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Amor salvaje

Toda la tarde Andrea bajo el sol del 15 de febrero de 1972, había plantado 3 hectáreas de cebolla quedando totalmente desecha.
Duro fue el regreso la chacra pero sabia que le esperaba una buena “mateada” junto a su emisora única y favorita “clarín” donde a toda hora Charlitos Gardel hacia las delicias de las viejas y nuevas generaciones.
Andrea era jovial una chica de trece años “sana” que dedicaba su vida totalmente al cultivo, a la escuela rural donde hacia un curso de repostería.
Su vida transcurría con sus padres Julio, (aquella violación del caballero español de la realeza a una niña india de 13 años) un gaucho matrero, donde su juventud había pesado en el prontuario de la comisaría del pueblo, su condición de ladrón era la ira de todos los estancieros. Su madre Joaquina una negra esclava escapada de Brasil donde se dedicaba a la servidumbre y en un acto de hidalguía atemorizada por los castigos que sobrevendrían por romper un plato se lanzo al mar mas en un acto suicida que en busca de libertad, y llego a parar media muerta en la playa, donde la recogió Julio y sin condiciones le brindo su ayuda.
Pasaron los años y con varias “changas” llegaron a construir un “rancho” muy escueto y austero, Julio recogiendo la experiencia que había ganado “a la fuerza” cultivando, mas alguna de las docenas de semillas que había “afanado” fue cultivando en el fondo algo de verduras, y con sus suspicacias y a “costilla” de las vacas que carneaba en otras quintas tenia una dieta balanceada. Su mujer se dedicaba a la prostitución, sus servicios eran muy pedidos en la comisaría, donde a raíz de esto Julio tenia cierta inmunidad, ya que algunos de los servicios iban “gratis” vaya a saber si era por eso o por placer.
Su forma de “cuidarse” era muy rudimentaria, y un día sin saberlo noto que con el paso de los meses su panza se iba agrandando: había quedado embarazada.
Todo esto comprometía a todo el cuerpo de policía ya que ninguno se había quedado atrás cuando Joaquina ofrecía sus
servicios, y entre todos juntaron una buena suma como para que por un largo tiempo no volviera. La suma era muy alta y le daba la posibilidad de estar sin problemas por un largo tiempo.
Pasaron los 9 largos meses y nació Andrea ella era rubia u de ojos claros lo cual resaltaba que no era hijo de Julio, esto no lo puso muy contento, y al darse cuenta a simple vista que no era su hija con una mentalidad muy perversa ya pensaba en su hijastra como un nuevo vehículo de prostitución a largo plazo. La infancia de Andrea fue muy conflictiva, Julio venia borracho y le pegaba a su mujer, la violaba, Joaquina sin poder hacer nada gritaba, y todo lo que ellos hacían inconscientemente era absorbido por Andrea.
Con muchos problemas Andrea fue creciendo y con ello asimilando todo lo que veía y escuchaba, pero a pesar de todo, su conducta era sumamente austera. Los amigos que ella tenia era muy pocos por lo general de la escuela rural y algún que otro vecino. A lo largo y ancho del pueblo se mantenía de manera muy “colonial” no había energía eléctrica, y por ende todo lo que conlleva a la electrificación: heladera, calefón etc.
Un día muy soleado de diciembre a la hora de la siesta, Andrea decidió ir a dar una vuelta por el campo... dulcemente fue recorriendo aquellos campos de su quinta viendo como lo que ella había sembrado con tanto sacrificio empezaba a dar sus frutos. Su felicidad era muy simple, no le importaba el dinero, ni siquiera sabia si iba a comer esta noche, todo lo que la hacia feliz era saber que el amor con que ella hacia las cosas llegaba “a buen puerto”.
Siguió recorriendo hasta que ya exhausta decidió echares sobre el suelo cobijada por el trigo maduro, tomo una espiga entre sus manos, la puso en su boca, la saboreo..., y se animo a pensar en lo desagraciada que era su vida, se animo a pensar en las “cosas impensables” como si sus “tabúes mentales” se desvanecieran cuanto mas lejos se alejara de su “rancho”.
