Habia una vieja casa en una callejuela que resitia sin ser derri-
bada. Las otras casas eran nuevas pero parecian no existir.
Toni que vivia enfrente estaba facinado con tan solemne
construccion: tenia la pintura desconchada, las puertas agrietadas,
le faltaban tejas y cristales. En el jardin de entrada,
la madreselva y ciertas florecillas salvajes crecian a su
antojo formando una maraña.
Toni imaginaba historias misteriosas del pasado cuando
de pronto, un viejo le saludo desde el
balcon. Toni penso en la soledad del anciano y
decidio regalarle un soldado de plomo. Pidio
permiso a sus padres, y en pocos minutos subio
la escalera acompañado de un sirviente que le
llevo hasta el anciano. Alli dentro se respiraban
recuerdos y desolacion.
"Pasa, muchacho" Toni, dijo el viejo. Toni le dio
el soldado, y el viejo sonrio y le invito a
merendar. Se hicieron muy amigos.
Hasta que un inesperado dia murio el anciano,
y al poco tiempo la casa fue derribada y se
construyo una nueva en su lugar.
Toni crecio, se caso y casualmente se fue a vivir,
donde habia estado la vieja casa. Un dia estaba
en el jardin y vio algo que sobresalia de la
tierra. Era el soldado de plomo envuelto entre
hojas y raices. Sonrio y recordo al viejo y la
casa con emocion.
Aunque seamos muy modernos y el pasado siempre
nos acompaña y nunca muere.
TONI