El Registro Fósil y la Evolución.

(Evolución o Creación.-15)

En ocasiones anteriores hemos tocado el tema que nos hablan sobre los mitos y las realidades de la evolución. Por ejemplo, primero el de las mutuaciones en nuestro relato titulado “Mitos y Realidades de la Evolución”, tambien sobre el asunto de la selección natural brevemente fue expuesto en “Mitos de la Evolución y la Realidad”. En el relato presente tocaremos un punto clave, lo que nos indica el registro fósil, los esqueletos hallados por arqueólogos y científicos en sus escavaciones en el suelo y subsuelo de la corteza terrestre,  si es que estos aparecen lentamente o si los principales grupos de animales aparecieron de repente y se mantuvieron prácticamente inalterados. Veamos como llegamos a una conclusion razonable y verdadera.

Hablando sobre el registro fósil que documenta los cambios de la macroevolución, el folleto ‘Evidence Supporting Biological Evolution’, en Science and Creationism – A View From the National Academy of Sciences, Segunda edición, deja al lector con la impresión de que los restos fósiles hasta ahora descubiertos documentan sobradamente la macroevolución, en la página 14 de dicho folleto nos dice: “Se han hallado tantas formas intermedias entre peces y anfibios, entre anfibios y reptiles, entre reptiles y mamíferos, y dentro de la cadena evolutiva de los primates, que en muchos casos resulta difícil precisar cuándo se produce la transición de una especie a otra”.

Pero la REALIDAD, es otra. La anterior aseveración sorprende bastante. ¿Por qué?. Niles Eldredge, acérrimo evolucionista, declara que el registro fósil no revela una acumulación gradual de cambios, sino que durante largos períodos de tiempo “se acumulan pocos o ningún cambio evolutivo en la mayoría de las especies”. También podemos agregar que aún en los pocos ejemplos del registro fósil que se aducen en favor de la evolución son discutibles. Puede ver las explicaciones sobre algunos de éstos en las páginas 22 a 29 del folleto “El Origen de la Vida. Cinco cuestiones dignas de análisis”, editado por los Testigos de Jehová, en el año 2010. Puede usted pedir uno a los testigos cuando los vea por su vecindario y es completamente gratis.

Al presente, por toda la tierra se han desenterrado y catalogados unos 200 millones de fósiles grandes y miles de millones de fósiles pequeños. Muchos científicos concuerdan en que este vasto y detallado registro prueba que los principales grupos de animales aparecieron de repente, súbitamente, y que se mantuvieron practicamente inalterados, y que muchas especies desaparecieron con la misma rapidez con que llegaron.

¿Por qué insisten tantos evolucionistas prominentes en que la macroevolución es un hecho?. El influyente evolucionista Richard Lewontin admitió con franqueza que muchos científicos no dudan en aceptar hipótesis no confirmadas porque tienen “un compromiso previo, un compromiso con el materialismo”. [El materialismo, en este sentido, se refiere a la teoría de que el universo, con todas sus formas de vida, vino a la existencia sin intervención sobrenatural alguna]. Se niegan a considerar siquiera la posibilidad de que exista un Diseñador inteligente porque, como escribe Lewontin en “Billions and Billions of Demons”, The New York Review of Books, 9/1/1997, pag. 28 a 32: “no podemos permitir que un Ser Divino ponga el pie en la puerta”.

La revista ‘Scientific American’, septiembre 1999, pag. 91, recoge el siguiente comentario del sociólogo Rodney Stark: “Desde hace doscientos años se viene promocionando la idea que para ser un hombre de ciencia hay que liberar la mente de las cadenas de la religión”. También señala que en las universidades donde se organizan labores de investigación, “la gente religiosa se queda callada”.

Si vamos a aceptar como válida la teoría de la macroevolución, hay que creer que los científicos agnósticos o ateos no se dejarán influir por sus convicciones personales a la hora de interpretar sus hallazgos. Hay que creer que las mutaciones la seleccion natural produjeron todas las formas más complejas de vida, pese que a un siglo de investigaciones ha demostrado que las mutaciones no han trasformado ni una sola especie devidamente definida  en otra totalmente distinta. Hay que creer que todas las criaturas evolucionaron de manera gradual a partir de un antepasado común, aunque el registro fósil indique con contundencia que las principales clases de plantas y animales aparecieron de súbito y no evolucionaron hasta en convertirse en otras, ni siquiera en el transcurso de millones de años. Sí, el registro fósil echa por tierra la evolución. ¿Le parece que esta clase de creencia se basa en realidades, o en mitos?. Sin duda, creer en la evolución es un acto de “fe”.

Ahora después de haber considerado todo este razonamiento de qué forma respondería usted a las dos siguientes preguntas:

¿Cómo rebatiría la idea de que no tuvo que haber ocurrido una macroevolución?.

¿Por qué es significativo el hecho de que el registro fósil muestre que la mayoría de las especies cambiaron muy poco a lo largo de largos períodos de tiempo?.

Recuerde que, el llegar a tener información apropiada, nos llena de conocimiento correcto y nos hace estar libres de falsedades aunque lo griten a voz en cuello los científicos del mundo. El folleto “¿Es la Vida obra de un Creador?” editado por los testigos de Jehová, contine muchos aspectos explicativos sobre la Evolución y la Creación, es completamente gratis y los testigos pueden ofrecerle uno si usted se lo pide. Además, piense en las palabras de Jesucristo, el Gran Maestro, registradas en el evangelio de Juan, capítulo 8, versículo 32: “y conocerán la verdad y la verdad los libertará”. Ah,.. Y lee la Biblia diariamente...!