Esa alma pura y cristalina se había manchado por las cosas que hacia su padre, ella lo sabia pero no lo contaba, su vergüenza era mucha, y su temor peor aun. Su padre borracho traía mas bebida y tomaba junto con Joaquina, hasta dejarla completamente dormida así éste podía cometer los vejámenes con su hija. Era muy feo lo que Andrea sentía por las noches, el aliento a “vinacho” (casi vinagre) las manos de su procreador por adentro de sus bragas, su barba rancia y puntiaguda sobre su espalda, su aliento, en su vida todo era una desgracia.
Todo el ser angelical de Andrea lloraba, todo lo bello del ser adolescente era malgastado en un ingrato, esos incestuales pensamientos pasaban por la mente de ésta, y cuando reacciono, vio que ya era hora de partir, ya estaba oscureciendo.
En la vuelta a casa todo vestigio de rebeldía debía desaparecer, sino ella sabia que su “padre” lo haría desaparecer con la fuerza de un puño. El día había muerto y la noche la salió a velar y con este la misma historia se repetía con total impunidad, pero lentamente la paciencia de Andrea se iba colmando.
En pleno “impasse” general despertando de aquélla pesadilla diaria, era hora de ir a hacer los mandados, pero esta vez como nunca la personalidad de Andrea había cambiado, estaba irritada desafiante, su madre le recriminaba que era hora de levantarse, de hacer las cosas mientras ella, acabada de finalizar el poco vino que quedaba en la damajuana de 5 litros, y por sobre todas las cosas había que traer vino, Joaquina tampoco se caracterizaba por los bueno modales, ya que despertar a una persona tirándole una palangana de agua no es muy delicado que digamos...
Pero para sorpresa de Joaquina no iba a ser precisamente la respuesta de siempre Andrea tomo un sartén con el aceite hirviendo para las “torta fritas” y se lo volcó completamente en la cara!!.
Andrea estaba desacatada tomo el sartén con las dos manos y golpeaba fuertemente la cabeza de la negra que semi- inconsciente no atinaba a nada, ésta le preguntaba porque la atacaba y la joven lo único que contestaba era “ porque se lo permitiste puta, puta puta!!
Al menor rastro de sangre y al verle la cara a su madre salió despavorida llorando corriendo sin rumbo.
Se dirigió hacia el pueblo gritando y llorando, pidiendo ayuda ya que advirtió lo que había hecho y su madre necesitaba que la ayudaran, se dirigió hacia la pulpería donde se encontraba su padre junto con otros parroquianos tomando y jugando a la “conga”.
Estos las vieron y se asustaron ya que en un pueblo donde lo más llamativo era como mucho una vaca carneada ver a una muchacha corriendo despavorida y con manchas de sangre en su delantal era mas que un acontecimiento.
Andrea espero en la comisaría mientras que Julio y un par de policías fueron a ver lo que pasaba. Mientras Andrea esperaba, había un par de policías que lo único que hacia era mirarles las piernas a Andrea, ésta comprobó que era mejor irse ya que esas miradas libidinosas mas su estado de alteración podían terminar mal.
Al emprender el camino a casa y al cabo de unos metros se encontró con su padre, este totalmente ofuscado la tomo de los pelos y la comenzó a golpear salvajemente y le decía, “yegua de mierda desfiguraste a tu madre” tal fue la golpiza que nuevamente “guardaron” a Julio por un par de días en la comisaría.
A Andrea la auxilió una vecina y ya en el anochecer volvió a la casa, al llegar encontró a su madre con la cabeza totalmente vendada, y estas completamente “ensopadas” en el liquido de las ampollas que cubrían su cara.
Pero a pesar de todo el panorama Joaquina no le recriminó ni culpo en nada a su hija, simplemente ella pidió perdón por ser tan cruel con ella. Andrea rompió a llorar y abrazo a su madre pidiéndole perdón,... pero ella por dentro sabia que tenia una deuda interna consigo misma pero que por temor y vergüenza no era el momento adecuado para vomitarlo.
Pasaron los días y poco a poco la recuperación de Joaquina era un hecho, pero la tranquilidad se perdería ya que volvía Julio de sus días de reclusión, y adivinen que?...con una nueva borrachera, era como nuevamente volver al mal humor diario, otra vez los platos de comida al suelo si estaban fríos, otra vez los insultos así porque sí, en fin otra vez la rutina.
