Hay pobres de cuerpo, que no tienen un mísero pan que llevar a la boca, esos saldrán de su sufrir de una u otra manera
Pero hay menesterosos del alma, cuyo karma le perseguirá hasta los postreros días sin dejarle descansar.
Al hombre capaz de golpear a una mujer, no de golpes de mano o garrote, sino de incomprensión y desamor, lo perseguirá el peso de su propia culpa aunque trate de ocultarlo hasta el final.
Después camina el criminal asesino de ilusiones femeninas cantando su desdicha
Decía que te quise
Y te quiero todavía
Decía que te amaba
Y te amo más que ayer
Las cosas que te dije
Las cosas que te hablé
Hoy tienen más vigencia
Que cuando te dejé
Pero el canto de la mujer una vez enamorada, ahora humillada y emancipada no puede ser más cruel estando su crueldad no en la intención última de la fémina sino en el resultado mismo del pecado del transgresor:
Ahogando el ultimo suspiro
me voy sin que sepas que me voy
mañana cuando busques mi presencia
solo el olvido dará de mi razón
Partiendo con dolor más entereza
recuerdo las palabras que dijiste
una noche de placer,
de carne y fiesta
morirás si algún día yo te dejo
moriré si algún día tu me dejas.
Proféticas palabras que hieren como cuchillo a aquel que hirió de muerte al regazo seguro para su cabeza en el momento de tensión. Amargo como el muerdago será por último el sabor de su injusticia.
En este escrito hay unos versos pero también lo que has escrito en prosa es un auténtico poema. Sigues demostrando una gran habilidad en el manejo del lenguaje. Tu poema es impactante porque habla de una tragedia que por desgracia se está haciendo demasiado habitual. Una vez más felicidades.