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El Camino de la Felicidad. 3 Parte.

El camino de la felicidad. 3 Parte.

(Relato Religioso. 99)

En semanas anteriores hemos estado relatando este tema “El camino de la felicidad” en dos partes previas que han tratado asuntos como estar contentos con lo que tenemos y ser generosos, la salud y la resilencia en la primera parte. En la segunda tocamos el amor y el perdón. En esta parte tercera, estaremos conversando de tener una vida con propósito y la esperanza. En todos estos aspectos podemos llegar a conocer que la Biblia nos ofrece principios de eficacia probada que pueden ayudarnos a tener y andar el camino de la felicidad. “Felices son los que en su camino están excentos de falta, los que andan en la ley de Jehová”.- Salmo 119:1. Comencémos con cómo tener una vida con propósito.

Los seres humanos somos únicos. Escribimos, pintamos, creamos y nos hacemos preguntas importantes como: ¿Cuál es el origen del universo?. ¿De dónde venimos?. ¿Qué propósito tiene la vida?. ¿Qué nos depara el futuro?. Algunas personas no se hacen estas preguntas porque piensan que son demasiado complicadas. Otras afirman que no tiene sentido planteárselas porque la vida es un resultado de un proceso evolutivo. “No hay ni dioses ni motivos”, afirmó el profesor de Historia y Biología William Provine, y añadió: “La ética no tiene ningún fundamento, la vida no tiene ningún significado”.

Sin embargo, hay personas que no comparten ese punto de vista fatalista. Se dan cuenta de que el universo se rige por leyes matemáticas sencillas y precisas. Les maravillan los diseños de la naturaleza, algunos de los cuales han sido copiados por el hombre. Y a diario ven que todo diseño complejo y funcional es producto de una mente inteligente y no de la casualidad. Esa forma de pensar ha impulsado a algunos evolucionistas a replantearse su postura. Veamos dos ejemplos.

“En la escuela me enseñaron el ateísmo y la evolución, comenta Alexei Marnov, neurocirujano. A quienes creían en Dios se les consideraba ignorantes”. Sin embargo, en 1990, Alexei empezó a cambiar de opinion. Continúa diciendo: “Siempre he tratado de entender la lógica de las cosas, como por ejemplo la del cerebro humano. Se dice que este maravilloso órgano es la estructura más compleja que existe, y con razón. Pero, ¿qué sentido tiene que el cerbro pueda almacenar tanta información y desarrollar tantas habilidades si la vida humana es tan corta?. Ninguno, es ilógico. De modo que empecé a preguntarme: ‘¿Por qué estamos aquí?. ¿Qué propósito tiene la vida?’. Tras reflexionar seriamente en ello, llegué a la conclusion de que tiene que existir un Creador”. En su afán por encontrar el propósito de la vida, Alexei decidió estudiar la Biblia con los Testigos de Jehová. Más tarde, su esposa, que también es doctora y que en aquel entonces tampoco creía en Dios, empezó a estudiar la Biblia para demostrarle que estaba equivocado. Sin embargo, ahora ambos están seguros de que Dios existe y, gracias a la Biblia, saben qué propósito tiene Dios para la humanidad.

Huabi Yin, científica que estudió Física y durante muchos años, se dedicó a investigar el plasma. Considerado el cuarto elemento de la materia, el plasma [como el Sol] está compuesto principalmente por electrones e iones positivos. “Cuando estudiamos los fenómenos naturales, dice Huabi, siempre hallamos un orden asombroso, que es el resultado de leyes precisas. Yo me preguntaba: ‘¿Quién estableció esas leyes?. Si hasta el fuego que usamos para cocinar tiene que ser controlado, ¿quién estableció las leyes que regulan el Sol?’. Con el tiempo, llegué a la conclusión de que las primeras palabras de la Biblia dan la respuesta más lógica: ‘En el principio Dios creó los cielos y la tierra’”.-Génesis 1:1.

Es verdad que la ciencia nos ha ayudado a entender cómo  ocurren algunos fenómenos naturales. Por ejemplo, cómo funcionan las neuronas y cómo produce el Sol luz y calor. Pero, como aprendieron Alexei y Huabi, la Biblia nos explica ‘el porqué’ de las cosas, por qué existe el universo, por qué hay leyes que lo controlan y por qué estamos aquí. “Para seguir vivos y conservar la salud mental, necesitamos una razón para vivir”, escribió el profesor de Psicología William McDougall. Otro professor de Psicología, Carol Ryff, dijo que: “quienes tienen un propósito en la vida disfrutan de mejor salud porque corren menos riesgo de sufrir un trastorno mental […] o una enfermedad cardiovascular, se recuperan mejor de un derrame o infarto cerebral […] y, como consecuencia, viven más tiempo”.

