CAPITULO 3: Tres Hermanas y un Solitario Almirante Zarpan de Castilla
Muelle de Castilla, 17 de Septiembre de 1492, 6:00 a.m.
Mis hombres carraspeaban incómodos, solo hacía falta que yo diera la orden para que zarpásemos en nuestra arriesgada aventura buscando demostrar la redondez del planeta. Toda la población de Castilla, incluidos los reyes, se encontraba presente. Viene a mi mente el recuerdo de cuando fue la primera vez que exclamé “ ¿ Y si fuera redonda la porquería ésta ? “ . Ni el más novato de los cartógrafos se hubiera atrevido a aseverar tal cosa, ni al más loco de los navegantes se le habría permitido tal herejía ( hacía poco que había terminado la Edad Media , pero todavía se podían ver hogueras encendidas... por las dudas hubiera algunos osados caminando ) . Era difícil... todos sabían que llegaba un momento en que el mar se terminaba... y bueh, ahí estaban los elefantes, y la bendita tortuga. Levanto mi vista y miro el cielo, ese cielo límpido con tintes rosados que anunciaban que pronto amanecería. Ese cielo que ahora despertaba una sensación indescriptible en mí, un sentimiento de paz infinita que solo la tienen los que se sienten bien consigo mismos. Mis pensamientos están más allá de la comprensión de los que me rodean en estos momentos...
Yo: Que hijos de p..., tanto me han hinchado las pelotas las sombras estas que ya me hicieron dudar ... ¿ y si es cuadrada ? ¿ Que digo cuando vuelva ? No hay forma que vuelva... No tengo un mango... a Meme lo convenzo fácil ( nunca me fue difícil engañar a mi inseparable discípulo ), ¿ pero a los presos ?. No se bancarían nunca un “ Bueno changos, era cuadrada, a cualquiera le pasa “. Me masticarían el esternón de muy buena gana. Y a mi no me gusta la violencia ( en realidad, mi lema de la no violencia viene desde la cuna, porque tengo alergia a la sangre, sobre todo si va ser la mía como en este caso)... ¿ Qué hago ? ¿ y si digo que estoy enfermo ? No debería haber venido... Sin embargo en el fondo sé que no me hubieran creído, tendría que haber traído certificado médico, pero ahora ya no hay tiempo. Siempre me pasa lo mismo... En fin, mejor digo algo, porque parece que estamos jugando al ajedrez " Che Meme, no vino tu novia a despedirte ? ". Veo a Meme tomar su rostro y meterse al camarote sollozando. Tarde recordé que su novia vivía lejos, en la loma del orto, y que hacía mucho tiempo no la veía. Hey, en realidad no era para tanto...Mierda, todo me sale mal hoy, que mufa. Bueno, ya me tienen harto, digo lo que tengo que decir así me puedo ir tranquilo " Pueblo de Castilla: este día marcará un hito en la historia de la humanidad. Hoy partimos hacia las Indias por rutas desconocidas por el hombre, hacia lo inexplorado en búsqueda de especias y aventuras. Ojalá la suerte nos acompañe, para que volvamos sanos y salvos. Ruego a Dios por nosotros, y que el nos salve por siempre, Amén. Gracias, y adiós" ( Después dicen que no digo buenos discursos. Que se le va a hacer... cuando se tiene la labia se tiene todo. Ahhh, y antes que me olvide: ta’ loco si llega a ser redonda, poquito los voy a gastar, especialmente al viejo Matusalén Ahumada, con el cual todavía debo arreglar un asunto pendiente si regreso ).
Martín de Castilla: " Espera, almirante...espera por favor...déjame pedirte una gracia "
Cuando escuché gritar al rey ya olí el quibombo, ¿ que m... querrá la sombra ? Se acercaba a mí corriendo de una manera muy extraña, lindando con lo cómico, y yo intuía debajo de sus túnicas una prótesis de cadera o pañales, o algo por el estilo. No había otra explicación para tales movimientos.
Yo: " ¿ Tu deseas pedirme una gracia, noble señor ? yo que comparado con vuestra persona soy solamente una mota de polvo, me siento honrado de poder resolver lo que necesitéis. Te escucho ". Viejo, no te desubiqués, guarda con lo que me vas a salir.
Martín de Castilla: " ¿ Puedo... puedo viajar con ustedes ? "
Verdaderamente me sorprendió el pedido de la momia, nunca lo hubiera esperado. Vacilé un instante...
Yo: " Pero Su Alteza, es un viaje demasiado peligroso como para arriesgar su vida de esa manera "
Martín de Castilla: " Ya hablé con mi esposa y ella me deja ir, vamos, no sea ordinario, dejemé que lo acompañe. Mire, llevo más doblones por las dudas, para comprar algo en el camino si hace falta "
Astutamente evalué la bolsa con doblones, y me dirigí hacia Meme
Yo: " Sombra, ¿ cómo andamos de dinero ? "
Meme: " Y... no andamos, directamente "
Silencio en el puerto. Yo debía recibir o rechazar al rey. En mi vida siempre busqué de quedar bien con Dios y con el Diablo, si había que tomar decisiones las deslindaba, y cuando me pedían que acuse a alguien, trataba de no dar nombres, de esa manera mal que mal zafé a lo largo de mi vida. Pero ahora debía tomar yo sólo la decisión, y de frente. Algo más difícil por favor. Lo miré largamente, buceando en sus ojos, tratando de adivinar la verdadera razón de su pedido.
Yo: " ¿ Está dispuesto Su Majestad a sufrir hambre, frío, privaciones, humillaciones, y a librar batallas con el enemigo si es necesario ? "
Martín de Castilla: " Estemmm... ¿ y cuándo estaríamos llegando a las Indias ? "
Yo: Uy papá, veo caca ahí; andamos medio maricones por este reino, ¿ no ?. " A ver... hoy es 17... estaríamos llegando el 28 o 29, a más tardar el 30 "
Martín de Castilla: Mmm...no es tanto si me pongo a pensarlo bien... además la Mariana no me la anda prestando muy seguido que digamos, así que quizá me haga bien. " Acepto Almirante, haré todo eso que dices si es necesario "
Yo: AY Diosito, esto no es vida... Debería estar en Ibiza con dos conejas de Playboy, pero no… Declarado ahora niñero oficial del rey senil. Ojalá no se ponga denso en el viaje. Humm... aunque si le llegara a suceder algo, esa bolsita de doblones cambiaría de dueño. "Admiro vuestra valentía, Su Excelencia. Podéis acompañaros si es ese vuestro deseo. Y no olvidéis los doblones "
Meme: " Che negro, ya están todos listos "
Yo: " Está bien, nos vamos. En marcha Rey; si son muy pesados, le llevo los doblones. Avisemé cualquier cosa "
Di un último grito de aliento a la tripulación, y cuando con la mano en alto saludamos al pueblo, la multitud estalló en una ovación de júbilo. No era para menos. De una sola vez se habían desprendido de todos los presos del lugar, de los dos locos que decían que la tierra era redonda, y hasta del rey, o sea que dábamos sobrados motivos para que se emborrachen largamente. Pero una parte de mí quedó para siempre en el muelle de Castilla cuando soltaron las amarras y les juro que el sol y el cielo palidecieron, cuando Santa María, La Pinta y La Niña se perdieron en el horizonte en busca de las Indias.
- FIN DEL CAPITULO 3 -