Fueron pasando las horas y lentamente llegaba la hora de descansar hasta el otro día, todo se asemejaba a aquel día, Joaquina totalmente ebria dormida sobre la mesa y Andrea acostada sobre uno de sus lados. Lentamente sintió el movimiento de la cortina hecha de cañas, el aliento a bebida había inundado la habitación, sabia muy bien lo que le esperaba. Por el lado de Julio al entrar y ver a su angelical deseo carnal descansar notó que ésta al sentir su presencia se corrió hacia un lado de la cama como dándole el paso y aprobación a su degradación.
Julio entró a la cama, y el aroma a rosas partía sus ennegrecidos pulmones saturados de nicotina... lentamente se saco la ropa, y comenzó a hacer lo de siempre.
La vejación se había comenzado a gestar, pero en el momento que julio pensaba “ingresar sexualmente” se encontró con una sorpresa “non grata”, en su zona genital sentía una cosa punzante, fría, al pegar un vistazo por debajo de las sabanas vio que la cuchilla con la que él “capaba a los chanchos podía legar a “caparlo” a él.
Despacio..., muy despacio fue saliendo de la cama y como nunca rogando que no lo lastimara, y Andrea también como nunca dándole un ultimátum a su padrastro.
Podría decirse que a partir de aquí era como un nuevo comienzo en la vida de Andrea, ya no mas soportar lo de todas las noches como ya no mas los maltratos con respecto a la comida.
Tan fuerte fue el cambio que por primera vez comenzó a observar con lascivia a quien ella quería que le sacara la virginidad, un vecino suyo llamado Arístides.
Indubitablemente ella lo veía todo los días, era el hijo del almacenero, un día algo maravilloso sucedió, después de tantas idas y venidas “iban a ir a caminar”.
“Pueblo chico infierno grande” dice el dicho, y el que lo hizo no se equivoco, corrían todo tipo de rumores en el pueblo desde que ella lo “engatusaba” para sacarle la plata, hasta que el padre de Andrea iba a administrar la despensa. La realidad era simplemente una estaban enamorados el uno del otro, y al acercarse uno al otro trataban de conocerse el uno al otro. Todas las tardes Andrea iba a la casa “del Ari” para conversar y “tomar unos mates”, Arístides era una persona no muy culta que digamos, pero con sus continuos viajes a Montevideo se había hecho de cierta “cultura popular” donde dentro de estas caben también los “mitos urbanos”.
Le comento varias cosas que para ella en 17 años de vida le habían sido esquivas, unos de los “mitos” que más le llamo la intención fue la de un caso donde un hombre mayor de edad muere y la única compañía que tenia era su perro y al cabo de unos día encuentran al cuerpo y al perrito, al cuerpo lo trasladan hacia la morgue judicial, pero notan una conducta fuera de lo común en el animal se acostaba delante de la cama de su dueño y hacia como que escarbaba en la alfombra. Tratando de interpretar el idioma del animal levantaron la alfombra y encontraron una bolsa de polietileno con la característica de que ésta pertenecía a una famosa fabrica de pasta de la zona, y fue la prueba principal para tener una hipótesis antes de que lo determinara la autopsia.

Al cabo de un tiempo nadie supo mas sobre el paradero del perro, el anciano fue enterrado vaya a saber en que cementerio ya que no tenia familiares, pero lo raro de este episodio es que en uno de los recorridos del guardia de seguridad del cementerio del norte que se llamaba Gerardo (como olvidarlo)encontraron a un perro asfixiado con una bolsa pero la casualidad fue que era la misma bolsa de aquella fabrica de pasta y vaya a saber uno las casualidades del destino en la tumba del anciano asesinado a manos de vaya a saber quien.
