EL AGUA UN BIEN ESCASO
Carlos era un niño muy listo, tenía los ojos verdes, pelo rubio, y no le gustaba salir de la ducha. Llevaba ya un cuarto de hora y su madre le dijo que apagara el grifo, que habían niños que no tenían agua y que el estaba desperdiciándola.
Carlos, harto ya de esa frase contestó:
-Pero mami, ¿cuántas veces me habrás dicho eso?, además, no me
lo creo, todos los niños tienen agua, sólo lo dices para que salga de la ducha
Su madre fue directa al baño y le apagó el grifo.- ¡Carlos! ¿Pero qué dices? ¡Esta noche te quedas sin cenar!
Carlos fue directamente a la cama y una vez allí se paró pensativo.
-Cómo le gustaría poder ver de verdad, si hay niños en el mundo que no tienen agua, yo lo veo imposible.
De repente salió un humo del armario y poco después apareció una masa flotante con dos ojos muy grandes, una nariz que parecía una zanahoria y una grán boca. La masa flotante, era gorda y baja
Carlos estaba aterrorizado.
La masa dijo:
-Tu sueño se hará realidad.
Monster, que es como se llamaba la masa, chasqueó los dedos ya los segundos Carlos estaba allí. Empezó a caminar y vio un montón de niños en una fila. Al instante apareció Monster y le dijo que estaban haciendo cola para que les dieran su correspondiente cacharrote agua. Carlos fue allí con la intención de preguntar a uno de esos niños que en qué sitio estaba, quiero decir, en que parte del Mundo. Se lo preguntó y el niño no hacía caso y hacía como si no estuviera.
-Oye Monster.- Dijo Carlos.- ¿Porqué no responde?
-Se me olvidó decirte que ellos a ti no te ven ni te oyen, tampoco te pueden tocar.
Carlos se quedó sorprendido, y empezó de nuevo hasta llegar a unas puertas gigantes, cada puerta era de un color: Amarillas, rojas, verdes, azules etc.
Carlos y Monster se metieron en una puerta azul, donde habían cientos de niños acompañados de masas flotantes. La habitación era muy grande, y las paredes de color azul claro.
Carlos preguntó a Monster si esos niños le veían. Él dijo que sí.
-Por casualidad, Monster, quiero dos vasos de agua.
-Pero tu estás loco ¿o qué? Aquí no hay ni una gota de agua, no puedes beber. Carlos lo pasó tan mal que ya se imaginó el
cómo lo pasarían los niños sin agua.
De repente una voz salió de los altavoces que decía:
-¿ Estais todos preparados? Es la hora de las imágenes.
De la pared salieron unas pantallas gigantes que demostraban cómo lo pasaban los niños sin agua y Carlos lo pasó muy mal viendo eso , pensando que el malgastaba muchísima agua.
-Mamá tenía razón, no hay que malgastar el agua.
Carlos se acordó de que tenía que volver a casa y consultó a Monster.
Carlos se llevó la desilusión de que por lo mal que se había portado no podía volver a casa nunca más.
Carlos empezó a llorar y estuvo recordando un buen rato que debía haber hecho caso a su madre.
-¡Qué tonto soy! –Dijo Carlos-Parezco un auténtico inútil.
Carlos salió por la puerta y fue hacia donde estaban los niños pidiendo agua. De repente se convirtió en uno de ellos. Y tuvo que vivir así el resto de su vida. Así aprendería la lección.
Monster le dijo que tenía que mostrarle que estaba arrepentido de haber gastado tanta agua.
Carlos se lo demostró, y pudo volver a casa. No gastó ni una miserable gota de agua pero lo que empezó a malgastar fue la comida. Sus padres se sentían muy orgullosos de su hijo. No malgastaba agua pero la comida…. no te quiero ni contar.
Y resulta que Carlos es uno de esos chicos que hay en el mundo
Que cuando corrige una falta comienza con otra.
Monster le dijo que podía volver cuando quisiera pulsando un botón que le había dado éste.
Cuando volvió a casa no dijo nada a nadie. Y todas las noches vuelve a visitar a aquellos niños que no tenían nada de agua, aquella vez que los vio sintió muchísima pena, pero ahora que los podía tocar y ayudar estaba muy contento.
Cada noche les llevaba un regalo a cada niño. Y es que cuando alguien hace el bien por los demás se siente muy satisfecho.
Alicia Soriano.