Sus vidas se encontraban en periodos posteriores a experiencias traumáticas. Esa cruel similitud los hacia comprenderse mutuamente, mas aún cuando el resto no hacia tales esfuerzos, sino que simplemente cuestionaban tales circunstancias. Pero esos encuentros espontáneos los transparentaban y los revelaban mutuamente así como sus mas recónditos deseos, necesidad que la nueva vida daba pasó a experiencias diferentes, en estratos distintos que los llevaban a retomar o a volver empezar algo que nunca finalizaron, o que quizás nunca empezaron. Con la sola mirada era suficiente explicación de lo que realmente significaba volver a empezar, volver a acostumbrarse a nuevos estilos con la carga de vidas pasadas llenas de vivencias, algunas gratas, otras no tanto. 
Cada uno se aferraba a lo mejor de su pasado y al olvido de lo peor. Sus respectivas descendencias eran unas de sus principales razones de vivir y por cierto la posibilidad de volver a empezar, que por 1era vez de aquella fractura se hacia viable, pero no era fácil, los prejuicios y los caracteres hacían muchas veces la tarea mas difícil, pero la madurez de lo ya vivido y la sapiencia adquirida los llevaba a analizarse mutuamente y a suponer el actuar mutuo mucho antes que las acciones o sentidos los hicieran evidentes. Presionar ya no era el modo, no era necesario en un contexto de lógica en donde cada uno sabia perfectamente que quería y como lo quería. Ya no eran adolescentes recién descubriéndose, o experimentando nuevas sensaciones, sino que dos personas que intentaban reinventarse o redescubrir lo mejor de la vida que habían dejado pasar desde la cómoda costumbre de la simplicidad de un diario vivir, muchas veces vacío en esencia y/o complejo en la forma. Los encuentros eran casuales, espontáneos y no habían apuros de ninguna especie, ni tampoco explicaciones a nadie, los únicos cuestionamientos se daban cada uno un sus respectivos fueros internos, que no externalizaban en los momentos de pasión para no contaminar la lujuria que se apoderaba de aquellos cuerpos inmersos en el deseo. Estos momentos definitivamente eran una fusión de exaltación y atrevimiento, que eran plasmados en una especie de proscenio fugaz pero real, que los llevaba al encuentro de lo que realmente buscaban.
El único obstáculo lo constituía la sociedad, plagada de ideas estructuradas e incomprensivas, sin espacio para una innovación pasional necesaria que reviviría 2 espíritus llenos de ímpetu de avanzar, de hacer presencia e impregnarse de una nueva vida en pareja o simplemente de una relación, quizás irregular pero en plena libertad sin formalismos ni compromisos que ataran o ligaran artificialmente tal cuestión. Cada uno ya no tiene compromisos emocionales que coartaran ese empuje, solo aquellos adquiridos por mandato de la civilidad que constituían el único nexo con sus vidas pasadas, pero con el pasar del tiempo igualmente pasarían a ser solo costumbre o un trámite mas, costo mas que aceptable comparado con lo único que el ser humano puede intentar por su propia voluntad, que es el hecho de volver a empezar…