Arístides sabia bien que todo se relacionaba con un mito urbano, y a causa de esto el relato debía ser tomado “entre pinzas”, pero Andrea no lo había tomado así, estaba nerviosa y su sed de conocimiento le cuestionaba a Arístides mas datos sobre esa historia, los cuales nunca se tienen. Pero a modo de broma "Ari", le dijo que el caso no se había llegado a resolver, pero lo que se decía era que se había tratado de un fenómeno paranormal al que los entendidos en el tema le llamaban posesión. En el campo una de las costumbres más comunes es la ruda de amigos a altas horas de la noche y conversar sobre fenómenos o hechos que con lógica no se pueden explicar, Julio el padre de Andrea era “especial” para este tipo de cosas, porque además de ser un matrero embaucador, tenia una imaginación digna de admiración, en muchas oportunidades en la rueda de amigos y donde solamente los hombres eran admitidos una vez Andrea escucho un a historia similar, y la conmocionó a tal punto de no poder dormir por unas cuantas noches, al parecer hay con esta historia que le contaba Arístides volvería a pasar lo mismo.
Pasaban las horas y Andrea daba vueltas en la cama hacia un lado y el otro tratando de conciliar un poco el sueño pero sin poder lograrlo... ¿Y si es verdad? ¿Y si todo lo que yo había escuchado de mi padre era cierto?. Por primera vez en su vida quiso que su padre estuviera en su propia cama para que a pesar de los vejámenes a lo que la sometía sintiera unos brazos fuertes que estuvieran a su lado.
“Gracias a dios” llego el día, y al abrir la puerta miro hacia abajo y lentamente sus ojos se llenaron de lagrimas al ver que en la puerta de su casa le habían dejado un cachorrito de raza "Rottweiler" con una cinta roja en la cabeza, y una tarjeta que decía “gracias por tu amistad, con cariño “el Ari”. Simplemente no lo podía creer, el primer regalo de su vida, no como lo que le había hecho su padre un “día de reyes” poniendo bosta de caballo en un papel de regalo.
A las corridas poniéndole un pedazo de cuerda como correa salió Andrea hacia la casa de Arístides para agradecerle el gesto. Hizo sonar sus palmas para que éste saliera y al verlo hizo perder la virginidad de sus labios juntos con los del en un tierno episodio de amor. Todo iba sobre ruedas Andrea que toda su vida se quejaba que no le gustaba cocinar ahora era en lo que más se preocupaba, ya que todas las tardes enfilaba para la casa de su novio con un “biscochuelo” recién hecho.
Todo marchaba sobre ruedas, tal es así que con los ahorros de Arístides mandó a confeccionar dos alianzas, se iba a casar. Fue mucho el esfuerzo ya que los viajes a Montevideo solo eran para reponer mercadería pero en estos momentos eran para cosas particulares. La vida era Andrea era un cuento de hadas sus padres no se oponían, había aprobación por parte de sus suegros... pero las desgracias vendrían por otro lado...
Cuando faltaban 2 semanas para unir sus vidas en matrimonio súbitamente falleció Arístides de un infarto fulminante, tal es así que su corazón se partió. Una de las vecinas de éste fue a decirle a Andrea la fatal noticia.
Andrea quedó devastada mentalmente revivía trazos de lo que había sido su relación, sus mejores momentos, su primer beso, su primer sensación de amar hacia otra persona, pero repentinamente al observar a su cachorro, recordó una vieja leyenda sobre la víspera de los muertos, donde los perros dos o tres días antes comienzan a aullar, como si prematuramente sintieran o mas bien presintieran la muerte de un ser querido.
Pasaban las horas y el velatorio se iba consumando, Andrea apoyada sobre el ataúd y en un mar de llanto solamente atinaba a peinar al difunto, acariciarlo, y bañarlo con las lagrimas de su sufrimiento, sabiendo que esa seria la ultima morada y el ultimo encuentro con el amor de su vida. Lo prematura de esta muerte junto con lo querido que era le difunto congregó a todo el pueblo dentro de la capilla donde después de sepultarlo le brindarían una misa. Rebelde y renegando de su realidad volvió su casa antes de que todo esto sucediera inclusive el entierro, se acostó en su cama y se puso a juguetear con el cachorro, actualmente en único recuerdo que junto con las alianzas mantenía viviente el espíritu de Arístides. Centró su vista en un punto abstracto el quincho de su casa y sin quererlo se quedó dormida.
