Adaptación de un cuento recopilado por Barry MacWilliams.

Hay ciertas cosas que uno no tiene derecho a morirse sin saber, por ejemplo porque los gatos se sientan al sol en el umbral de las puertas?

En el mundo de los cuentos todo tiene una explicación. Pero además, ya revisé en Astolfi, en el antiguo testamento y al final en un site de internet lo encontré. Resulta que la verdadera explicacion se remonta al año 4000 +/- AC a la epoca de Noe y su Arca. Uds. saben la historia, no?

Bueno Noé ya tenía todo listo: el arca terminada y estaban embarcando ya las ultimas parejas de animales. Sólo tenían que embarcar sus hijos con sus mujeres y Naama, su esposa. Ya había tenido un cruce de palabras con su mujer con respecto a Michi, el gato de Naama. Al parecer Noe ya habia elegido una pareja de gatos y ni pensaba llevarlo a Michi, no solo porque era un gato piojoso que él odiaba sino porque era un gran cazador y era lo único que Noé no quería en su barca.

Ya se estaba oscureciendo el cielo y se escuchaban a lo lejos los primeros truenos. Asique Noé empezó a arriar a todos.

Pero surgió un problema. La señora de Noé, Naama, se negó a subir a bordo. Estaba parada con cara de culo al pie de la rampa y dandole la espalda a Noe, abrazando su gato

Pero ya no era solo el tema del gato...

Vamos querida, subí.... le dijo

Ni pienso.... Ya estoy podrida, de vos, del Arca. Hace 100 años que lo unico que haces es cortar madera, clavarla, juntar animalitos, y yo que?

Vamos querida, vos sabés que Dios me ordenó que construyera este barco y yo sólo obedecí.... Vamos que se larga.

No... no me vengas con explicaciones estupidas....Al final vos la querés al Arca más que a mí.
Me pasé los ultimos 100 años cocinandote tus comiditas, planchandote la ropa. Crié sola y sin ayuda nuestros 3 hijos, mientras vos, sin hacerte cargo de nada estabas haciendo el redículo construyendo un barquito en el desierto.

Bueno, basta, le dijo, subí de una vez que tenemos que salvar el mundo.

Como vas a salvar el mundo si ni siquiera querés salvar nuestro matrimonio. No ves, ni mi gato te gusta.

Además si me estuvieras llevando al Crucero del amor, todavía... pero vos lo que querés es que vaya pero de sirvienta.... para barrer y cocinar.

En eso un relampago cruzó los cielos y se escuchó una vez que decia: Noe, dale viejo!!!!
Asique la agarró a la mujer del brazo y de un empujón la subió con gato y todo.

El diablo que estaba disfrazado de rata - grande y rojiza – esperaba acurrucado la oportunidad para colarse aprovechó que Noé estaba distraido y se escabulló por la puerta. Rajando se escondió en el buche de proa y empezó a roer el fondo para hacer un agujero.

En ese momento Dios selló el Arca y se largó a llover. Como ya saben, llovió 40 dias y 40 noches sin parar y el mundo quedó bajo agua.

Dentro del Arca la tormenta entre Naama y Noé duró el mismo lapso. La mano seguía durisima. Ella le reprochaba y el se justificaba, gritos de acá y de allá. Y el gato hinchapelotas se pasaba el día refregandose entre las piernas de Noe. Lo único que hizo Naama durante el diluvio fue cuidar a los pájaros carpinteros y a las nutrias para que no hicieran desastres.

Ya casi al final del viaje se pudrió todo. Noé se llevó por delante al gato y cayó de jeta sobre la caca del elefante que Naama obviamente no habia barrido. Se levantó con tanta furia que Michi ante la amenaza de muerte huyó despavorido y se lanzó dentro del buche de proa. Y se encontró con la rata que estaba a punto de lograr su objetivo. De un salto atrapó a la rata por el cuello y pensó congraciarse con Noe mostrándole su presa.

Cuando Noé lo vio acercarse con la rata entre los dientes le agarró tal furia que de un pintazo los lanzó a los dos fuera de borda. Mi gatito, mi gatito, gritaba Naama desconsolada. Pero cuando gato y rata cayeron al agua, el diablo volvió a su forma normal y se alejó nadando. Ahí fue cuando Noe se dio cuenta de lo que había pasado. El podia estar salvando el mundo pero ese gato piojoso acababa de salvar el arca.

Noe no sabía como disculparse con su mujer. Hizo que rescataran al gato con una red. En ese momento salio el sol y el gato se sentó en el umbral del dormitorio de Naama para secarse con los ojos cerrados y una leve sonrisa, absorbiendo el calor. Y desde entonces lo siguen haciendo recordando aquella vez que salvaron a la humanidad.