Billy, la yegua Brenda, y Guntergrass estaban planeando la batalla, pero era difícil que setenta lanceros, ochenta esccuderos, noventa arqueros y cien jinetes de Rohrim pudieran vencer a quinientos Konett.
Billy dijo:
- Creo que no somos suficientes para hacer frente a quinientos Konett. Es imposible.
- No temas, Billy,- decía Guntergrass - no temas. No somos suficientes para hacerles cara. Pero les haremos frente en batalla con lo que sea. La batalla comenzará al amanecer.

Los caballeros y los soldados, se preparaban sus armaduras y sus caballos. Billy subió a lo más alto del castillo y observó que ya comenzaba a amanecer. El sol salía entre las montañas, y el cielo estaba entre el amarillo, el rojo y el naranja. Aquel amanecer era bello. Pero del horizonte estaban un ejército de quinientos Konett esperando a matar el la guerra. Los jinetes de Rohrim y el resto de caballeros (arqueros, escuderos, etc...) Los dos ejércitos se pusieron de frente y lucharon. La batalla comenzó.
Durante la batalla, Billy estaba asustado de ver tanta muerte y se escondió. Pero luego algo le dijo en su corazón "¡Lucha, tu puedes!". De repente, Billy cogió con fuerza la espada Tuhrman y fue a buscar a Brenda. Una vez montada en la yegua, fue al campo de batalla y mostró la espada a los Konett. Un rayo salió de la espada y en un momento mató a los Konett, y dejaron de existir. La guerra acabó y Rohrian volvió a ser un reino tranquilo y feliz.

Ese día todos admiraron a Billy, y cuando le iban a hacer rey, el niño dijo:

- No puedo ser rey. Tengo que regresar a mi mundo, y devolver el Tuhrman a Cindy De-Baar, dama del lago. ¡Adiós, amigos! ¡Adiós, y espero volveros a ver!
Billy y Brenda llegaron al Lago Dorado y devolvieron a Cindy su espada, y ella, a cambio, regaló a Billy una medalla que tenía una espada surgiendo del agua. Eso le recordó a la portada del viejo libro. Luego se despidió de aquella fiel yegua que demostró ser una buena amiga. Billy dijo a Brenda:
- A más ver, mi querida Brenda. Te echaré de menos.
- Podemos vernos siempre que quieras. - decía la yegua.
- ¿Cómo?
- Pues pronunciando esta frase "Dennekh De Sambahir". Sólo si podrás viajar a nuestro mundo siempre que quieras. ¡Hasta nuestro próximo encuentro!

Billy abrazó a Brenda. Luego se despertó en su casa y no sabía si lo que había vivido era un sueño o una realidad. Pero era real porque todavía llevaba aquella medalla que le regaló Cindy De-Baar.

Fin