Muchas cosas pasaban por la mente de Andrea, sus recuerdos, sus miedos, el volver a replantearse si valía la pena reconstruir la vida o dedicarse a la abstinencia de por vida, pero lo que más colmaba su mente era aquel mito urbano que le comento Arístides aquel día. Se podría dar el hecho de que el alma de Arístides se hubiese transmitid hacia el perro en una especie de reencarnación? ...Un nuevo día daba a Andrea cierto toque de frialdad, ya que suponía que su ser amado no la había abandonado, vivía dentro de su perro. Todos esos pensamientos debían de ser ocultados por completo hacia otras personas, ya que lo mas seguro era que la mandaran hacia el hospital psiquiátrico Vilardebo de Montevideo en la capital.
Tratando de olvidar esas ideas decidió tomar un baño, se desvistió y abrió la canilla de agua caliente para templar el agua, ya dentro de la bañera preparándose para el enjuague final, noto que su perro la observaba, ella lo miro y tímidamente sonrió, pero notaba algo raro en la mirada del animal, cierta mirada de atención mas largas de lo normal, como si realmente la estuviera observando.
Nuevamente como en aquellos días decidió ir a caminar pero esta vez acompañada de su perro al “bautizo” con el nombre de Azazel. (En honor a como inocentemente a los cuatro años,
pronunciaba el nombre de aquel vecino Don Israel.)
Se adentro en la crujiente cosecha de trigo ya florecido y se detuvo mas precisamente en la mitad de la cosecha de choclo, ya exhausta después de haber "correcaminado" mas de dos kilómetros. Pensaba en lo injusta que era su vida, lo hermoso en que se había convertido su “apronte” matrimonial, el comprar las alianzas etc. Tal es así que después de tanto jugueteo con el cachorro este le mostró su erección a pleno. EL primer atine de Andrea fue darle una bofetada a animal, pero se dio cuenta que podía terminar mal... Pero por un momento pensó, ¿no seria Arístides el que me esta pidiendo esto? ¿No será la prueba de amor que me estuvo pidiendo todo este tiempo y yo no me anime?...Todos estas nebulosas conjeturas nublaron la mente de Andrea, pero sin embargo dieron claridad a los bajos instintos de ésta. Lentamente se subió el vestido, se bajo las bragas se puso “en cuatro” y permitió que el perro la desvirgara con completa impunidad. La experiencia de Andrea fue mas allá de lo mas bajo que se pueda hablar, ella lo sabia pero una parte suya no estaba arrepentida, pensaba que el muerto podía haber tomado parte de este hecho.
Avergonzada y completamente conmocionada rompió a llorar subió rápidamente sus ropas y se largo a correr hacia su casa, sin embargo el perro como nunca alegremente correteaba por los trigales con una soltura envidiable. AL llegar a su casa Andrea metió la cabeza rápidamente dentro de las aguas de un tajamar para borrar rápidamente cualquier secuela que mostrara que había estado llorando. Cualquier sospecha que mostrara la realidad a Julio y Joaquina, y el perro terminaría como cualquiera de las ovejas que pasaban delante de Julio: con la garganta abierta de par en par.
Al entrar Joaquina noto enseguida que algo andaba mal ella la había parido y conocía como cada movimiento de Andrea, le pregunto que había sucedido y esta le contestó que simplemente se había torcido el tobillo y le dolía mucho, y simulando una cojera se fue a acostar.
Por otro lado Joaquina había conseguido trabajo en la despensa y ese iba a ser su primer día, ya las llagas habían curado y solo quedaban algunas ampollas debajo de la nariz y sobre sus manos, pero nada que el tiempo no cure tanto las heridas físicas como las heridas del corazón, y así calzándose las botas hechas del cuero de las patas del potro arranco a lo que a partir de hoy seria su trabajo diario.
