El querido viejo cuenta cuentos, sentado en su sofá rojo, con su gorra roja, su tez pálida y cansada; su voz ronca y detrás de sus palabras un destello de sabiduría.

Abre el fuego y empieza la historia más bonita y tierna que he oído. el arrullo del viento, el mecer de los árboles, el canturreo del río acompañan el momento, mientras un niño se levanta de improviso y pide una golosina, se sienta para después interrumpir con una necesidad, yo solo quiero oír la voz del artista y ver detrás de sus palabras la motivación, la emoción, el verdadero sentido de la oración.

No es importante mi presencia en ese instante, me mimetizo con el escenario y no pronuncio palabra, habla querido, cuenta la historia, quiero saber como empieza y como termina, no debo perder palabra no puedo pasar por alto nada, todo cuenta, todo suma, sí querido cuenta cuentos empieza tus enseñanzas verbales transmitiendo tradiciones que se dieron de abuelas a nietos, de madres a hijos, y que pocas veces son de un cuenta cuentos.

"A penas el mes de abril pintaba en el calendario cuando empecé a notar que en mi cara empezaban a salir una cuantas pecas, no las toques dijo mi abuela, en la noche te explicaré por qué salen.  Llegó la noche y saliendo al patio con ella me empezó a señalar el cielo y las estrellas, sentada en una piedra gigantesca terminamos echados mirando el firmamento.

Esta es la cara de Dios solo que no podemos ver más que las estrellas, que son sus pecas.  Ellas brillan y cada una tiene un significado que alguna vez te contaré y tienen nombre, y son figuras que tú descubriras, es que en esta vida todo tiene una historia y tienes que descubrirla porque es muy difícil que alguien te la cuente. Tal vez lo haga yo, tal vez lo haga otra persona, pero la historia más bonita y de mayor significado la harás tú alguna vez, por eso debes estar atento y vivir cada momento agradecido por lo que la vida te da. 

Nieto querido, te doy un beso hoy en la frente y en tus mejillas, beso tus estrellas, esas que brillan en mis noches cuando imagino tu rostro que es mi cielo, y tus soles que son tus ojos, esos que  me miran con alegría, calentando mi corazón anciano.

Mañana cuando te veas en el espejo, siéntete orgulloso de ser tú y tener tus estrellas, que ello no ocupe tu mente, sino todo lo bueno que harás por los demás y por ti mismo descubriendo la vida y dejando huella en otros seres que como tú son únicos.

Te beso, querido mío y ruego porque tus días sean tan bonitos como lo fueron los míos"

Esa fue la primera noche que sentí que  las historias importaban y traté de buscar más, pero cada vez era más difícil porque sin querer su voz se fue apagando para callar y empezar a contarla con las cordilleras de sus mejillas y los desiertos de su frente.