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El astrólogo que no sabía de astrología

Francisco Rodríguez nació un 17 de abril de 1950. Su signo era Arie y como todos decían,fuego. Así parecía porque de seguro que el día que muera irá a arder a las pailas del infierno por embustero, engañador, calumnioso, farsante, embabucador y abusador de jovencitas incautas que iban a consultarlo y salían preñadas de sus consultas.

El tipo era vago a la potencia de 10 a las 25, jamás había dado un tajo ni en defensa propia.
Desde que nació el médico lo sentencio.

__" Mire don Nico, llévese a esa criatura, si se creía es un milagro del cielo"

Aquellas palabras le cayeron a don Nico como una maldición y jamás le volvió a hablar al doctor Rodríguez. ¿ Quién era aquel infeliz para hablar así del hijo del Coronel Filiberto Rodríguez Matienzo, héroe de cinco guerras y padre de tres
tenientes del ejército norteamericano.

El pobre viejo, halando a su mujer por un brazo le dijo: " Cóño, te dije que no bebieras las malditas pastillas" Ahí ves las consecuencia, un hijo que no tiene las posibilidades de criarse y si se cría es posible que sea un bambalán Pues mire que sí. El viejo acababa de profetizar porque aquella criatura sobrevivió a todos los pronósticos de la medicina pero ciertamente que fue un gran bambalán , un coño de madre como dicen los venezolanos.

Don Nico hasta juró cortarse el pene en veinte pedazos y puso a su mujer en cuarentena, no más chingaeras ni sexo en aquella casa.No volvería a ser la burla de sus camaradas, el hazme reír de la compañía, se sentía tan indigno que en varias ocasiones pensó hacer desaparecer al pobre muchacho que no tenía la culpa de haber nacido así.

Pero el niño creció como un arbolito doblado, pero el tipo no era pendejo nada, menos bobolongo como todos creían, el no sería la gran cosa del mundo pero tenía una habilidad increible para cojer de pendejo hasta al cura de la comunidad. Muchos veces aparecía un anciano
con su cabellera larga negra, sus manos torcidas
su boca virada, babas por boca y nariz y se sentaba a la entrada de la iglesia donde recogía las ofrendas que la gente le daban más las bendiciones de Dios y del cura, que siempre con mucho amor le entregaba un buen plato de comida y algunos centavos.

En la noche el pobre viejo que no era viejo nada ni pobre tampoco tirada las monedas en la cama, se daba un buen baño y guardaba con mucho recelo el fruto de su trabajo. Se miraba al espejo y se reía pues había descubierto una forma fácil de hacer dinero, siempre pensaba en las palabras de su padre, don Nico:

__"Todos los día se tira un pendejo a la calle"
Aquella sentencia fue su guía espiritual, la repetía al acostarse y al levantarse. Y determinó encontrar a todos los pendejos que día a día se tiran a las calles para ser víctimas de tipos como Francisco Gerardo Rodríguez Piñeiro.

El pobre don Nico había perdido la razón, de noche se le escuchaba gritar que el diablo había preñado a su mujer y que aquella cosa no era su hijo. Tanto fue el sufrimiento que le causaron las burlas de la gente que decidió irse a vivir en una casita de campo que había comprado para pasar los fines de semanas lejos de los ruidos de la ciudad. Jamás volvió a hacerle el amor a su mujer que tenía el laberinto de Marcola que echaba fuego sin poder calmar aquella pasión que la devoraba, pues era unamujer todavía joven y muy apasionada. La última vez que trató de que don Nico le pusiera algo, que la pasara por la piedra como él le decía en las noches en que estaba más bellaco que un cabro al viejo le entró un ataque de pánico que hubo que llamar al 9-1-1 para que lo calmaran. Según gritaba incoherencias en las cuales decía que su mujer ardía, que tenía un fuego entre las piernas que era el resultado de su relación con el Príncipe de las Tinieblas. Desde aquella noche el pobre don Nico no volvió a recobrar la razón. Sus tres hijos estaban fuera del país y su esposa había encontrado a un bombero que le apagaba el fuego en las noches estrelladas y de lluvia.

Un domingo en la mañana la noticia corrió por toda la ciudad. Don Nicó se había reventado por el barranco ubicado detrás de su casita de campo. Lo encontraron cubierto de hormigas que entraban como Pedro por su casa por cuanto roto encontraron en su cuerpo.

