Aquel día era maravilloso. Las águilas volaban por el cielo, la brisa mecía los árboles, y se oía el sonido de un arroyo en la lejanía. Los pájaros cantaban, y algunos caballos salvajes se reunían en las praderas para pacer tranquilamente.
Más este bonito paisaje se rompía en el horizonte, donde unos espesos nubarrones negros ocultaban una montaña y una ciudad muerta: Deano, las ruinas oscuras.

El grupo iba caminando a un buen paso; cada uno iba montado sobre su criatura.
-Mirad! -Exclamó Punka
-El qué? -Dijo Krai.
-Ahí! -Punka señaló el horizonte.
-Las ruinas Deano, Krai -le susurró Nyla, sin dejar de mirar la tenebrosa figura.
La ciudad tan solo estaba a unos doscientos metros. Estaba sobre una montaña no muy alta, rodeada de tierra negra.
-Selok -dijo Narlok -monta a Ritemawian y adelántate. Dinos si detrás de esa tierra negra hay seguridad.
-Quién es Ritemawian? -preguntó Hejinn a Narlok desde lo alto.
-Es nuestro basilisco alpha. Su nombre significa "fiereza"; y es verdad, es el más fuerte y fiero de los tres. Si aparece algún enemigo, Ritemawian le hará pedazos.
-Chekoó también hace pedazos a los enemigos. -dijo Hejinn con cierto sarcasmo.
-En todo serían los enemigos los que harían pedazos a Chekoó -rió Narlock, bajo la enfadada mirada de Hejinn.
El grupo paró en la orilla de un pequeño río, a la espera de que Selok volviera.
De repente, Wornies notó un olor diferente en el ambiente. Procedía de otra criatura.. y.. venía de los arbustos. Los humanos, charlando y riendo, no se daban cuenta de que algo los observaba.
El grifo fue a ver quién los espiaba. Se acercó al arbusto, y vió un par de ojos que, sorprendidos, le miraban sin parpadear, con temor. "no soy tonto" -pensó Wornies. Y, con un movimiento rapidísimo, cogió a la criatura con las fauces.
-¿!¿Que es eso?¡?? -gritó el grupo cuando vieron aparecer a Wornies, con una extraña criatura.
-Parece un enano -rió Hejinn
Ciertamente, la criatura se parecía a los humanos, pero tan solo medía medio metro, iba vestido al estilo enano y su piel era de un tono verduzco.
-no me comaís!! -gritó la criatura con mucho miedo en la voz.
-No te comeremos -dijo el grupo riendo. -te dejaremos que vuelvas a tu hogar, vale?
Tras decir esto, Nyla le dió un pequeño empujón en los cuartos traseros, señalandole que volviera por donde había venido.
Se oyó un crujido reptante, y Selok apareció, montado sobre Ritemawian.
-Ahh!! -gritó el Enano, que, asustado, se ocultó entre los árboles.
-Y bien, -dijo Narlok, sin prestar atención al grito del enano- ¿que has visto?
-Los terrenos son seguros -respondió Selok. -será mejor que nos pongamos en marcha.
El grupo recogió todo, y se puso en marcha. Tras unos minutos, Punka miró hacia atrás.
-Tenemos compañía. -Punka suspiró
El enano les iba siguiendo como podia, ya que sus piernas eran muy cortas y necesitaba correr para alcanzar la marcha de los caballos.
-No te he dicho que te vayas?? -le dijo Nyla.
-l..llo siento.. enserio.. -dijo el enano jadeando.- Puedo ir con vosotros?? no tengo donde ir, y.. veo que estais metidos en una aventura.. -Una misión -dijo Nyla enfadada. -Bueno.. pues, eso.. una misión.. Yo os podría ayudar.. conozco estos terrenos como la palma de mi mano, de verdad.. -El enano terminó.
-Que dices, Narlok? -dijo Selok
-mm.. esta bien.. pero solo porque si no lo aceptamos no va a parar..
-GRACIAS!! -exclamó el enano, ilusionado.- Sere útil, ¡lo prometo!
-muy bien. Pues ahora -dijo Krai- tendrás que ir a nuestro paso, así que montarás en Seizer, y..
-Seizer! -interrumpió el enano- ¡que cómodo!
-Y te cogerá del chaleco; te llevará en el pico
-oh.. -susurró el enano.
El grupo reanudó la marcha. Cada minuto oían los quejidos del enano en lo alto. Hejinn intentaba que se callara.
A la media hora, llegaron a las ruinas. La oscuridad les heló el corazón. Entraron. Todo era oscuridad; se distinguían los ojos de los tres basiliscos, Namor, Ritemawian y Khaal, que brillaban con un suave destello rojizo.
-Y el dragón?? -susurró Hejinn.
No tardó en conocer la respuesta. En la oscuridad llegaron a vislumbrar una silueta rojiza y brillante; el reflejo de las escamas del dragón, que yacía adormilado sobre un tesoro.
-Así que atacabas las ciudades para coger los tesoros eh? -grito Hejinn
-SSHHHH!!! -le dijo el grupo.
El dragón lanzó un bufido, movió un poco el ala y apretó una garra: pero seguía dormido.
-Ya reconozco este dragón -dijo Narlock- Era el que nos atacó en Hiall, sin duda: Goroth El Grande. Solo tiene un punto débil.
- Y donde hay que darle para que muera?? Cual es ese punto débil?? -dijo Hejinn el "insensato".
-Goroth el grande.. -Susurró Punka.- Es una leyenda... Su único punto débil es el pecho.
-Entonces le diré a Chekoó que le de un buen baño de afilado hielo en el pecho -exclamó Hejinn
-¡NO!! -le dijeron todos.
-No ves que está tumbado, insensato?? -dijo Narlok.
