Era de noche. El perro aullaba afuera de su casa cuando toda la luz se apagó. Se asustó y fue caminando en busca de una vela. La consiguió, la prendió y vio que estaba rodeado de extrañas personas que con un libro en la mano se le acercaban lentamente, como si tuvieran plomo en los pies... Trató de alejarse pero no pudo, era como si sus piernas fueran parte del piso, así como una planta... De pronto, todas las luces volvieron a prenderse, escuchó al perro ladrar nuevamente, y vio que estaba en la sala de la biblioteca... Tomó uno de los libros y se puso a leerlo. Miró el título, el nombre del autor, el número de paginas, el prologo. Continuó leyéndolo toda la noche hasta que llegó el amanecer, cuando ya lo había terminado... Le gustó mucho la obra. Tomó otro libro y continuó leyendo durante todo el día hasta quedar totalmente dormido... Tuvo sueños, pesadillas, con las mismas imágenes que cuando se apagaron las luces, pero esta vez, ellos tenían más libros. Uno de ellos se le acercó y le preguntó si le había gustado el libro que leyó durante la noche. Le dijo que un poco... No terminó de pronunciar estas palabras cuando este personaje desapareció como el humo de un cigarro... De pronto, despertó. Tenía hambre, salió de la casa y fue a un restaurante. Pidió un guiso, una sopa, pagó. Regresó a su casa, y se encontró al perro que aullara la noche anterior... ¿Cómo lo reconoció?, porque cuando le vio, comenzó a aullar nuevamente. Lo iba a tocar pero el perro partió a la carrera como si le hubiesen pegado. ¿Estaré poseído?, se cuestionó. Miró hacia el cielo y vio que la noche empezaba a taparlo como una frazada. Entró a su casa iba a prender la televisión cuando nuevamente se apagaron todas las luces... Fue a buscar la vela, pero, antes de encenderla sintió temor, por lo que decidió no prender nada, y fue a acostarse a su cama. Apenas cerró los ojos se encontró en su sueño con el perro que aullaba en la puerta de su casa... Lo iba a tocar pero este le dijo si ya había leído un libro suyo... ¿Eres un perro escritor?, le preguntó. Este asintió, y luego, le entregó un libro... Apenas lo tocó, despertó. Aún estaba oscuro, y prendió las luces de su casa. Caminó hasta llegar a la biblioteca y vio, tirado en el piso, un libro. Lo levantó y trataba de la vida de un perro. Lo tomó y lo leyó durante el resto de la noche...
Recién amanecía cuando un perro despertaba de su letargo, comenzó a estirarse y luego fue a buscar algo que comer... Llegó a una puerta y vio a un hombre que recién salía con un libro en la mano... y, sin razón, empezó a aullarle sin parar... El hombre se asustó y le tiró el libro en la cara del perro, gritando que aquella obra era una porquería, no era nada, nada, nada, nada… mientras el perro empezaba a oler este extraño libro...
San isidro, marzo del 2006