A raíz de todo esto la vida de Andrea cambiaria radicalmente, todo el día hasta las 6 de la tarde su mascota Azazel, seria su única compañía, por lo que en su extraviada mente el deseo aumentaría. Tal es así que el hecho de “tener sexo” con el perro se transformo en algo de todos los días y en su “retorcido” secreto. Toda esa osadía y atrevimiento era permitida por parte de Andrea, había sido “el ser” que le había quitado su virginidad, y ya por ende ella le serviría toda la vida. Todas las tardes después de terminado el acto iba ésta hasta la despensa a buscar carne de la mejor calidad, allí se encontraba con su madre, y esta siempre curiosa le preguntaba porque semejante cantidad de carne, y por ende porque de la mejor calidad. Andrea le retrucaba, le decía que tenia hambre y no podía esperar a que ella llegara, a su vez Joaquina le decía que esperara a su “padre” ya que por lo general traía carne de lo que mataba en el camino, Andrea en un gesto le contesto "eso lo comen los pobres... no yo", mientras levantaba casi 5 kilos de carne los cuales haría que la negra fuera sin “plata” hacia la casa.
Al amanecer todo era paz y tranquilidad. aparente solo eso, nadie imaginaba todo lo que sucedía en aquélla casa y mucho menos como iba a terminar...
Un día como cualquier otro pero con un final muy particular, la obsesión de Andrea se había convertido en enfermedad, el perro con el correr del tiempo se había hecho robusto y muy difícil de controlar para Andrea pero mientras ella consiguiera lo que ella quería no lo importaba, todo el día en lo único que pensaba era en que su madre se fuera a |trabajar para poder tener ese ratito de placer que hacia que esta se fuera con la panza lleno no precisamente de comida sino de placer. A pesar de todo el deterioro físico, se había hecho notar que toda la carne que ella traía religiosamente cada día iba a parar al estomago del perro, pero al ser mayor su desarrollo físico, el can pedía mas y más y temía que se pusiera violento. Al verse sin fuerzas y previendo que al no poder mantenerlo lo tendría que regalar, o en el peor de los casos sacrificar, se puso a llorar. No se dio cuenta que estaba siendo observada por su madre, la cual pensaba que le debía de costar mucho entrar todos los día a donde ella había conocido a su marido y ver que no estaba mas “que dios porque lo quería mucho se lo había llevado”, y para alegrarle el día decidió que pediría salir una hora mas tarde con algo de carne y le prepararía el plato que, mas le gustaba: el bacaray.
Al cabo de unas horas, Joaquina tomo su delantal y se dirigió a su trabajo, quedando el "campo libre" para que Andrea cometiera sus locuras a la medida de sus perversidades.
Fue todo un ritual, ella se puso la ropa intima mas nueva que tenia mientras que el perro a lo único que atinaba era moverle la cola, pero al cabo de un tiempo era otra cosa lo que movía. Saboreando cada lambida en el cuello que le profería su can, sintió pasos que cada vez mas se acercaban a la casa, levantó su cabeza lo mas que su perro le permitía para asomarse ala ventana, y vio como el mundo se le derrumbaba encima: venia su madre...
Joaquina con una sonrisa de par en par se acercaba a la casa sabiendo que su hija cuando se enteraran que le habían dado un poco mas de carne y más precisamente bacaray se pondría muy contenta aquello que había pedido durante tanto tiempo su madre con un gran sacrificio se lo daría... Lastima que al entrar se encontró con un espectáculo que ni en su otra vida se iba a imaginar, su hijita aquélla traviesa que había criado con tantos problemas estaba muerta, con su cuello abierto de par en par, manando abundante sangre de su arteria yugular, dentro de la boca de su mascota. Este a modo de recibimiento saltó encima de Joaquina marcando con la sangre de su hija sus patas en el delantal.
El corazón de Joaquina no lo resistió, y un infarto fulminante acabo con ella, falleció ahí mismo junto con los restos de su hija. Toda esa escena macabra quedo así hasta que alrededor de las 11 de la noche llegó Julio. El ya estaba “curado de espanto” la costumbre de descerrajar ovejas y “capar” chanchos lo había hecho frió, hasta para su misma familia con lo cual simplemente atino a llamar a la policía, donde al ser el único sospechoso fue puesto en la cárcel. Lo sentenciaron de por vida a servir a la sociedad y como único pago seria apenas un plato de comida. El primer día lo llevo bastante bien pero ya al segundo día sin poder aguantar el dolor de por primera vez ser inculpado de algo que no cometió, placidamente de una soga se colgó. Sin embargo del perro se dice que siguió correteando por los trigales y desapareció, y junto con Andrea y su familia se convirtió en un mito urbano...
Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
  • Media: 6.04
  • Votos: 53
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