Erase una vez que en una pequeña isla perdida en medio de la mar vivia un pequeño sapito. Este sapito vivía siempre muy alegre. Le gustaba cantar y alegraba a todos los que lo escuchaban. Este sapito, era un sapito muy especial. Era tan pequeñito que la gente que habitaba la pequeña isla apenas lo podian ver. Pero si lo escuchaban cantar muy alegre todas las noches; Coqui, Coqui,Coqui, qui- ri-qui. Y de ahi surgió que lo llamaran Coqui.
Un dia Coqui estaba sentado en una piedra cantando alegremente, cuando de pronto sintió que alguien lo tocaba. Trató de escapar pero no pudo. Se sintio preso entre unos dedos que lo apretaban fuertemente. Era un niño que al ver el sapito sentado en la piedra cantando le dió mucha curiosidad. Nunca habia visto al sapito Coqui. Pero el niño notó que el sapito ya no cantaba y lo puso de nuevo en la piedra. Sapito Coqui corrió muy asustado y se perdió entre la hierba.
Todos los días el niño venia a buscar al sapito, pero no lo veía. Coqui se escondía entre la hierba y desde lejos miraba al niño.
Un día el niño se sentó sobre la piedra y comenzó a cantar Coqui, Coqui, Coqui, qui-ri-qui, Coqui,
Coqui, Coqui qui-ri-qui. y de pronto el sapito salió de donde estaba y saltó sobre la piedra. Cuando el niño vió al sapito Coqui, se puso muy contento y desde ese dia sapito Coqui y el niño se hicieron muy buenos amigos. Y todos los días jugaban y se sentaban en la piedra a cantar.
Y desde entonces todos los días y todas las noches en esa pequeña isla perdida en el mar se escucha cantar al sapito Coqui.
Isabel Rincon
10-20-03
Felicidades¡¡¡¡ me gusto tu cuento, sigue conservando esa alma de niña...