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El Hombre del Espejo

Allí esta el hombre del espejo. Sus mejillas sudan y tiemblan, como si temiera que todo se va a terminar. Sus ojos se ven cansados, llorosos, han perdido ese color azul que solía tener y que solían cautivar a cualquier persona que se dejara sumergir en ellos. Su mirada esta perdida, busca un horizonte para creer, buscar metas, finales, motivos... a veces me recuerda a mí mismo.



Su pelo esta despeinado, sus rubios cabellos enredados caen hasta el cuello, donde conocen a la piel... esa piel desgastada, sucia y llena de pecados, rasgada por arrugas fabricadas a presión, que son memorias de sucios encantos que algún día tuvo y que no volverán jamás.



Su boca... sus labios sangrantes son indicios de su desesperación, toda su cara pinta en el espejo al fantasma de la soledad, que lo ha buscado y lo ha encontrado, que dirige sus pensamientos y su vida, que lo controla, que lo manipula, que lo hace ser lo que es: un moribundo.



Su cuerpo esta encorvado, como si tuviera unos 80 años, y juraría que no tiene mas de 30. Sus hombros caídos son dos pesos que lo encorvan mas, el cansancio le recuerda que no es capaz de levantarlos y que su vida nada mas depende del tiempo en que logre soportar el peso de sus errores.



Su camisa esta manchada... pinta nubarrones grises y grandes tormentas, como si la hubiera hecho el mejor de los pintores. Se puede ver el mismo infierno en la hebilla de su cinturón, rojo y flameante, con gritos de desesperación.



Huele a un exceso de nicotina, y la mezcla de esta, el sudor y algo de alcohol, produce un hedor lleno de veneno, que intoxica los pulmones de cualquiera que se acerque a el, a cualquiera que lo quiera ayudar, que le ofrezca su amistad o su amor, y los aleja a todos para que no vuelvan nunca mas.



Parece estar hablando... probablemente cosas sin sentido debido a los efectos del alcohol en su sangre... sus labios se mueven pero no produce ningún sonido, su boca se estira como si estuviera gritando, sus ojos se hinchan, y su pecho empieza a moverse rápidamente debido a la continua inhalación y exhalación de oxigeno.



Pero entre todos estos indicios de locura, entre todas las manchas... entre todo el hedor y todo el sudor, algo brilla al este de su nariz, algo que lo hace más hermoso que los demás. Algo que solo un hombre como él podría tener, algo que solo él más puro de los seres puede crear, y que podría salvar al mundo entero de sus pecados...



Una lagrima de arrepentimiento.
Datos del Cuento
  • Categoría: Sin Clasificar
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