Cierro los ojos y te pienso, tratando de escapar de este vacío que me pierde y me atrapa y me arrastra. Te imagino a mi lado, sueño tu compañía. Tu dulzura e inocencia entre mis brazos. Las lágrimas de tus miedos y temores en mis hombros. Tus pasiones recorriendo por mis venas. Imagino también jazmines. Su aroma y tu aroma que se envuelven y flotan, estimulando mis sentidos. Y mi anhelo más grande, el de tenerte para siempre, que de a poco se esfuma, aunque lo lleve tatuado en mi piel. Deseo tantas cosas tuyas y que no puedo, que soñarte me hace mal. Porque sos y no estás. Niego mis sentimientos para no agobiar tu esencia, pero mi alma no es fuerte. Recordarte me ilusiona, a pesar de que eres la imagen tras mis párpados cerrados.
Mi mano acaricia tus labios. Mis labios besan tu aroma. Tu figura penetra mi coraza. Y un silencio entre nosotros que equivale a mil palabras.
Abro los ojos. Guardo en mi mente la suavidad de tu sonrisa. También la profundidad de tu mirada y la realidad de mi presente. Pero tu imagen perdura sólo unos instantes. Luego se desvanece. Vuelvo a mi vida. Pero no resisto tu ausencia, te extraño.
Y cierro los ojos otra vez...
aunque mi comentario sea simplemente que me gusto tu cuento.