Como en un gran valle de luz recostado estoy. Como si fuera un cowboy yo con un caballo a veces voy. Suelo saltar regocijado y cabalgar por verdes prados. Tengo un gran sentido del humor refinado y en todo momento compostura guardo. Soy elevado pero he elegido viajar por los prados para hacer sonreír a los frustrados, los hay a montones, pero yo entre sermón y sermón les suelto mi chistosa frase, así los animo y les ayudo a escuchar cuanto les digo para que se eleven y se superen, suelen estar cabizbajos y perezosos y todo ingenio es poco.
 
Ellos necesitan mi sonrisa y mi comprensión y yo hago cuanto puedo para darles consuelo. Por eso he elegido este trabajo para hacer grande lo que es pequeño. Conservando mi humor continuado, yo les alegro, ellos están semi perturbados.
 
Cuando en el caballo monto, hago mil filigranas y mis piruetas adorno para que ellos aparten la desgana de avanzar con la caravana que pasito a pasito avanza por la empinada cuesta que ellos con esfuerzos tendrán que superar si quieren llegar a ver la claridad.
 
Mucho esfuerzo les costara y años de caminar pero sin consigo hacerlos andar mi satisfacción se acompañara de la alegría de poderlos ayudar a salir del bache en que están.