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Categoría: Sueños

El encuentro

Todo por no ir a esos malditos rosarios. Tenía que defender mis creencias ¿no? Considerar la idea de hacer oración para que un muerto llegue a un paraíso no me hace gracia, ¿para que si ya está muerto? y, ¿quién sabe que es cierto? ¿un muerto quizá regresó? no, los muertos no regresan. Pero me equivocaba en lo que creía.
¡Hugo! Vas a ir al rosario de tu tío?- Me preguntó mi mamá desde el estacionamiento.
¡No ma’!-Contesté.
¡Así te va ir cuando te mueras!- Fue todo lo que dijo, y oí como el carro emprendía su marcha hacia la casa de mi tía donde eran los rosarios.

***

Mi tío murió. De eso no hay duda. Lo pude comprobar cuando lo ví en esa caja de madera cuando lo íbamos a enterrar , dormidito, sin preocupaciones ni dolor, con sus ojos cerrados como si tuviera en un lindo sueño, eso era bueno para alguien que había sufrido tanto.
Regresando del panteón, mirando los árboles y la carretera pasó por mi mente todo lo que recordaba de mi tío, todo. Bueno, eso creo.

***

Santa María madre de Dios ruega por nosotros… ¡Puta Madre! Lo que es que lo obliguen a uno, pero no iba a rezar ¡no, claro que no!.
Me choca que me vean así esas viejitas diciéndome con la mirada que rezara, pero no, no lo iba a hacer. Toda mi familla se enojó porque lo que hice. Creo que mi mamá lloró.

***

Buenas tardes ¿se encontrará Liliana?
-Si ¿de parte de quién?
-De Hugo
-Un momento por favor-
-Bueno –Liliana tomaba el teléfono
-¡Hola! ¿Cómo estas?- Comencé la plática
-Bien ¿y tu?
-Pues acabo de regresar del rosario de mi tío
-¿Qué no eras ateo?
beep, beep, beep. Se había cortado la llamada
Al fin me fui a acostar ¡Que cansado estaba! Me puse a leer un rato, apague la luz, la penumbra de la luna inundó mi cuarto y me dispuse a dormir.
Soñaba que mi maestro de Español me dejaba escribir un cuento y no se lo entregaba, entonces el sacaba un fuete y me pegaba ¡paz! ¡paz! ¡paz! hasta que me dejaba inconsciente y despertaba en el hospital sin piernas ni brazos y el doctor apunto de abrirme el cuerpo. Pero de repente abrí los ojos y medio alcancé a observar una figura, se iba acercando, uno, dos, tres, cuatro hasta lo que vi me erizó la piel, era ¡mi tío!; ¿cómo podía ser si el esta muerto? si yo mismito lo vi cuando lo enterraron, pero el silencio se rompió:
-Hola Huguito-La sangre se me heló
-¡AHHHH!
-Eres un maldito, ¿Por qué me dejaste morir?
-No tío, yo no hice nada…
Me desmayé (bueno, eso creo)
Me recuperé, mi tío estaba sentado en mi cama acariciando mi cabello viendo hacia el espejo de mi cuarto y me dijo:
-¿Crees que me veo mal con la cara desfigurada?
-No tío, te ves bien (si, como no)
-¡Mientes! ¡Yo se lo que piensan todas las personas!
-No, en serio
-¿Y sabes que te voy a hacer? ¿Sabes?
-No, tío no se
-No ¿ehh? Pues ahora como tengo el control te vas a ir conmigo
­¿Pero yo qué te hice?
­ -Nada, solo que estoy un poco solito, pero antes que te lleve te ofrezco un deseo que no sea que no te lleve conmigo ¿vale?
­ Mi deseo es despertarme
Y así lo hice.
©HUGO ANGEL CERVANTES MARTÍNEZ
Datos del Cuento
  • Autor: Hugo Angel
  • Código: 3727
  • Fecha: 28-07-2003
  • Categoría: Sueños
  • Media: 5.75
  • Votos: 81
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4135
  • Valoración:
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