El destino, el azar, el hacer y deshacer,
alguno de ellos, entretejió esta trama,
en la que me enredo.
Me deshago entre tus manos,
te rearmo en las mías,
nos desnudamos por dentro y por fuera.
Nos fundimos, nos invadimos,
casi con desesperación,
con ese instinto primitivo de las cavernas,
tu queriendo formar parte de mi cuerpo,
yo tratando de ser la sangre
que desboca tus venas.
Cada caricia tuya deja marcas,
cada beso mió te desgarra la piel,
y a carne viva vamos
transformándonos en un nuevo universo,
todo caos, todo fuego.
Para terminar desentrañando el silencio,
que dice que me amas,
que ambos estamos presos,
y que seria difícil vivir sin todo esto.