras . . . la niña sigue acomodando las muñecas y al más pequeñin se le oye: rrrrrrrummm pip pip rrrrrrrrrrrr. Desde la cocina, la abuela los miraba con una alegría inmensa. Por fín Pedro había comprendido que sus hijos seguían siendo sus hijos.

Fue un maravilloso día. Padre e hijos habían estado juntos, se contaban cosas, reían juntos . . . De pronto, se hace un pequeño silencio. El auto de María se estacionaba a recoger los niños. Papá les ayudaba a cargar los regalos. Entre abrazos y besos se despedían de la abuela y de su papá.

Ya saliendo hacia el carro el mayorcito regresa, se acerca a su papá y le dice:

Oye, papi, me siento feliz, porque ahora tengo unos padres felices también.