Sentimiento era feliz, él mismo decía que había encontrado el amor. Aquella persona le decía cosas bonitas, le prometía el cielo, la luna, pero Sentimiento en eso no pensaba, solo le interesaba, el sentirse como se sentía en ese momento. Era feliz, solo eso valía. Pero un día llegó la cruel realidad. Las promesas eran falsas y los dichos mentidos. Ya no correspondían al amor de Sentimiento.
Después de mucho sufrir, quiso conversar con Sensatez y lo citó a su casa, en el Corazón.
Sensatez vino presurosa pues era su mejor amiga. Sentimiento Le contó como se sentía, que quería que las cosas vuelvan a ser como antes. Sensatez le hizo reflexionar, y le hizo entender, que ese, no era el verdadero amor. Sentimiento por momentos asentía pero después, al rato, seguía pensando en esa persona. Es en ese instante que Sensatez descubre que alguien trata de entrar.
- ¿Quién será? -. Dijo Sensatez.
- Yo no percibo nada. Sigamos charlando de mi amor perdido -respondió Sentimiento.
- ¿No escuchas los pasos? Son pasos presurosos y vienen hacia aquí.
- Solo son latidos de mi corazón que laten ligeros por mi desconsuelo y tribulación. Sigamos conversando.
- Percibo a lo lejos un llanto. Es el llanto de alguien que clama.
- Solo es el viento que juega con los tallos del campo, llora por mi tristeza, sabe que me siento mal y solloza el no poder ayudarme, sigamos conversando.
- Alguien nos llama Sentimiento y nos llama por nombre.
- Solo es el río que resuena. Sus aguas llevan palabras bellas dichas con emoción y ternura; son palabras de encomio y aprecio, ánimo y comprensión, sigamos conversando.
- ¿Oyes el canto? Es un canto que atrae y cautiva
- Solo son los pajarillos del jardín que cantan, pues anochece. Cantan armonías que salen de su corazón, un corazón lleno afecto y efusión, sus canciones hacen que por momentos olvide mis penas. Pero mis penas continúan. Sigamos conversando.
Sensatez y Sentimiento razonaban amenamente y no se daban cuenta que el genuino amor llamaba su atención.
- ¡Soy el verdadero amor permítanme entrar! -suplicó el visitante.
- ¿Escuchaste Sentimiento? ¿Verdad que escuchaste?
- Sí, escuché, son las olas del mar que acarician la arena con apego y adhesión, al igual que abrazos eternos llenos de amor que no disminuyen con el tiempo, abrazos dados con respeto y devoción; al igual que un beso en la boca, un beso casto que roza y se retira, un beso modesto sin mala intención. Sigamos conversando.
- Sentimiento…
- Dime Sensatez.
- Si el verdadero amor llegara, ¿verdad que lo aceptarías?
- Claro que sí, ¿como crees? Le abriría completamente las puertas de este corazón.
Sensatez y Sentimiento terminaron su conversación y ambos concordaron en esperar al verdadero amor.
Muchas veces el dolor puede convertirse en un impedimento que no nos deje distinguir al verdadero amor.
Trabajo en una residencia para la tercera edad y decirte que todos me han expresado que tu historia es de lo mejor, muchas gracias por haberla creado