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Categoría: Románticos

Amor Disfrazado_ 2ªParte_

Llegó el día y ahí estaba Carolina en la estación de tren con sus padres, se despidió de ellos y se dirigió hacia el andén. Al llegar miró que quedaban nada más que dos minutos para que viniera el tren procedente de Toledo y que se dirigía hacia el País Vasco. Pasaron esos dos minutos y apareció el tren, y cuando se dirigió hacia la puerta del vagón oyó en su cabeza el guión con el que había estado soñando toda la noche.
-No cojas ese tren, y si lo coges, que sea conmigo.
Perpleja aguardó unos instantes no sabiendo si había sido su imaginación o realidad y al ver que nadie contestaba se subió en el tren, pero al dejar las maletas y sentarse, lo vio ahí de pie en el andén de la estación. Cómo había cambiado, no parecía él, estaba más guapo todavía, y al verlo instintivamente se levantó y salió del tren, bajó las escaleras y llegó hasta donde estaba él. Se paró y no supo que hacer, no sabia si abrazarle, si darle un beso o si no hacer nada, y suerte para ella que él se adelantó.
-Hola- fue un tímido saludo en el que Carolina encontró cierto temblor.
- ¿Por qué has venido? Me ha parecido oír tu voz pero no sé si eras tú o…
-Sí era yo- se le apareció ver una especie de sonrisa en la cara
-¿Y qué has dicho? es que no te he entendido muy bien…-lo decía temerosa de encontrarse con otra desilusión.
-¿Qué has oído exactamente?- él también parecía nervioso.
-Pues….la verdad es que no he oído nada claro. Algo de “no” y un murmullo y luego “conmigo”, pero no sé….-se estaba empezando a marear, su guión se estaba cumpliendo palabra a palabra.
-¿Te encuentras bien? Parece que te estás mareando- se preocupó al ver que se ponía la mano en la cabeza como señal de malestar.
-Sí, la verdad es que…- no pudo más, todo iba sucediendo según ese sueño tan maravilloso que se había repetido tantas veces aquella noche. Se desmayó pero Javier corrió a cogerla y ella cayó en sus brazos.
Él rápidamente se la llevó a uno de los bancos del andén, el tren estaba empezando a andar y ahí estaban ellos, solos en el andén de la estación; ella desmayada sobre sus brazos. La dejó en un banco y esperó a que despertara, cosa que ocurrió en seguida.
-¿Qué tal estás?
-Algo mareada, dime….¿qué me has dicho antes?
Se quedaron unos segundos en silencio y él habló. Estaban ella tumbada en el asiento del banco y él de rodillas en el suelo para estar más o menos a la misma altura.
-Te había pedido que no cogieras ese tren, y que si lo hacías, que fuese conmigo-
Carolina tragó saliva. No estaba del todo segura de qué podían significar esas palabras, ya fuera del guión y quiso asegurarse.
-¿Por qué me has dicho eso?
-Porque no puedo vivir sin ti, estoy enamorado de ti desde el día en que te vi como una mujer, he intentado por todos los medios olvidarte desde que me dijiste que ese chico se te había declarado y que empezabas una relación con él pero no he podido. Ninguna de las maravillosas chicas con las que he estado es como tú, tú…con sólo estar a mi lado ya me haces sentirme feliz.
Carolina sintió que se derretía por dentro y por fuera al oír esas palabras que tanto necesitaba desde hacía mucho tiempo.
-Cuántas veces he soñado con que me decías esas palabras, tan bonitas…- no hablaban, susurraban, a pesar de que no había nadie que pudiera oírlos; tan sólo estaban ellos y el eco del silencio en esa estación.
-Tú….-Javier interrogó con la mirada las palabras de su amiga y encontró en sus ojos esa intensidad que tanto amaba.
-Yo te quiero desde el primer día que te vi, nunca te lo he dicho porque pensaba que no sentías lo mismo y no podía acabar con una amistad como la tuya, tan necesaria para mí. Cada día te veía más lejano de mí, hasta que el día en que discutimos decidí…
-Es amigo del que decías estar enamorada era yo…
-Quería ver cómo reaccionabas, al igual que cuando te dije que se me había declarado ese chico, mi primer novio ¿recuerdas? Todo eran pruebas
-Pruebas que hicieron que algo despertase en mí
-¿Amor?
-No, celos, celos Carolina. Unos celos que no supe entender hasta que me preguntaste por ese amigo, que era yo; la idea de que otro te quisiera y tu a él me hacía mucho daño, pero no lo entendí hasta el último día en que discutimos y me dijiste que me odiabas, no sabes cómo me sentí al oír esas palabras.
- Por eso cada vez que nos veíamos te comportabas de forma más fría conmigo…
- Sí, y por eso te dije que mejor que nos viéramos una vez por semana únicamente, porque no soportaba estar oyendo las historias de tus novios, pero yo no sabía qué me ocurría, porqué te odiaba de esa manera hasta que vi la posibilidad de perderte, eso me abrió los ojos; cuando me enteré por tu carta que te ibas se me fue el mundo a los pies, y…no supe qué contestar para que no notases ninguno de mis sentimientos, y por eso fui seco y prácticamente copié tu carta, en especial la palabra con la que describías nuestro tiempo juntos…
-Gratificante…
-Si, esa palabra, no sé por qué la usaste. Me impactó la forma en que te despedías de mí.
-Adiós para siempre…
-¿Por qué lo hiciste?... ¿Por qué nunca me has dicho nada?... Desde el primer momento, todo habría sido más fácil…
-Porque tú no sentías nada por mí, únicamente al ver que podía querer de verdad empezaste a verme de otra manera, y en el fondo me alegro de que nunca te haya dicho nada…
- Dios mío, llevas un año y medio enamorada de la misma persona y yo voy y te digo que ninguno te ha durado más de tres meses…
-Por eso te dije que te odiaba, me sentía muy impotente, no llevabas razón y no podía demostrártelo sin que te enterases de la verdad….
-Ahora ya lo sé, y menos mal que no has cogido el tren, si no, no sé que hubiera sido de mí…
-Te equivocas, sí que he cogido un tren, sólo que contigo y hacia una vida juntos tú y yo, para siempre…
-Te quiero Carolina, nunca voy a dejarte, siempre estaré a tu lado, siempre.
- Nunca pensé oír esas palabras de tu boca…
- Créetelo Carolina, te quiero como a nada en este mundo.
Carolina volvió a marearse y Javier se preocupó de nuevo por ella.
- Te has vuelto ha marear, si quieres que te lleve a casa…
-…No no, no te preocupes, no me pasa nada… es sólo que ahora que todo se ha aclarado, por primera vez en mucho tiempo me siento bien, sólo es eso…
Se quedaron mirándose mutuamente; ambos estaban sorprendidos por los hechos, profundamente felices y aliviados. Sonrieron y tras unos instantes Javier se inclinó fundiéndose los dos en un tierno y esperado beso, que sería el comienzo de una nueva vida juntos.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.34
  • Votos: 88
  • Envios: 4
  • Lecturas: 5216
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