Su caída fue muy extraña pues encontraron un charco de aceite de motor de auto precisamente en el lugar a donde iba a leer el periódico todos los días. Pero nadie dio importancia al detalle. Mientras tanto Francisco hacía las gestiones por desaparecer aquel envase y el paño empapado de aceite mientras todos lloraban al difunto.

El tiempo pasó, la mujer de don Nico se fue de la ciudad acosada por ruidos extraños que escuchaba en las noches, oía que raspaban las puertas y ventanas, el cura había ido a hacer unas oraciones pero cada día los sonidos eran más persistente, ya al borde de la locura llamó a su hijo Franky como ella le decía y le entregó las llaves de la casa y las escrituras de la misma.

Desde aquel mismo momento ya no hubo más ruidos en la casa. Se corrió la fama que aquel muchacho que todos detestaban era un ser con poderes sobrenaturales, pues había logrado lo que el sacerdote ni el ministro habían logrado, echar fuera a aquellas fuerzas del infierno.

No pasó una semana de la muerte de don Nico cuando una noche se escucharon los gritos de Franky que corría medio desnudo calle abajo
hasta llegar y caer de rodillas frente de la iglesia... estaba mudo, hacía señales a todos los presentes que al verlo correr gritando le siguieron los pasos, decía que había visto la imagen de una santa...

El muy bandolero se aprovechó de la ignorancia del pueblo y con la ayuda de algunos pendejos que todo lo creen levantaron un altar a una santa que no tenía nombre pero que hablaba en las noches con él. La casa se convirtió en un santuario. Así pudo obtener grandes ganacias y hasta rico se volvió en menos de un año.

Pero como la gente perdió el fervor, ya que no tenía una imagen que adorar y además veían a Francisco gozando de lujos y dándose la buena vida se fueron alejando. A Francisco no le quedó más remedio que vender su casa antes que el banco se la quitara por falta de pagos.

Pero el tipo era un genio, se había tirado a las mujeres mas hermosas, su mujer sólo tenía 20 años,él se creía un jeque del Medio Oriente.

Un día apareció un tipo barbudo a la ciudad, vestido como un adivino, con una túnica larga, brillante y cubierto de joyas de fantasías y su cuello cubierto de collares. Alquiló un local cerca de la iglesia. Colocó un rótulo enorme.
Centro de Renovación Espiritual Mundial
Movimiento en Pro del Bienestar de la Humanidad
Dr. Rahed Flonn. astrólogo internacional
Lectura de cartas, lectura de la mano, exorcista con la bendición del Vticano, Naturalista, Trabajos garantizados por vida.

Y fue cuando la ciudad se turvó y hacían filas interminables para consultar a aquel ángel que había llegado a la ciudad. Era gracioso ver los rótulos desplegados por todo el edificio, aceptmos todo tipo de tarjetas de crédito. No se aceptan cheques personales, ni dólares de 50.00 ni de $100./ No fiamos/ Pague al instante...

Todo marchaba a las mil maravillas para aquel hijo de las tinieblas hasta que abusó de una jovencita en plena consulta.Cuando el novio se enteró de lo que había hecho decidió que el destino de aquel famoso astrólogo estaba en sus manos.

Así que no dijo nada a nadie y un día se apareció en la oficina para que aquel granuja le leyera las cartas y le diera una fórmula para que su novia volviera con él. El muchacho le enseñó mucho dinero y la avaricia se apoderó de Francisco,el astrólogo que no sabía un carajo de astrología.

El muchacho le dijo que si no era suficiente aquel dinero que él podía ir a su casa y buscar más pero que si él deseaba acompañarle que sería mejor. Así que impulsado por la avaricia decidió ir con él.

Cuando llegaron a la vivienda, una vieja casa de madera en las afuera de la ciudad, el muchacho caminó hacia el patio de la casa y bajo una piedra sacó un paño que estaba manchado con aceite y un envase... Las imágenes cruzaron por la mente del Franky pero antes de poder irse del lugar, sintió que lo empujaban con fuerza hacia el barranco y bajo sus pies un charco de aceite que hizo que resbalara y cayera por el abismos,
mientras azotaba con las piedras podía ver el rostro de la joven que había violado y a su novio que levantaba el paño y el envase que hacía varios años había escondido bajo aquella roca cuando asesinó a don Nico, su padre, pero que no sabía que el viejo ese día estaba acompañado de aquel joven quien había presenciado el vil asesinato.

Fin
Datos del Cuento
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