Estoy indignada.
¿Cómo es posible que después de tanto tiempo y tantas ilusiones, ahora resulta que nada era cierto?
No hay derecho. No es justo. No lo puedo creer.
¿Cómo es posible que después de 30 años, vengan los astrólogos a decir que nuestros signos zodiacales no son los que nos habían dicho siempre, porque desde el momento en que fueron calculados hasta ahora, las constelaciones se han ido desviando y hay que devolverse hasta el signo del mes anterior? Ahora resulta que yo, por ejemplo, no soy Capricornio ¿Que no soy cabra? ¿Que después de pasarme media vida como una auténtica cabra, tratando de todo corazón de actuar en consecuencia, resulte que soy un caballo, un centauro? ¿Cómo es posible que después de comerme el cuento, ahora resulta que no soy fría, distante, inaccesible, calculadora, rencorosa, rebelde, honesta, sencilla, prudente, sabia, práctica, noble, reservada, tímida, arrogante, arrolladora y, sólo cuando logran penetrar muy profundo en mi alma, soy tierna, dulce, sensible y amorosa?
¿Cómo voy ahora, en la mitad del camino, a sincronizarme con un caballo? ¿Cómo hago para tener la típica “amplia sonrisa encantadora” de sagitario y a hablar gesticulando, y volverme extravagante como corresponde? Bueno, hay cosas que ya se me dan como adorar la libertad, sentirme incomprendida, amar la naturaleza y huirle a la gente. Ah, tampoco tendré problemas para ser despistada. De hecho ya lo soy, y bastante. También soy algo cariñosa y bastante sensible (¿O será al contrario?)Yo soy tímida; ¿cómo hacer que parezca que lo soy pero que no lo soy? ¿Y que parezca que soy mentirosa pero que no lo soy? ¿ Que parezca que soy torpe y chapucera, pero que no soy? ¿Cuál auténtica Sagitario? Afortunadamente mi papá aveces me llama “la defensora de las causas perdidas” y eso es bueno porque ahora sé que es típico de mi verdadero recién descubierto signo zodiacal. También soy sincera y, aunque trato de evitarlo, impulsiva.
Pero bueno, de todas formas me siento engañada. Si esto me pasa a mí, que nunca consulto a los astros para guiar mis días o tomar decisiones, me pregunto: ¿qué será de aquellos millones de personas que sí lo hacen? Con razón les sale todo al revés. Claro que hay algunos brillantes. Hace como 15 años un amigo que leía el horóscopo a diario, respondió a mi burla explicándome que él había aprendido a interpretarlo, a fuerza de analizarlo, y descubrió que para que todo le resultara, había que leerlo al contrario. Si el horóscopo le decía que le convenía un viaje, él no viajaba; si le decía que iba a tener un aumento de sueldo, él se preparaba para perder el empleo. No estaba tan despistado el amigo.
Pero, insisto, no es justo. Yo le tenía cariño inmenso a las cabras, las sentía casi mis congéneres. Llegué incluso a sentirme orgullosa cuando alguien por querer ofenderme decía cosas como: “Qué se puede esperar de ella si, al fin y al cabo, las cabras siempre tiran pa’l monte”. O me salían con cuentos malos como el de que si hay 100 cabras en un potrero y una de ellas salta la cerca, ¿cuántas quedan en el potrero?. Yo, ingenuamente respondí que 99 y me dicen que no, que como las cabras son todas locas y lo que hace una lo hacen todas, pues todas saltan la cerca y no queda ninguna en el potrero. ¡Qué hueso! Pero yo, todo lo soportaba estoicamente porque se supone que Cabra se toma las burlas y contrariedades con una pasividad desconcertante.
Lo que más me indigna, es que los astrólogos sabían la verdad. Ellos sabían que las constelaciones se corren unos minutos cada año y que por tanto viene a ser algo menos de un día cada siglo. Sabían que siendo así, al acumularse varios siglos desde que se calculó....lo que sea que calcularon, las constelaciones no iban a ser las mismas para los mismos meses de hace siglos y de ahora, y que por tanto habría que haber corrido unos días los signos del zodiaco. En fin habría que poder demandar a alguien. Alguien debería devolvernos un poco de...... tiempo.........o algo así.