Capitulo l “Kefren”
Llevo veinte minutos caminando por el palacio del faraón Keops, haciendo mis rondas normales, cuando una sirviente se acerca junto a mí.
Disculpe GuardiaDuda un poco-¿Sabe donde puedo encontrar al guardia Aros?, la princesa Heteferes lo espera.
ClaroContestoSoy yo.
Pero…Traga saliva¿Usted no tiene por nombre Celta?
En efectoTitubeo un pocoSolo lleveme con ella.
Mientras caminamos por los pasillos hacia la alcoba de la princesa Heteferes, me detiene Kefren, sucesor del faraón.
¿A dónde vas?
Estaba haciendo mi ronda.
En serioVoltea a ver a la sirviente¿Qué ella no es la sirviente de la princesa Heteferes?
Lo miro a la cara. Percibo un gesto de arrogancia.
Me pidió que fuera con la princesa.
Y ¿para que irías a su alcoba?
Percibo un sudor frío, “!Estupido!”, me repito una y otra vez. ¿Por qué dije eso?, pude haber inventado cualquier cosa, pero todo menos decir que iría con la princesa.
No te asustes, quiero ser tu amigoEl hombre sonríe y me mira; de lejos parece una buena persona, pero de cerca hay algo definitivamente algo anormal y desagradable en su personaConfía en mí, no te obligare a que me digas a donde te dirigías.
Entonces con tu permiso me voy.
Claro. Después que me digas como siguen mis minas en Sinaía.
Esas no son tus minas, son del faraón…
KeopsMe interrumpePero pronto serán mías, cuando sea el nuevo faraón y gobierne a todo Egipto. Camina hacía su alcobaSígueme Celta, tenemos asuntos que atender.
Por la orden pero sobre todo porque creo que sospecha algo, accedo a ir. Pero antes le digo a la sirvienta que vaya con la princesa, que alcabo de unos minutos me dirigiré a su alcoba. Entre al aposento de Kefren y observo que me esta esperando.
Muy bien Krefen hablemos sobre las minas en Sinaía.
Alguna vez haz visto desnuda a una muchacha? Me voltea a verNo creo ¿verdad?
Y nunca haz acariciado un cuerpo, ni lo haz besado, ni lo haz…El hombre suelta una carcajada, se sienta y agregaMeresanj, ven.
La joven esclava obedece de inmediato.
Deléitate un poco con ella. Haz lo que quieras con ella, ella te obedeceráMira a la muchachaVamos, no te va a pasar nada solo es una esclava.
No entiendoContestoQue tiene que ver esta conversación con las minas de Sinaía.
NadaSuelta una carcajadaNada.
Lo observo intentando imaginarme porque me trajo aquí, y porque estamos teniendo esta conversación.
VerásSuelta a la esclava y camina hacía donde estoy yoHe escuchado ciertos rumores, que tal vez te interesen.
Solo lo observo, mientras manda a todas las esclavas a que se vayan de su alcoba y estas obedecen.
Veras, escuche rumores sobre un cierto guardia de nombre Celta y mi esposa, la princesa Heteferes.
!No es tu esposa!
Pero lo seráDa tres pasos alejándome de miY ¿Qué tienes que confesar?
“Dios mío”, me digo, “Esto no puede estar pasando”. Si el sabe sobre nuestro noviazgo, mi adorada princesa y yo estaremos engrandes problemasNo se de lo que estas hablando, con tu permiso me voyMe doy media vuelta y cuando me dispongo a salir.
Pero no se, tal vez al faraón le interese escuchar este fascinante rumorEspera a que me de vuelta¿N lo crees?
¿Qué quieres?
Solo que la dejes de ver.
Disculpa.
Verás, es mi prometida y …
!Pero no te ama! GritoSolo la están obligando a casarse contigo.
Suelta una tremenda carcajada¿Crees que te ama? Camina y se pone enfrente de mi, como creyendo que me controlaSolo déjala en paz y te daré diez esclavas, las que tu quieras, ¿Qué te parece?
Lo miro intentando contener mi furia y le digoNo, tu eres el que debería…
Me estas amenazando, al futuro faraón de EgiptoMe mira dispuesto a abofetearmePorque si es así, yo…
Nos interrumpe mi compañero y amigo Yami y diceGuardia Celta, el faraón requiere su presencia, haga el favor de acompañarme.
Me dirijo hacia Yami cuando.
!Esto no ha terminado Celta!, ya lo verasActo seguido da media vuelta y se aleja.
Continua en el capitulo ll “Heteferes”