El enano se limitaba a mirar asustado, pegado al cuello de Seyz. Como estaba muy oscuro, Nyla le dijo a Kreena que iluminara una antorcha cercana con su aliento de fuego. "una antorcha no despertará al dragón" se dijo Nyla.
Eso sí fué un error. Cuando el fuego tocó la antorcha, estas se encendieron. Sí, "estas", porque al encender una, toda una hilera de antorchas se prendieron mágicamente, iluminando toda la estancia.
-Oh.. no.. -dijo Punka.
El dragón, algo confuso por el calor y la luz, despertó. Al sentirlos, rugió con un bramido atronador que hizo temblar la piedra de las ruinas.
-Dadle en el pecho!!! -les gritó Narlok. Pero el cuello del dragón lo tapaba.
El gran reptil abrió las alas y lanzó una gran llamarada a Nara. Por suerte, esta la esquivó. Había llegado la hora de luchar.
Selok y Narlok empezaron a lanzarle flechas. Los tres basiliscos intentaban morderle, pero los zarpazos del gran dragón los heria y se lo impedía. Muchas flechas de Selok y Narlok le dieron en las membranas de las alas, rásgandolas y rompiéndolas. El dragón ya no podía volar, pero era mucho más letal en tierra. Krai, Punka y Nyla desenvainaron las espadas e intentaron desesperadamente incarlas en su piel, pero era demasiado dura. Wornies intentaba arañarle, al igual que Seizer; Hejinn le lanzaba fuertes ataques con sus cuchillos volátiles, y Chekoó le escupía duro hielo, que ni siquiera hería al dragón. Kreena le lanzaba fuego, pero las escamas del dragón parecían aislarlo. Goroth El Grande no se dejaría matar tan fácilmente. De un zarpazo, lanzó a seizer tan arriba que lo perdieron en el cielo: aunque luego bajo con las alas en posición delta, preparado para una embestida en picado que no hizo mucho daño al dragón.
Los basiliscos se habían desplomado, incapaces de luchar. El único que se mantenía luchando era Ritemawian. Wornies, Seizer y Kreena estaban heridos. La lucha encarnizada de Ritemawian y Goroth duró varios minutos, hasta que al final Ritemawian se desplomó. Todos estaban en el suelo; El único que se mantenía en pie era el enano, escondido en un rincón, inadvertido por el dragón. Estaba temblando.
Un silencio invadió la sala, roto por los rugidos del dragón. Su hocico estaba muy cerca, preparado para lanzar una llamarada que los mataría a todos.
De repente, el enano salió de su escondite y le gritó al dragón:
-HEE!! TONTO ESCUPEFUEGO!! GUSANO-MURCIELAGO!! LAGARTIJA ALADA DE PACOTILLA!! -El dragón miró al hueco, y al ver al enano, se puso tan furioso que lanzó otro fuerte bramido, acompañado de una llama gigante, que envolvió al enano.
-No!! -gritó el grupo, pero era demasiado tarde. Ya no quedó rastro del enano.
-El dragón miró hacia las llamas. ¡La oportunidad perfecta!! con el cuello torcido, se podía ver perfectamente el hueco del pecho.
Selok cogió el arco, lo cargó con una flecha, y...
-Esto por hiall, lombriz ...
¡FISS!
La flecha le dió de pleno en el pecho, y se hundió en la carne. El dragón miró la herida sangrante, y se tambaleó ligeramente. Se mantuvo en pie unos segundos.. Miró furioso a Selok.. levanto una zarpa.. lanzo un rugido.. y se desplomó. Se hizo la oscuridad.
-SI! -dijo Hejinn. -¡guay! tendré mi diente. El poblado reconocerá mi honor.
Pero el grupo no estaba tan contento: la perdida del enano los desolaba.
Tras unos minutos, el grupo salió de la ruina. Hacía sol, las nubes se habían disipado y la tierra volvía a ser de un tono marrón.
Con una expresión de tristeza en la cara, partieron.

Tardaron tres días en llegar. Las criaturas estaban heridas y no mantenían la marcha normal.
Al amanecer del tercer día lograron ver Emuras a lo lejos. La sonrisa invadio todas las caras, menos la de Hejinn, que estaba enbelesado con su diente de dragón.
-Bueno.. os tengo que dejar -dijo Hejinn.- Mi poblado está en dirección Este.. Si vuelo por aquí llegaré antes.
-Adiós.. -les dijo el grupo.
Chekoó y Hejinn partieron. Se perdieron en la lejanía.
Cuando llegaron a Emuras, se llevaron una sorpresa: el incendio había desaparecido, las torbas estaban ya reparadas y.. el pueblo los esperaba en la entrada!
El rey elfo de Emuras los esperaba.
-¡Gracias a Dios! ¡Todos sanos y salvos! ¡y habeis matado al dragón! os mereceis una gran fiesta.
Pero el grupo no prestaba atención: estaban tristes.
-Todos no.. -dijo Nyla. -conocimos a un enano.. el fué quién realmente mató al dragón.
-Ohh -dijo El rey con una sonrisa. -Un enano.. me suena.. no será, por casualidad, este enano??
Al decir eso, la figura del enano apareció detrás de el. Iba con muchos vendajes, y con una muleta debajo del brazo izquierdo. Pero aún así, pudo levantar un brazo y saludarles con una pequeña sonrisa. El grupo, riendo e ilusionado, se abrazó.
Todo volvió a la normalidad. Por la noche se hizo una fiesta en honor a nuestros héroes, sobretodo por el enano y Selok; También el clan de los lobos hizo una fiesta por Hejinn y Chekoó.
Y el imperio de la magia se salvó, todo por la amistad de siete valientes amigos.