Respecto a la Tierra, la Biblia afirma que Dios no la creó en vano, sino “para ser habitada”. [Isaías 45:18]. Así es, Dios creó la Tierra con un propósito y, como veremos a continuación, ese propósito está muy relacionado con el segundo punto para hoy: Nuestra esperanza.

Tengo “pensamientos de paz, y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”. [Jeremías 29:11]. “La esperanza es […] una parte de nuestro ser”, afirma el libro ‘Hope in the Age of Anxiety’. “Y es mucho mejor remedio para superar la sensación  de impotencia, la soledad o el miedo”. La Biblia reconoce que necesitamos tener esperanza, pero también nos advierte sobre las esperanzas falsas. El Salmo 146:3 dice: “No cifre su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna”. En vez de confiar en que el ser humano puede salvarnos, es mejor confiar en nuestro Creador, quien tiene el poder para cumplir todas sus promesas. ¿Qué promesas ha hecho Dios?. Veamos algunas:

1-No habrá maldad y los justos vivirán en paz para siempre: El Salmo 37:10, 11 dice: “Solo un poco más de tiempo y el inicuo ya no será […]. Pero los mansos mismos poseerán la tierra y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. Y el versículo 29 añade que “los justos […] residirán para siempre” en la Tierra.

2-Se acabarán las guerras: “Jehová[…] hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza, quema los carruajes en el fuego”. [Salmo 46:8, 9].

3-No habrá enfermedades ni sufrimiento ni muerte: Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. [Revelación o Apocalipsis 21:3, 4].

4-Alimento en abundancia para todos: “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra, en la cima de las montañas habrá sobreabundancia”. [Salmo 72:16].

5-Un gobierno justo para toda la tierra, el Reino de Dios: “Y a él [Jesucristo] fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que lospueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvan aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. [Daniel7:14].

¿Por qué podemos estar seguros de que todas estas promesas se cumplirán?. Cuando estuvo en la Tierra Jesús demostró que estaba capacitado para ser Rey. Curó a los enfermos, alimentó a los pobres y resucitó a los muertos. Pero más importante aún. Enseñó principios que nos permitirán vivir en paz y en unidad para siempre. Jesús también predijo algunos sucesos, como los que caracterizarían a los últimos días de este mundo. El predijo que los últimos días no serían ni pacíficos ni tranquilos, sino todo lo contrario. Señaló que “la condición del sistema de cosas” estaría marcada por guerras internacionales, hambres, epidemias y grandes terremotos. [Mateo 24:3, 7. Lucas 21:10, 11. Revelación 6:3 al 8]. Jesús también dijo: “Por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte”. [Mateo 24:12]. Esa frialdad se refleja de muchas maneras en nuestra sociedad, tal como predijo un escritor bíblico en 2 Timoteo 3:1 al 5. Ahí leemos que, “en los últimos días”, la mayoría de las personas solo pensarían en sí  mismas, en el dinero y en los placeres. Serían arrogantes y violentas. Se perdería el cariño dentro de las familias y los hijos serían desobedientes a los padres. Además, muchos aparentarían ser religiosos sin serlo. Esta atmósfera tormentosa confirma que vivimos en los últimos días de este mundo. Y también confirma que está muy cerca la calma que traerá el Reino. De hecho, en su profecía sobre los últimos días, Jesús garantizó lo siguiente: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”. [Mateo 24:14].

Para las personas malas, esas buenas noticias son una seria advertencia y, para las Justas, una garantía que les confirma que las promesas de Dios pronto se harán realidad. ¿Le gustaría a usted, amigo lector, conocer más detalles sobre esas promesas?. ¿Le agradaría llegar a conocer cuál es el camino de la felicidad bajo la Palabra de Dios?. Entonces, converse con algún testigo de Jehová del área donde usted vive que bondadosamente y usando la Biblia como libro de texto, le ayudará a encontrar esos princípios bíblicos que son una verdadera guía para el bien eterno de toda la humanidad.

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