Una vez había un alacrán al borde de un lago y éste quería cruzarlo, pero no tenía medios, él solo se ahogaría. Entonces pasó por allí una rana y el alacrán le preguntó que si le haría el favor de cruzarle el lago. La rana respondió que no se fiaba de él, puesto que era un alacrán y a mitad de camino seguro que la mataría.
El alacrán le dijo que eso no podía ser puesto que de picar a la rana él mismo se ahogaría al encontrarse en el medio del lago, por lo que no se haría matar a sí mismo. Con esta explicación la rana accedió a cruzar el lago con el alacrán en su lomo, pensó la rana que quizás tendría razón el alacrán, ya que no se mataría a sí mismo.
En esto que van los dos cruzando el lago y a mitad de camino el alacrán pica a la rana.
La rana le dice "¿qué haces? ahora los dos moriremos, ¿por qué lo has hecho?" a lo que el alacrán respondió: "porque es mi naturaleza".
Falcon, cuantas veces te he leido y he percibido en tus palabras ese mensaje que siempre llevas dentro, felicidades!. En esta ocasión me gustaría decir sobre este fábula algo que al menos yo considero cierto: todos (personas no animales) tenemos la capacidad de variar aquello que aún siendo propio de nuestra naturaleza sabemos que no es adecuado para los demás. Si en esta fábula el alacrán se hubiera protegido el aguijón con una funda o algo así para cruzar a la rana, aunque hubiera hecho el gesto de picar, habría disminuido las consecuencias. Tal vez un alacrán no puede ponerse una "funda de protección" pero las personas, si sabemos cual es nuestra naturaleza, creo que sí podemos disminuir las consecuencias de nuestros actos antes, durante o después de ellos, pues como yo digo, siempre tenemos 365 días para percibir un gesto malo y cambiarlo o suavizarlo, todo un año para varias una postura, es suficiente tiempo para hacerlo si queremos hacerlo y no hay excusas que nos disculpen si no lo hacemos. Un abrazo, me gustan tus escritos.