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Categoría: Mitológicos

El ángel que cayó en sus brazos

Aviso : esto es la continuación de mi historia anterior .
El atardecer difuminó los colores de la gran bóveda celestial y los primeros fulgores de las estrellas comenzaron a iluminar tenuemente el universo que infinito se extendía por todas partes .
El anciano brujo volvía cansado a su rústica y destartalada cabaña en algún lugar cercano a la aldea , oculto bajo la sombra de inmensos sauces llorones en el húmedo bosque de las cercanías mientras observaba como la vida se iba apagando en esa tranquila villa , como se encendían las primeras chimeneas a lo lejos y la gente se resguardaba en el calor del hogar ...
Con un destello de tristeza las arrugas de su frente se mezclaron en una vana expresión ; pues el mundo lleno de guerras no parecía afectarles y en ese caso , dichoso ellos que no conocían el dolor más allá de donde sus ojos contemplaban .
Tomó un sendero algo pedregoso para introducirse en aquel bosque , despidiéndose una vez más del paisaje llano . En el camino de tierra blanda las gigantescas figuras de los árboles se entremezclaban con matorrales y caminos abruptos : al final de un extenso recorrido el brujo llegó hasta un camino bifurcado , y a cada nuevo sendero la vegetación era tan profunda que parecían túneles oscuros ...
De repente de uno de estos oscuros senderos apareció sin que el anciano pudiese adivinarlo una muchacha a la que enseguida reconoció :
Una jovencita de dieciseís años escasos , para una aldeana normal , ya sería considerada una mujer , sin embargo ; su aspecto de niña y su bella inocencia le hacían parecer una niña eterna , revestida en la tez más delicada y blanca , con unos inmensos cabellos dorados , casi blancos , y un fulgor verdoso en su mirar .
- Abuelo , ¿ otra vez contando historias ? - le riñó la joven . - Ya no estás para dar esos trotes de la aldea al bosque - terminó de reprocharle .
El brujo retomó su dirección de nuevo acompañado por ella .
-Eria , no deberías preocuparte por lo que lo que le pase a este viejo cansado de la vida , tengo más años de los que puedas recitar en un día entero y si no he muerto es por algo ...
Así pues; el resto del camino fue el silencio de la reflexión espiritual del brujo , que con cierta melancolía recordó como cayó en us brazos una oscura noche sin luna el último ángel sobre la tierra .
" Era la misma noche que el el palacio imperial cayó , y los ángeles abandonaron definitivamente estas tierras ... La desgracia envolvió un palacio blanco como el marfil más pulido , el único paraiso que quedaba en pie , arrasado por las llamas rojas del infierno y el odio de Selfumest , el legendario elfo que causó esta lucha por el poder .
Recuerdo que abatido , me senté cerca de mi cabaña , observando como el fuego agonizaba tras la destrucción total de aquel lugar y cuando todo parecía perdido un extraño caballero surcó los cielos en su corcel negro y alado hasta mí .
No me dijo nada , ni siquiera bajó del caballo , pero en su lugar me entregó una pequeña criatura insconciente , y de su espalda dos alas blancas se escondieron ... Esa es Eria , el ángel que cayó en mis brazos ; y la esperanza sea con nosotros , porque en la noche más oscura siempre ilumina alguna estrella .
FIN
Datos del Cuento
  • Categoría: Mitológicos
  • Media: 5.26
  • Votos: 164
  • Envios: 2
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