Acababa de terminar de leer un cuento maravilloso cuando me fijé en la hora y ya era demasiado tarde para escribirte. Sentí pena, pero, aun así, quise escribir un texto, cualquiera que sea, aunque en el fondo no tenga nada que contar ni qué decir… aunque lo único importante sea decirte que te quiero, y mucho… Nuestras vidas yacen distanciadas por el espacio, y atadas a nuestras letras que es lo mas hermoso y terrible que sale de nosotros. Me pregunto cómo serás, si eres realmente como te imagino, y disculpa que te tutee, pero lo hago en forma amigable, como un hermano, como lo que somos… amantes de la vida. Seguro que estarás sorprendido de esta carta que no me atrevía a dártela, pero esta es, y es que, me agrada escribirte y decirte que te quiero, y creo que eso es lo más importante que decir… el recordarse que se tiene un lazo y que no está roto, mas que una sola cosa, un sentimiento, un poema escrito en un punto.
Ya despierto, y con la luz de un nuevo día me presto a escribir acerca de lo que mas amo, y eso es lo que tengo dentro de mí, como si fuera gestadora de alegrías, un cántaro que guarda la lluvia de los cielos para aquellos que tienen sed, esa sed que causa el mar de la mediocridad. Amo la vida, y espero que mi carne vuelva a ser polvo, que venga la dama oscura y me arranque este disfraz y vuele lejos, hacia ti, hacia el amor que da calidez y abrigo ante todo lo que se acaba… Es seguro que en mis pasos deje huellas, de esas que son garrapatos, que cuentan cuentos, para unos cuantos, y para ese corazón que busca su nido, su arroyo en donde saciar su larga sed de paz y tranquilidad… Vivo para eso, para escribirte día y noche por qué no, si la vida es un poema lindo, corto, alegre y triste como todo lado bueno y malo. Y mi vida es así de despierta pues no desea volver atrás en donde la sal de mi sombra me espera con las argollas de la duda… No, no deseo esperar a que la vida caiga como lluvia, anhelo siempre jugar a su regazo, como un tortolín, como un beso de una novia que permuta de rostro como el camaleón… Soy solo eso, un pedazo de polvo animado, que gusta mover sus sueños y poemas en busca de ser una sombra que pesa y hace un hoyo al infinito. Sí, eso soy en esta mañana de un día cualquiera en donde mis líneas son largas y sin final, como ese político que inmenso, miente a multitudes con palabras llenas de sangre negra que arranca los sueños de quienes creen en mentiras y sueños hechos una voz, cuando la verdad está bajo su conciencia, esperando su vuelta atrás, adentro, siempre cerca para que no escuche mas que una voz, una sola, la de este poema que no termino de escribir mientras la mañana me aplasta como una pared de ensueños…
Saldré como diariamente, y miraré a mi madre, padre, hermanos, a todos y les diré que soy feliz una vez mas, porque me da la gana de serlo a pesar que el dolor hierve en mis entrañas, y el mundo gira contra el tiempo, chupando todas las sangres de los que aun se animan a voltearse y sentir un poco los ojos de un niño, un siervo, un poema, un canto que fluye del corazón… Algo así haré esta mañana en que la vida me arrastra como esos colegiales en su primer día de clase, llorando ante los pies de su madre, rogando por no romper el cristal de la fantasía, pero, es así, saldré y seré feliz a pesar de esta mañana en que no ceso de mentirle al mundo que lloro a pesar que soy tan feliz…
San isidro, junio del 2006