Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Misterios

El airecillo tibio de primavera

Los días de primavera en los que las nubes eran de seda,Joan Ferrá,sabía por informaciones ancestrales que el aire tibio de la tarde vendría con ese ritmo y armonía que le acariciaban el bordecillo de las orejas y el cual le propiciaba un estado de éxtasis particular,como si la naturaleza le hiciese el más placentero de los masajes.
-Joan,hijo,hoy habrá airecillo juguetón-le advirtió la madre mientras cocinaba el cochinillo que su marido había ganado en la rifa de la Concepció..
Joan que andaba reparando el computador contestó a la madre que ya lo había visto por Internet y que por la tarde iría al Monte Delicia .
Sabía el muchacho que debería aprovechar al vientecillo pues así lo precisaba su alma la cual andaba en cavilaciones filosóficas y en ciertas desaromonías interiores que no creía conveniente revelar ni a sus padres y mucho menos a sus amigos.
Comió con sus padres el delicioso cochinillo,bebió el vino rioja con tal ánimo que no le bastaron dos ni tres vasos a lo cual su padre le dijo:!Hijo,el vino es para acompañar la comida no para emborracharte,has dejado la botella a los padres casi vacía,cuídate hijo y sé moderado!-terminó advirtiéndole el padre con voz dulce pero cargada de sincero mensaje.
-No te preocupes padre que el cochinillo anulará al Rioja y la siesta que haré antes de partir hacia el Monte Delicia me dejará como si nada hubiese bebido.
Su madre que además de cocinera conocía a la perfección el alma de su hijo intuyó que nada bueno estaba cruzando por el cielo mental de Joan y sin poder reprimirse le dijo:Hijo,dinos qué te pasa pues me parece que algo te sucede y no te atreves a comunicarnoslo.
-¡Nada madre,nada!-respondió a la madre mientras se encaminaba al sofá que estaba delante de la televisión y en el cual dormitaba la siesta después de comer.
El día anterior en medio de la borrasca que inundó la ciudad Joan había contactado con un tal blogero llamado el dios 99.9 el cual le revelaba que si aprovechaba el airecillo y jugaba a la ruleta rusa probablemente se convertiría en el dios 100.0 lo cual le otorgaría la calidad de superdios.Le advertía el extraño blogero que sucediese lo que sucediese,es decir que si la bala lo anulase de la vida o si la bala se la perdonase,de todas formas pasaba a incorporarse al gran club de los dioses humanos.Eso sí,si mueres-le escribía- por esas cosas del azar, serás un superdios en nivel primero y el club te otorgará postreramente la pluma del ave del paraíso y la moneda de oro de los dioses terrenos y si no mueres,igualmente por esos designios del azar,serás un superdios pero estarás en segundo nivel.
Joan intrigado con el blogero que le había contactado a través de facebook le preguntó cómo había sabido de él y por qué conocía que por su mente cruzaba como un rayo la idea del suicidio pues desde hacía meses venía desencantado con una vida aburrida y una sociedad a la cual consideraba estúpida y sin razón y por eso deseaba hallarse a solas en el Monte Delicia para aserenar el espíritu con el airecillo que le acariciaba dulcemente el borde de las orejas y espantar así la suicida obsesión que lo rondaba.
Lo que nunca le había cruzado en el campo de su imaginación es que gracias al airecillo y al juego de la ruleta combinados podría devenir en un dios,incluso un superdios,en el extraño club del cual le hablaba el oculto blogero 99.9.
Cuando se levantó del sofá y concluyó la breve siesta le pidió a la madre que le diese un poco de regaliz que guardaba en la alacena.La madre se lo dio recelando aún de lo extraño que percibía al hijo.
Se despidió tranquilamente de los padres y dijo que una vez que hubiese estado en el Monte Delicia iría a tomar un café con unos amigos que habían venido de Paris.
Su madre se inquietó aún más cuando vio al hijo guardar entre cuerpo y cinturón del pantalón un objeto al cual no pudo identificar y como no quería molestar al muchacho se abstuvo de preguntarle de qué cosa se trataba porque el hijo pensaba que su madre no le había observado cuando escondió el colt reglamentario que le había prestado su amigo Pep,el guardia civil, con el pretexto de qué quería pintarlo en uno de los cuadros que hacía en la buhardilla de la casa.
Pero la madre se dijo que seguramente era alguna revista porque Joan odiaba cargar cosas en las manos.
En el Monte Delicia reinaba el aire dulce que le acariciaba las orejas y en su alma se sacudía como pez en anzuelo su mente atormentada y su vivo deseo de al menos ser un dios humano que con sólo eso se contentaba y le daba sentido a la vida y que lo de ser superdios vendría por añadidura por esas casuisticas de los números.
Dirigió el bordecillo de las orejas hacia el este desde donde procedía el viento juguetón y dulce de la primavera.Creyó que las ideas se disiparían a medida que entrase en ese relax que le cautivaba desde tiempos atrás,pero no fué así.,escuchaba con retumbe de tambor una voz interior que le decía:Joan,juega a la ruleta,conviertete en el superdios humano y recibirás la gloria de la pluma del ave del paraíso y la moneda de oro de los dioses terrenos y es tan simple como apretar el gatillo después de hacer girar el tambor del revolver y sólo es cuestión de uno o dos segundos,quieres algo mejor? ¡Imposible!,la vida en medio de esta sociedad estúpida y descarriada sólo te seguirá atormentando.
Por el alto cielo del Monte Delicia acertó a pasar un buitre leonado que pertenecía a una reserva gubernamental y como ya tenía el cañon del arma sobre el corazón,tal como lo prescribía el blogero,alocado cambió de rumbo la dirección en que podría salir la bala y la dirigió enfebrecido contra el ave que pasaba tranquila encima de su cabeza.
El tambor del colt dijo que no saliese la bala y ni él ni el buitre contra quién dirigió el arma,salieron tocados de semejante locura.
Respiró profundo y pidiendo perdón a las criaturas todas del universo se abrazó con la tierra a la cual besó y le cantó al airecillo la más hermosa canción que jamás le dictó su corazón.
¡Que estupideces pasan por el firmamento de nuestras almas!-se dijo aligerado de un peso de plomo.
Regresó a casa a paso acelerado antes de que el sol tocase la linea del horizonte .
Su padre cuando lo vió entrar lo notó transformado y se lo dijo a su mujer la cual respiró profundamente ,desembarazada ya, de una angustia sólida y pegajosa.
Datos del Cuento
  • Categoría: Misterios
  • Media: 6.94
  • Votos: 34
  • Envios: 0
  • Lecturas: 5725
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.223.237.218

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033