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Categoría: Sueños

El beso de Morfeo

Durante tres noches ya lejanas en el tiempo, cayó este sueño en mi mente, pero después no volvió a aparecer nunca más, como la tenue llama que muere en brazos del viento.

Me encontraba en una callejuela de amplios escalones descendentes y empedrado tosco, que rodeada de pequeñas casitas encaladas desaparecía de mi vista tras una curva a la derecha.
Sin ninguna duda estaba en una especie de aldea típicamente mediterránea, de las costas griegas o hispánicas.

Eché a andar mientras me preguntaba qué encontraría en aquel lugar.
Lo primero fueron las pintorescas personas que lo habitaban.
Todas ellas eran mujeres ancianas, vestidas con un manto negro que les cubría de pies a cabeza dejando sólo descubierta la cara.
No había ni hombres ni niños.

Al principio esas mujeres salían de sus casas para verme pasar, como si mi visión les aliviara de una vida de absoluta monotonía.
Pero pasados los minutos, dejaron de salir a la calle. Al contrario, un poco más adelante descubrí que hasta me ignoraban.
En las últimas casas de la aldea, había mujeres reunidas prácticamente en cada puerta. Unas estaban de pie, otras sentadas en sillas de mimbre, hablando afablemente, sin prestar la más mínima atención a mi presencia.

Seguí caminando y al fin dejé atrás ese extraño pueblo de amazonas ancianas y lunáticas.
Ahora estaba en un llano, una parcela de tierra que hacía las veces de terraza frente al azulísimo y bravo mar.
Pero no estaba solo.
Junto a mí, elevándose hacia el cielo como los orgullosos estandartes de las Legiones Romanas, había una réplica en grandes dimensiones de una torre de ajedrez.
Era una construcción formidable, las almenas perfectas, la sólida pared de color tierra.....

En aquel momento, una indescriptible sensación de paz, de armonía, un sentimiento místico, inundó mi cuerpo, con tal intensidad que atravesó las barreras del reino de Morfeo y llegué a sentirlo realmente.
Era algo mágico, como si el Dios de los sueños me hubiera besado.

Es increíble lo que pueden llegar a soñar los seres humanos.
Datos del Cuento
  • Categoría: Sueños
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