Besar sus labios, sentir su piel, saber que cualquier problema al lado suyo tiene fácil solución, no tener miedo entre sus brazos, saber que él está ahí para protegerme.
Eso es lo que me provoca, mi querido amor.
Vuelvo a ser niña entre sus brazos, niña y mujer a la vez.
Si me miro en él, veo mi felicidad.
Si al terminar el día vuelvo a casa y él me espera, esas cuatro paredes que envuelven mi vida, se tornan el paraiso.
Recostado sobre el sofá, con su pelo alborotado, con su torso desnudo, mira mi ritual diario. Observa como suelto las llaves en la mesa, como cuelgo el bolso y la chaqueta.
Le dedico una sonrisa y voy al cuarto, antes de que llegue, él ya está en la cama, esperando ver como me desnudo, y yo advirtiendolo se lo dedico.
Con un ligero picardias con el que paso a ser la reina de su cuerpo, me visto.
Mirandome en el espejo, recojo mi pelo sobre los hombros, sabiendo que este gesto le pierde, lo hago con movimientos lentos, pausados. Mi delicadeza despierta en él una pasión infinita.
Ahora llega su momento, ahora es cuando él se acerca a mí, agarra mi cintura y besa mi cuello.
Ese es el punto en el que se desata la pasión.
Después de una noche larga de amor, entramos en el sueño y es en ese momento cuando suena el despertador y me devuelve a mi rutina diaria.
Abro mis ojos y encuentro su lado de la cama sin huellas de su paso, lo busco en el cuarto y no lo hallo, corro a su armario y su ropa no esta, su aroma se ha perdido en mi mente.
Las lágrimas brotan a mis ojos, la noche me a jugado otra mala pasada, otra vez lo he vuelto a soñar entre mis brazos.
Hoy sabiendo que la vida se lo llevó, que en casa no está, sigo soñandolo allí, sigo buscando sus caricias, oliendo su piel, escuchando su respiración.
Quizás sea triste, pero la noche me lo devuelve, mi mente lo trae a mí, y el alba me lo roba inevitablemente.
Hoy es su día, hoy cumpliría 29 años.
Al atardecer iré a visitarle, a contarle como va mi vida sin él.
Intentaré que las lágrimas no broten en mis mejillas, intentaré lucir mi mejor sonrisa, parapeto que esconde mi alma vacía.
Iré con su madre, ironias de la vida, ella que nunca me quiso, hoy se aferra a mí, porque en mi ser llevo el fruto de nuestro amor, un hijo. Esto me da fuerzas para vivir, para seguir luchando por él.
Cuando nazca y valla creciendo le contare a mi hijo lo maravilloso que fué su padre, el amor tan grande que nos teniamos, y lo feliz que fuí a su lado. Intentaré que este presente en su vida, que lo quiera como yo lo he querido, porque su padre es una huella imborrable para nosotros, es la esencia del amor en nuestras vidas.
LOGRASTE CONMOVERME SÉ QUE SE SIENTE PERDER A ALGUIEN, TE CONFIESO QUE ME IMPRESIONÓ MUCHO UNA FRASE TUYA "UNA HUELLA IMBORRABLE" ESA MISMA FRASE UTILICÉ UNA VEZ PARA DECIR QUE MI HERMANO HABÍA DEJADO UNA HUELLA IMBORRABLE EN EL TIEMPO, A NUESTROS CORAZONES... VAYA ME ENTRISTECIÓ. BUENO ME DESPIDO, UNA VEZ MÁS TE FELICITO POR TU CUENTO.